Si encontrase algo "ligero" para el camino...

Sabía que no debía haberle llevado la contra a mi tutora, pero estaba tan aburrida que escapé de mi habitación en el caldero chorreante y fui a parar a la primer tienda que captó mi completa atención.

- Buenos días - saludé con vos cantarina e inocente al dependiente - Hecharé un vistaso y le haré saber si es que algo me interesa, no se moleste.


Me dio una sonrisa cordial de aprovación, se la devolví con mi risita que ocultaba detrás de toda la inocencia, al verdadero terremono Potter en acción y me dirigí hacia las estanterías.

- Adivinación... merlin claro, ni muerta... Aritmomancia... puede ser, pero aun así... Oh.. ¡Secretos en los pasillos de Hogwarts! Que buen libro si tan solo pudiera...

Me paré de puntillas intentando alcanzarlo, mi estatura unos cetimetros más baja de lo promedio estaba dándome problemas. Estiré los dedos un poco más, pero en lugar de obtener lo que quería, me vi en el suelo con el libro sobre mis rodillas y unos cuantos libros más regados en el piso. Estaba por recogerlos cuando de repente...

- Uhmmm... que me decian los adultos sobre hablar con extraños??? Olvídenlo, el hombre parece amable, además, me alcanzó el libro - me encogí de hombros dentro de mis propios pensamientos.

- Gusto en conocerlo profesor, soy Angela Potter - sonreí - Quizás nos veamos en Hogwarts este año

Me ocupé de poner los libros en su lugar uno a uno en algun espacio libre en la estantería. Mientras lo hacía, recordé que me faltó agradecerle por el libro.

- ¡Ah si! Gracias por libro, por cierto, que descuido de mi parte no haberlo mencionado antes - mis ojos le miraron divertidos, tenía el presentimiento de que el profesor no iba a salvarse de mi instinto de bromista cuando estuviese en Hogwarts. Bueno, nadie lo hacía.

Me quedé pensativa un rato, luego respondí.

- No hay problema profesor, dejeme pagar este libro y nos vamos - dicho esto, me dirigí hacia el dependiente y deposité la cantidad necesaria en sus manos.

- Entonces, ¿nos vamos?