Mi primer día de trabajo en Gringotts (libre)

Esa mañana me había levantado temprano, emocionada y deseosa de comenzar a trabajar en el Banco Mágico. Sabía que los duendes tenían mala fama entre los magos, pero desde que me había entrevistado con ellos por primera vez, me parecieron amables. Bueno, he de reconocer que desconfiados... ¿pero quien no lo sería ante un extraño?

Al final decidieron emplearme cuando les dije que sabía varios idiomas y por supuesto, me tendrían en el área de relaciones públicas, para no tener contacto ellos con otros magos.

A mi no me molestaba, por el contrario, trabajo era trabajo y yo lo necesitaba, ahora que iba a tener que hacerme cargo de mi y de mi hijo.

Escuché un silencio incómodo en el Banco y levanté la mirada, viendo a Neville en el vestíbulo. Habían pasado años desde la última vez que nos habíamos visto. Las cosas eran ahora diferentes. El era profesor en Hogwarts y yo... bueno, yo trabajaba en Gringotts. Me acerqué a él y lo saludé efusivamente.

-¡Neville! Ven acá.- le dije extendiendo los brazos para rodearlo con ellos.

-Trabajo aquí, así que dime ¿en qué puedo ayudarte?- le sonreí invitándolo a sentarse frente a mi escritorio. - Han pasado tantas cosas, que creo que si no tienes mucha prisa, te contaré. - le dije bajando la voz un poco para que los duendes no escucharan.

-Puedo ir tramitando tu retiro de las bóvedas mientras te cuento.- le dije con una sonrisa. -De verdad, no sabes el gusto que me da volverte a ver.- le dije con una amplia sonrisa. Adoraba ver caras conocidas, me daba cierta sensación de seguridad.

-Fui expulsada de Hogwarts, justo antes de terminar. ¿Recuerdas que estaba comprometida? Bueno, pues Jordan me dejó. No he sabido nada de él desde hace mucho tiempo, pero eso no fue lo peor, la verdad es que me dí cuenta de que estaba enamorada de alguien más. Y él me demostró que también sentía algo por mí. Me rescató de morir, me hospedó en su casa y ... ahora seré la madre de su hijo.- levanté la vista. -Pero Ethan aún no estaba listo para ser padre, así que me mudé aquí y decidí comenzar de cero.- sentí que los ojos se me llenaban de lágrimas, era la primera vez que hablaba de ésto con alguien.

-E-es mi culpa. Además es mi hijo, lo voy a cuidar con todo el amor del mundo. No le va a faltar nada, por eso estoy trabajando, para darle lo mejor.- me enjugué las lágrimas. -Gracias Neville.- había sido una tonta al pensar que al amar a alguien me garantizaría que estaría a mi lado por siempre.

-Creí... creí que ésta vez iba a ser feliz... con él a mi lado. Pero me equivoqué. Fracaso tras fracaso Neville.- sollocé al abrazarle. -Mi familia no lo sabe aún, seré la decepción completa cuando sepan que me expulsaron y que estoy embarazada... de un profesor.-

-Pensé que él era para mi... me salvó, me cuidó... creí que le importaba. No pensé embarazarme tan pronto, simplemente sucedió. Voy a tener un bebé, no un basilisco como para que huya así.- le decía, pero más me lo decía a mi misma para convencerme de las razones por las cuales no quería estar conmigo Ethan.

Asentí con la cabeza y suspiré profundamente. -¿S-sigues viviendo en Hogwarts?- le pregunté tratando de disipar mi tristeza, no le hacía nada bien al bebé.

-¿Tienes que regresar hoy a Hogwarts? Sino, puedo ofrecerte mi humilde casa esta noche y recibirte con una cena para que me cuentes los pormenores. Me sentiría honrada si aceptas mi invitación.- le dije mientras lo tomaba del brazo para encaminarlo a las bóvedas. Ahí se reuniría con un duende y yo no podría acompañarlo más.

-Espera...- le dije mientras sacaba de mi túnica un pergamino pequeño. Tomé una pluma y le escribí la dirección. -Es aquí, te espero a las 7 pm para cenar.- le extendí la mano para entregárselo y le di un beso en la mejilla.


Off:/ Si gustas visitar el apartado de Londres>Departamento de Persephone Avery. ¿Creas el tema o lo hago yo?