Primera visita a San Mungo (Ethan Demacci)

Al llegar a Londres, fui al hospital para que me hicieran una revisión de rutina. Quería comprobar que todo estuviera bien. No podía estar tranquila sabiendo que mi estado de ánimo hubiera afectado al bebé que esperaba. Me hacía mucha ilusión tenerlo entre mis brazos, un pequeño ser que amaba aún antes de que naciera.
Siempre había soñado con una familia, pero me entristecía pensar en que lo criaría sola. Había puesto mi confianza y esperanzas en Ethan y me había quedado sola.
Pero no estaba sola, ahora menos que nunca, con mi bebé.

Estaba recostada en la camilla esperando a que el sanador llegara. Frente a mí había una ventana que permitía a la luz del día entrar por la ventana. Era una bella mañana de otoño, sin embargo no podía disfrutarla como en otras circunstancias.

Una lágrima escurrió por mi mejilla hasta caer en la tela de mi vestido. Suspiré tratando de disipar los pensamientos tristes que no dejaban de rondar por mi mente.

Toque un par de veces al llegar a la habitación_ Se puede pasar _ pregunte

Voltée hacia la puerta y me incorporé. -Adelante.- al abrirse la puerta ahí estaba Ethan. Tenía tantas ganas de verle, abrazarle y decirle lo mucho que lo necesitaba, pero solo atiné a decirle un tímido... -H-hola.- Tenía ese efecto en mí, al verle había olvidado todo y solo pensaba en sus ojos, sus labios, sus manos, su existencia.

La salude con un beso en los labios _Y bien que te ha pasado sucedio algo, me inquiete al saber que estabas aquí_

Inconscientemente me abracé a él. Aspiré su aroma como si mi vida dependiera de ello y pasé mi lengua sobre mis labios. Mi corazón se aceleró como solamente el conseguía provocarlo. -Ethan, yo... pensé que no vendrías.- suspiré y me alejé lo suficiente para verle a los ojos. -Estoy bien... estamos bien...- corregí. No sabía como tomaría la noticia, pero creo que era justo que lo supiera.

_ Estamos quienes _ mi mirada cambio repentinamente y esperaba su respuesta.

-Mi bebé y yo.- dije por fin. -Tengo algunas semanas de embarazo, y me han dicho los sanadores que aún no saben lo que será, pero está formándose sin ningún problema. Ya he ido al ministerio a buscar una propiedad para que vivamos. Mi familia no sabe nada. Quería que lo supieras tú primero. - suspiré después de decírselo, me sentía liberada en cierta forma.

_ ¡¿Quee?¡_ dije en tono de pregunta y algo sorprendido y porque no mencionaste nada _ Es algo que no me esperaba para ser sincero_

-No te había visto, desde aquella vez que desapareciste de tu casa... no me quedé ahí porque... no sé, pensé que tal vez las cosas cambiarían. Tu me ofreciste tu casa, lo cual agradezco mucho y no estaba segura, hasta ahora que he venido a San Mungo.- estaba temblando. -N-no quiero que te sientas atado a mi por ello.- no sabía que decirle.

_ Mira es que yo la verdad no esperaba esto ahora, no lo tenía en mis planes _ permanecía serio ante aquella situación como pude ser tan descuidado pense ...

-Quiero que sepas que yo si quiero tenerlo, como te lo dije esa noche, te amo, aunque tu no sientas lo mismo por mí, y yo cuidaré de éste bebé, no le faltará nada. - la mandíbula me temblaba haciéndome difícil continuar hablando.

_ No malinterpretes lo que digo jamás te pediría que te deshicieras de una criatura que crece en tu interior, simplemente no esperaba ser padre en estas circunstancias yo afrontare mi responsabilidad _ dije cruzado de brazos.

-Ethan... ¿me amas?- le pregunté directamente, sin rodeos.

Ethan permanecío en silencio, lo que interpreté y salí de ahí sin voltear a verle.