Primer día [Libre]

Chloris Seufzer siempre había sentido admiración por Hogwarts, desde su más tierna infancia fue educada de forma que el ingresar en el colegio fuese el mayor honor que podía esperarse de ella, por ese motivo su selección hacia Ravenclaw supuso en ella la mayor alegría que cabía esperar de la ocasión.
Abrió la gran puerta tímidamente, como suponía sus pertenencias ya debían encontrarse en los dormitorios, por lo que llegó al lugar tan solo con el uniforme que ya llevaba puesto. En su cabeza sólo sonaba una cosa mientras avanzaba a paso tranquilo hacia el centro de la sala.

Se dirigió hacia uno de los sillones que se encontraban en frente de la cálida chimenea, la cual con su ameno fuego infundía una tenue luz que inspiraba tranquilidad, observó a su alrededor, la cantidad de libros que se encontraban en el lugar, no solo en las estanterías, sino también amontonados en cualquier rincón, hacía que se respirase la sabiduría en el ambiente.
- ¿Hola? -pronunció en voz baja, tratando de no molestar al resto de sus futuros compañeros. En su boca aparecía dibujada una gran sonrisa, a pesar de que se encontraba ligeramente cohibida al no conocer a nadie.

Me encontraba sentado en la tranquilidad de la sala comun, en cuanto sono la puerta al abrirse, dirigi una mirada fugaz hacia ella, tras ver a una chica que no conocia, regrese a la lectura de mi libro. El ronroneo del fuego ardiendo en la chimenea era relajante, la sala estaba casi vacia, una segunda mirada fue dirigida hacia la joven, parecia algo nerviosa, quizas perdida en aquella sala, como soy nuevo en el colegio, no conosco a la mayoria de los estudiantes, asi que no se me hace raro cruzarme con alguna cara nueva, pero la aptitud de la chica me sugeria que estaba un tanto ansiosa por su entrada en aquella sala.
Tras regresar por tercera vez a mi libro, escuche su voz, ligera, casi un susurro, saludar al aire, aquello solo confirmo mis sospechas.
- ¿Que tal? - digo, dejando mi libro a un lado, y levantándome de mi butaca - Mi nombre es Valentine, Valentine Morgenstern, ¿eres nueva aquí? - presente ante ella la más amable de mis sonrisas.

Le comenzaba a resultar extraña la falta de alumnos en aquella sala, tan solo unos pocos permanecían en el lugar, la mayoría demasiado ocupados como para prestarle atención, supuso que se verían nuevos miembros casi a diario.
Pero entonces una voz nueva llegó hasta sus oídos, proveniente de uno de los chicos sentados junto al fuego, al observar como se levantaba se acercó hasta él observando sus gestos, como suponía era uno de los alumnos que se encontraban enfrascados en sus respectivas ocupaciones, por lo que le sorprendió ligeramente que se tomase la molestia de hablarle.
- Sí, encantada, mi nombre es Chloris Seufzer, ¿también eres nuevo? -Preguntó con su eterna sonrisa, tendiendo su mano a modo de saludo.

Sujeto su mano con cierta firmeza para responder el saludo, mientras mantengo una sonrisa amable en el rostro.
- Chloris...- digo en tono distraído- hermoso nombre, la diosa de las flores... Chloris de los suspiros... - comienzo a caminar de regreso al calor del fuego de la sala comun, mientras le hago un gesto para que me acompañe en dirección a la butacas, donde podremos conversar más cómodamente.
- Así es, también soy nuevo, llevo aquí solo un par de días - Doy un rapido vistazo a la sala comun - Es un castillo imponente cuando lo vez por primera vez, ¿no crees?

Caminó a su lado hasta el centro de la sala, siguiendo su indicación se sentó en una de las butacas, el calor del fuego le llegaba así de forma más cercana, por lo que el sofoco que desprendía hizo que se quitase la túnica mientras hablaba.
- Gracias... sí, eso es, el tuyo también es alemán, ¿cierto? -Dijo en alusión a su nombre, sorprendida de encontrar a alguien que pudiese proceder de su mismo país.
Tras apartar su túnica doblándola cuidadosamente en el reposa brazos de la butaca en la que permanecía sentada continuó respondiendo al joven.
- La verdad es que sí, es realmente enorme, una de las mejores arquitecturas que he visto. -Sonriente miró por la ventana, desde la cual las vistas eran inmejorables, dada la altura a la que se encontraba el lugar.

La chica parecia menor perdida ahora, conocer a alguien, aunque sea solo una persona, puede marcar la diferencia a la hora de tener seguridad.
- Si, tambien es Aleman, significa Lucero del Alba, el nombre del primer Angel caido - digo con tono divertido, solo una divertida cohincidencia - Mi padre era Aleman, pero yo creci en Egipto.
Vuelvo a acercar mi libro a mi, pero no continuo leyendolo, podria leer y conversar, pero no quiero que la chica piense que le presto poca atencion, podria verse como una falta de respeto.
- Sin duda, ademas de ser una de las construcciones mágicas más antiguas, más de mil años - me acomodo en mi butaca, poniendome comodo - ¿Puedo preguntarte porque decidiste venir a Hogwarts desde Alemania?

Tamboreaba con las yemas de sus dedos en la butaca, donde mantenía apoyada la mano izquierda, prestando atención a lo que él decía.
- Mi familia y yo nos mudamos aquí hace ya... -Hizo una pausa meditando- Unos once años, querían que estudiase aquí, aunque todos ellos han ido a... bueno, a Durmstrang.
Al pronunciar el nombre de aquel colegio un ligero escalofrío recorrió por completo su espalda, sus padres nunca hablaban de cómo había sido aquello, pero a juzgar por las pocas conversaciones que podía captar a escondidas y la información que había obtenido de los libros no parecía un lugar demasiado hospitalario, por eso agradecía bastante la posibilidad de estudiar en Hogwarts. Sacudió rápidamente la cabeza, tratando de librarse de aquel pensamiento.
- ¿Puedo preguntar yo lo mismo? Es decir, Egipto está lejos. -Inquirió con curiosidad, sonriendo amablemente.

Mi costumbre de estudiar las reacciones corportales de todos con quienes converso me permite darme cuenta rapidamente de que no se siente comoda con la escuela de Dumstrang, puedo suponer que no tiene mucho aprecio por las artes oscuras, es un dato que recordare más adelante.
- Mi madre murio, y vine a Inglaterra a vivir con mi pariente vivo más cercano - digo con tranquilidad, sin demostrar pesar de aquellas palabras.
La observo por algunos instantes, directo a sus ojos, sumergiéndome en ellos, para luego sonreír, y acercar mi mochila.
- Supongo que te perdiste la ultima comida, no te vi en el gran comedor - digo con naturalidad - ¿Quieres? - digo ofreciéndole una manzana que tenia en la mochila.

Al escucharlo se llevó la mano a la boca, con una ligera expresión de sorpresa al ver cómo hablaba de aquellos sucesos sin perder la compostura.
- Vaya, lo siento mucho, yo... -Se puso bastante nerviosa, pues su intención no era para nada incomodarlo.
Luego fijó sus ojos en los suyos, al observar cómo le tendía amablemente la manzana comprendió que no aquello no le había afectado en exceso, por lo que relajó un poco la postura, concentrándose de nuevo en la conversación.
- Cierto, no tuve apenas tiempo de ir, es lo que tiene ser una novata y perderse a cada paso. -Dijo a modo de broma recuperando su tono alegre- Vaya, ¿cómo lo has sabido? ¡Me encantan! -Repuso tomando la fruta que le había ofrecido- Muchísimas gracias, Valentine. -Justo después de pronunciar esas palabras dio un ávido mordisco a la manzana, pues era verdad lo que aquel joven había intuido, realmente tenía hambre.

Sonrio con amabilidad mientras ella muerde la manzana que le ofreci.
- Me alegra que te guste - digo con voz tranquila - Y no te preocupes por lo de perderte, en poco tiempo aprenderas los caminos a los lugares más comunes donde te diriges, aunque no te prometo que lleges a conocer todos los pasillos de este colegio.
Tras un pequeño silencio, en el que permito que coma la manzana sin incomodarla, agrego una nueva pregunta.
- ¿Te gusta la casa donde quedaste? - Digo, mostrando mi interes en saber un poco más de la recien llegada y sus gustos.

Tras tragar un par de bocados de la manzana hizo una pausa para continuar hablando sin impedimentos. Agradeció con un gesto de la cabeza los consejos del chico antes de contestar.
- A decir verdad Ravenclaw siempre ha sido mi casa favorita, dicen que tengo madera de Slytherin pero... no me gustan demasiado algunos de sus métodos. -Respondió resueltamente- ¿Y tú? ¿Te agrada esta casa? -Después de pronunciar esa pregunta dio un último mordisco a la manzana, dándose tiempo a terminarla mientras esperaba su contestación tranquilamente. Realmente sentía curiosidad por aquel chico.

La conversacion estaba resultando muy agradable, sonrio complacido y me acomodo nuevamente en la butaca.
- Pues yo aprecio los atributos mentales de las personas - digo con calma - La inteligencia y la astucia me parecer ambas, en igual medida, utiles, de la misma forma, las casas de Ravenclaw y Slytherin me parecen igual de interesantes, ambas eran opciones para mi.
Cierro el libro que permanecia abierto sobre la mesa, como señal de que aquella conversacion estaba resultando más estimulante que mi lectura.
- Perdon si la pregunta es demaciado personal, pero, ¿tuviste alguna mala experiencia con las artes oscuras? - aquella pregunta podria parecer fuera de lugar para una primera conversacion, pero sentia la necesidad de saciar mi curiosidad sobre la chica que tenia en frente de mi en ese momento.

Observó sus movimientos cuidadosamente, comprobando que no se encontrase incómodo. Al ver que sonreía devolvió el gesto, relajándose en su butaca mientras escuchaba sus razonamientos acerca de las casas, ciertamente estaba de acuerdo con él en lo que decía, ambas casas habían llamado su atención en un principio, pero como ya había dicho, se mostraba recelosa con Slytherin, por lo que su pregunta no la pilló demasiado por sorpresa.
- Algo así -Suspiró levemente- Digamos que la parte de mi familia residente en Alemania es reconocida, sí, pero no por fines demasiado nobles. -Hizo una pausa apartando la mirada hacia la chimenea, donde parecía perderse entre las llamas- Seguidores del Señor Tenebroso en su época de gloria.

Observe con atencion sus movimientos, leyendo su lenguaje corporal, al mismo tiempo que interpretaba sus palabras. No le sorprendio la pregunta, ella esparaba el tema, eso quiere decir que ella ya habia deducido que yo lei su incomodidad, estabamos jugando el mismo juego mientras hablabamos, leyendonos mutuamente, era como si ambos conversaramos una pregunta adelante, aquella idea, la de encontrar a alguien que tenga la misma costumbre de leer lo que le rodea, me parecio divertido.
- ¿Te averguenzas del pasado de tu familia? - pregunto con seriedad, sin ningun toque de acusacion.

Al oír su pregunta lo comprendió, ciertamente aquel chico le resultaba inesperadamente mucho más interesante de lo que había pensado, estaba siguiendo en todo momento cualquiera de sus gestos, por mínimo que fuese. Una sonrisa divertida se dibujó en su rostro mientras volvía a fijar sus ojos en los de él.
- No. -Dijo en un tono que no admitía ningún tipo de duda- El pasado es el pasado, por algo se le llama así, no me avergüenzan, simplemente no los soporto. -Aquella última frase no se podía saber con seguridad si se trataba de una broma o realmente iba en serio, a decir verdad, ni ella misma estaba segura. - ¿Y tus padres? Si consideraste entrar en Slytherin imagino que ambos serían también magos, ¿a qué casas fueron? Disculpa si es demasiado comprometido, no tienes por qué contestar si no quieres. - Preguntó buscando saciar su curiosidad.

La chica mostraba en sus palabras la misma ansia disimulada de conocimientos que yo, una curiosidad a toda prueba, un deseo de conocer todo aquello que le rodea, de entenderlo, comprenderlo, esto era nuevo para mi. Manejo sus palabras con cuidado, en un vano intento por no incomodarme, cosa que no sucedería jamas.
- No, solo mi madre era bruja, mi padre no lo era - digo con naturalizas, el tema de las mezclas de sangre jamas fue tema para mi - Aunque muchos otros Slytherin son sangre mezclada -tome aire, y continué con mi respuesta en el mismo tono amable y despreocupado de antes - Mi madre no vino a Hogwarts, ella estudio en Egipto, igual que yo, era la curadora de la biblioteca de Alejandria.
Mi mirada quedo prendada en sus ojos por algunos instantes.
- ¿Viniste sola a Inglaterra o volviste con tu familia?

Permaneció atenta a sus respuestas, asintió un par de veces dándole a entender que seguía su explicación. Dirigió una rápida mirada hacia el reloj que colgaba de la pared frente a ella, comprobando que ya era bastante tarde, por lo que se inclinó un poco hacia él, permitiéndole de esa forma mantener la conversación en un tono más bajo, de esa forma evitarían cualquier tipo de amonestación más fácilmente.
- Impresionante. -Murmuró sorprendida de lo que le había contado.- Ser bibliotecaria en Alejandría... -Si no fuese por el mismo motivo que la había empujado a bajar el tono habría soltado un silbido de admiración. Luego volvió a fijarse en los ojos del chico, devolviéndole la mirada y sonriendo al comprobar que no parecía incomodado- Vine con ellos hace mucho, pero estoy convencida de que se habrán ido tan pronto se aseguren de que aquí estoy bien. Añoran aquello. -Dijo sin dejar ningún matiz melancólico en sus palabras.

Su tono de voz al hablar de su familia me es familiar, me recuerda lejanamente a mis palabras al referirme a mi madre, esta chica parecia ser más similar a mi de lo que yo pensaba en un principio, aquello era facinante, pero a la vez algo perturbador.
- Crecer en la biblioteca fue facinante - le digo, retomando mi respuesta anterior - pase toda mi infancia entre los libros, fueron mis fieles compañeros durante años, la mejor de las compañias - en este momento, por primera vez durante la conversacion, demostre una emocion real, solo fue un pequeño atisvo, una pincelada de alegria al hablar de los libros, tesoros del conocimiento, que me rodeaban, pero algo me dice, que a pesar de lo pequeño de la expresión, ella sabrá leerlo en mis ojos.
- ¿Que piensas hacer al salir de Hogwarts?

No le costó demasiado trabajo percatarse de que el chico llevaba toda la conversación tocando temas de lo más personal sin mostrar ningún tipo de fuerte reacción, como solía pasar en aquellos casos, ese hecho la hizo quedarse pensativa durante unos segundos, de vuelta con su confortable fuego, pero rápidamente volvió a la charla.
Permanecía atenta a sus respuestas, ahora sin apartar la mirada, pues los ojos de las personas suponían la mejor forma de conocerlas sin lugar a dudas, por eso cuando lo escuchó hablar sobre los libros la alegría que irradiaba fue relativamente fácil de detectarla.
- Todo un auténtico Ravenclaw. -Repuso en contestación a la de él- Sin duda un libro jamás te podrá traicionar. -Escuchó luego con atención su pregunta, tomándose un tiempo para medir bien cada palabra en su respuesta- Pociones. Ya sea como profesora o realizando trabajos de alquimia, son mi pasión. -Esta vez un matiz de esperanza se clavó en sus palabras sin posibilidad de desprenderse- ¿Qué hay de ti?

Al igual que ella, me mantengo atento a sus reacciones, sobre todo en los ojos, aquella era sin duda la forma más segura de leer una persona.
- Al salir de aqui, quiero viajar para recolectar mis tesoros - dije con naturalidad, cayendo luego en cuenta de que ella no sabria que entender por mi tesros - Veras, me considero a mi mismo algo asi como un cazador, un recolector de conocimientos, mi gran pacion es llegar a coleccionarlos todos, aprenderlo todo, descubrirlo todo, saberlo todo, construir una gran catedral en mi mente con todos los conocimientos del mundo - Más notorio de la ultima vez, la pasion puede notarse en mis palabras, solo al hablar de mi gran busqueda muestro tan claramente mis emociones, pues su intensidad me hace dificil mantenerlas bajo control.

- Vaya... -Un suspiro de admiración salió desde lo más profundo de su garganta, concordando con las emociones que aquel joven demostraba- Suena realmente bien, algo así como dar la vuelta al mundo, ¿no?
Dijo aquello último sin ningún tipo de matiz sarcástico, es más, la idea realmente le parecía interesante y más para alguien de aquella casa.
- Sin duda parece ser un buen trabajo, aunque un poco imposible de realizar si no cuentas con los fondos en Gringotts necesarios. -Objetó en un tono divertido mientras sostenía su mirada firmemente, no quería intimidarlo, más bien era una forma de darle a entender que la conversación le parecía agradable.
Un par de alumnos de los primeros cursos que permanecían apartados jugando al ajedrez mágico provocaron un fuerte estruendo cuando una de las piezas rompió otra con brusquedad, de forma que todas las cabezas se volvieron hacia ellos en aquel instante.
- Hay que ver... -Susurró de tal manera que mezclaba su diversión anterior con un ligero deje de desaprobación.

Mi mirada sigue fija en sus ojos, igual que la de ella, pero contrario a lo que podria esperarse en otra situcion, esto no causa ninguna incomodidad, ni mucho menos tension, poco a poco la conversacion se vuelve más grata para mi.
- ¿Galleons? - Sonrio ante su comentario sobre los fondos necesarios para el viaje - La verdad es que no dispong de ellos, solo cargare conmigo mis deseos de aprender, y la suficiente astucia para resolver los problemas conforme vayan apareciendo - Dijo en tono ligermante alegre - Toda una aventur, ¿no creer?

Asintió concordando con su forma de ver el viaje.
- Sin duda suena fascinante. -Corroboró imaginando cómo sería aquella forma de viajar, la idea parecía bastante embriagadora- Pero los galleons siempre lo ponen todo más fácil. -Repuso divertida, tratando de pensar en la situación.
Suspiró con la mirada perdida a través de la ventana, ya era completamente de noche pero la luna brillaba con un tenue resplandor que iluminaba el centro de la estancia.
- Mientras tú das la vuelta al mundo yo estaré con mis "juguetitos" alquímicos. -Aquello le resultaba bastante extraño, pero parecía divertirle más de lo esperado.

Sonrio ante su comentario, mientras sigo su mirada hacia la ventana, la noche esta sin duda tranquila, de repente me provoca un paseo por los terrenos.
- Pareces muy imprecionada por mis planes - digo en tono neutro - Pero a mi me interesa tu idea más de lo que crees - Vuelvo a dirigir mi mirada a ella - Debes saber muchos de pociones, ¿no?, sus leyes y sus componentes... No puedo evitar pensar cuantas cosas tendras ahora en tu cabeza que yo dosconosco...cuantos trozos de mi tesoro haz conseguido... - En cuanto esa idea cruza mi cabeza, la miro como si ella fuese algo preciado, como si ella misma fuese un tesoro en si.

Lo miró mientras hablaba, se empezaba a familiarizar con aquellos ojos, aunque estaba segura de que todavía guardaban muchos misterios tras de sí.
Se dispuso a contestar en un tono tranquilo y pausado, aunque en realidad lo usaba para tratar de ocultar que sus palabras habían conseguido que se ruborizase levemente.
- Tampoco sé tanto cómo crees, me gustan las pociones, desde siempre, eso sin dudarlo un segundo, pero me queda mucho por aprender... quizá demasiado. -Aquellas últimas dos palabras hicieron que frunciese levemente sus labios, no le gustaba en absoluto la idea de desconocer las cosas- Aunque, claro, supongo que ese es el motivo por el que estoy aquí.