Buscando una mascota en particular

Me había propuesto encontrar un animal que me acompañase en mis aventuras tanto nocturnas como diarias por el bosque, no podía seguir yendo en forma humana así como así por un lugar tan peligroso, por lo que me encaminé a la tienda de animales del Callejón Diagon.

-¿Hola?- Saludé entrando en la tienda.

los animales que estaban en sus "cajones" en las paredes detenidos por un cristal magico empezaron a hacer ruio ante la presencia de un joven puedo ayudarte? le pregunte con una sonrisa

Vi llegar un hombre de la trastienda, bien, estaba deseante de tener mascota.
- Si, necesito una mascota, adoro los felinos, pero los gatos son muy pequeños... Pero en cambio, creo haber oido que vende usted crias de tigre, por supuesto, el coste no sera problema- Dije acariciando la bolsa de galeones que llevaba.

alce una ceja esperaba que no lo fuera comente, abri paso para que me siguiera a la trastienda, habian cientos de jaulas lo guie hacia donde ponia a los felinos, habia panteras, tigres, leones, tigres de bengala, jaguares y demas son muy traviesos al principio, si lo empiezas a educar desde que lo tengas sera un fiel amigo le comente

Lo segui a la trastienda y aparte los ojos de los animales mientras hablaba.
- Es justo lo que necesito en Hogwarts.
Sonrei satisfecho al ver un pequeño tigre que parecia querer salir de la jaula parar mordisquear las cordoneras de mis botas.
- Creo me llevare este- Dija agachandome para poder verlo bien, tenia los colores bien marcados y ojos claros, pero parecia ser un buen compañero a pesar de su forma de ser.

asenti mientras los dirigi a la tienda ya que el animal cuesta 600 galeones, te dare de regalo una correa, para mientras lo entrenas le dije pasandole una correa irrompible gracias a un hechizo

- Vaya, muchas gracias, creo, que la necesitaré.
Cogí mi bolsa de galeones, saqué 600, y los puse en el mostrador, pues eran demasiadas monedas para dar en mano.
Tomé a mi nuevo amigo, pues era macho, y lo miré a los ojos, soltó algo parecido a un gruñido.
- Bien, pues ese será tu nombre, Rayth. A sido un placer hacer negocios con usted. Hasta pronto.
Puse la correa al tigre, y salí de la tienda.

asenti y me despedi de el con un gesto, guarde los galeones y me retire a la trastienda