Consecuencias (Sophie y Libre)

Ou…- maldije por octava vez, sentí a las plantas tensar mas en mi cuerpo y cerré los ojos tratando de relajarme y así dejar de moverme. ¿Qué había pasado? Pues ingenuamente yo había entrado a el salón de herbologia pensando que seria wuay ver las plantas mágicas y entretenerme un rato porque este colegio podía ser el mas famoso de todos, pero entre sangre sucias y sangre puras sin cerebro realmente me aburría. Así que al entrar, me había distraído viendo unas flores mágicas realmente lindas y de pronto cuando di un paso mas, hice caer un florero del cual había salido una planta que prácticamente me tenia atada de pies y manos.

-Genial, ahora moriré ahorcada por una estupida planta- dije con sarcasmo y la planta apretó mas mi cuerpo. Tal vez moriría ahora si alguien no venia a rescatarme, pero en realidad no pensaba gritar pidiendo ayuda, seria suficientemente humillante si alguien entraba en esta situación, para además pedirle ayuda.

Por quinta vez, trate de llegar a mi varita, pero esta parecía esconderse en el bolsillo de mi capa, el pequeño movimiento hizo que la planta apretara mas en mis muñecas. Esta estupida planta me iba a hacer sangrar, lo sentía. Así que hice lo que me habían enseñado a hacer en momentos de peligro. Controle mi rostro para que se viera típicamente aburrido y mire hacia el techo.

No haría nada.

Decidí salir a caminar un rato, estaba harta de permanecer encerrada en el castillo. Necesitaba despejarme, últimamente me estaban pasando cosas muy raras. Y, conociéndome, no acudiría a nadie; sino que pensaría y me lo guardaría todo para mí. Porque así era yo, si había algo que no me gustaba o que simplemente no me salía hacer era compartir mis temores o cosas que me preocupaban con los demás. No era tan ingenua como para confiar y abrirme a las personas así como así.
No tenía un destino predeterminado, mi intención era solamente estar en contacto con la naturaleza.
Sentí como una suave brisa corría por todos lados y alborotaba mis cabellos, no hacía frío pero tampoco calor; eso es lo que me gustaba de esta estación. Inhalé una bocanada de aire y luego de unos instantes lo dejé salir, mientras continuaba caminando y observando el paisaje. Me encantaban los terrenos de Hogwarts, su majestuosidad era imperdible.
No sé como, llegué hasta los invernaderos. Iba a seguir de largo, en el momento en el que escuché a alguien hablar. Al principio no sabía si era sólo mi imaginación o de verdad había una persona alli dentro. ¿De todas maneras, qué importaba? Es decir podía ser la profesora o seguro algún alumno. Aún así ¿a estas horas? Me parecía un poco extraño. Paré de caminar, dudando por unos instantes.
Bueno, nada malo podría pasarme si hechaba una mirada para ver quien se encontraba por simple y pura curiosidad. Guié mis pasos hacia el lugar que escuché la voz; no vi a nadie.
- ¿Hola? ¿Hay alguien ahi? - me sentí estúpida al preguntarlo, pero me salió sin pensarlo.

¡Por fin! pensé cuando escuche el crujir de una persona entrar al salón, mire a la chica sacar su varita y sin una advertencia antes, lanzo un hechizo que me dejo prácticamente ciega por unos segundos. Sentí como la planta se marchitaba, pero aun así no me agrado la actitud de esta. Bien podría haberme dicho que volteara el rostro o algo así. Llego hasta mi, note de inmediato que era slytherin, solo una slytherin podría ser tan indiferente en una situación así. La mire con sorpresa por como se habia atrevido a hablar asi conmigo.

- ¿Y tu que? Sueles pasear por todos los salones para ver si hay alguien para salvar.- Con la cabeza en alto, limpie la tierra de mi ropa y me arregle el cabello. Levante la mirada y con una sonrisa burlona le dije.- Tienes una actitud muy Gryffindor…-

Escuche la voz de una chica preguntando si habia alguien ahí, gemi por la irritacion ¿Realmente vendria todo Hogwarts a verme sucia por la culpa de una maldita planta? Mire mis muñecas que sangraban lentamente. Eso me iba a dejar marca, la sangre goteaba por mis brazos.

- ¿Sueles preguntar si hay alguien en todos los salones que abres?- pregunte, tratando de parecer indiferente, pero al mover mi muñeca, me dolió tanto que gemí de dolor. Maldita planta.

Maldije en silencio, por las estupidas plantas, prometia que las cortaria una por una y si alguien preguntaba culparia a un sangre sucia diciendo que lo vi haciendolo.

Cuando escuche diciendo que era su dia de encontrarse a Gryffindor, dije con una sonrisa.- Debe ser difícil que todos los Gryffindor quieran quitarte tu trabajo de rescatar personas, querida.

Me adentré un poco más hasta que las vi. Eran dos chicas y, al fijarme en sus túnicas, pude darme cuenta de que pertenecían a Slytherin. Una de ellas tenía su varita en la mano y parecía estar preguntándole algo a la otra, mientras que ésta - deduje que algo raro había pasado - se estaba levantando del piso y tenía un aspecto desaliñado.
Ok, ¿por qué yo? Es decir ¿quién me mandaba a meterme en esta situación? Esto me pasaba por tonta y curiosa. Desde mi llegada a aquí de Beauxbatons, nunca me había quedado charlando a solas con gente de la casa de Slytherin; tenía entendido que no nos llevábamos muy bien, pero sólo eso.
Mi mirada cambió por completo al percibir el tono en el que me hablaron. Conmigo no, yo no era de esas personas que se dejaban intimidar y salían corriendo, para nada.
- ¿Y tú siempre acostumbras preguntar todo utilizando la palabra ''sueles''? - inquirí irónicamente y frunciendo el seño, observando a la segunda chica, la del aspecto desgarbado. Sí, que lástima que la tal Yveline me hubiera quitado el trabajo de quedar como una heroína; porque era mi principal propósito en la vida. Pf, seguro. Al menos yo tenía personalidad.
Presté atención a las muñecas de la chica que desconocía el nombre, habían estado sangrando. ¿Qué le habría pasado?

No pude evitar reír, realmente era una chica divertida, si a mi me hubiera comparado con un Gryffindor y su obsesión por ser el héroe y el centro de atención hubiera explotado, pero ello lo tomo natural y hasta bromeo con el tema.

- Debes buscarte un nuevo hobby- comente con una sonrisa. Asentí y alce los hombros indiferente, no habría esperando otra cosa de una slytherin- Penélope Nott, slytherin y sangre limpia, por lo que perfecta candidata para ser salvada cuando una de estas cosas se vuelva fuera de control.-

Mire las plantas con asco y quise destruirlas. Curo mis muñecas con un movimiento de varita y me sorprendí gratamente, la magia curativa no era mi fuerte.

Alse mis hombros indiferente y mire a la chica Gryffindor, quise responderle con sinceridad, asi que lo hice- La verdad, es que estaba tan molesta y asustada por lo que me acaba de pasar que ni siquiera me di cuenta que había dicho la palabra sueles dos veces.- le sonreí naturalmente ignorando lo ironico en su voz. Saque mi varita e hice aparecer un espejo de cuerpo completo.

Me mire realmente sorprendida, estaba realmente despeinada, sucia y no se podía ver nada de mi que fuera de la alta sociedad, parecía una chica de pueblo. Con mis dedos trate de peinarme, pero mi cabello quedo rebelde por el trato de la maldita planta. Fruncí el ceño. Volví a mirar las plantas, las cortaría todas.

Nisiquiera voltee cuando la chica respondio que me habia lastimado con el lazo del diablo. No recordaba que alguien lo hubiera preguntado, pero lo deje pasar ¿Quién era yo para vigilar a las dos con tanta precisión?

- Clarísimo - le respondí como para decir algo, mirándola más detalladamente y sin sorprenderme por el hecho de que se hubiera dado cuenta de lo que había estado pensando. Generalmente yo y mis expresiones eramos como un libro abierto, no era tan difícil adivinar.
- Ah por supuesto, eso lo explica todo - dije a la que había sufrido el ''pequeño accidente'' con una sonrisa, siguiéndole el juego. Daba igual, si buscaban pelear no dudaría en defenderme; pero si no tampoco iba a encender fuego.
Luego me quedé observando detrás de ellas, y ahi - al observar la planta y todo el desastre - me di cuenta de que en verdad había pasado. Las escuché entablar conversación pero no las interrumpí.
Rodé los ojos al percibir lo que dijo Penélope, ¿por qué eran tan insistentes con el tema de la pureza de la sangre? Me hacían acordar a mi familia: todos eran magos, y es más eramos unos de los más antiguos linajes de Francia; y aun así yo no decía nada ni aborrecía a nadie. Menos mal que en Beauxbatons no existía la división de casas, y que no le interesaba lo suficiente a mis padres como para que me preguntaran en que grupo había quedado en Hogwarts.
Además ¿qué tenían en contra de las demás casas? Se creian superiores cuando, en realidad, eran simplemente iguales a todos.

Oh claro, legeremancia ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Pensé que la primera vez había adivinado lo que pensaba al seguir mi mirada. Me molestaba muchísimo que la gente hiciera eso, pero fingí no notarlo y decidí responderle normalmente.
- Oui - le dije asintiendo con la cabeza - Es cierto que no, supongo que es porque desde muy pequeña mis padres me obligaron a tomar clases de inglés y, después de pasar un tiempo aqui, mi acento extranjero se va esfumando. Igual, a ti tampoco se te nota mucho que digamos - respondí - Así es, también soy sangre pura - agregué, suspirando. De nuevo el tema de los linajes, que molestia - Soy Sophie, Sophie Quinn ¿Cómo dijiste que era tu apellido? - le pregunté, la verdad que cuando se presentó no le preste mucha atención.
Noté como me observaba, le devolví la mirada intentando descubrir qué estaba planeando.
- No, no nos dividimos por casas. - si su familia era francesa ¿por qué estaba ella estudiando aqui? ¿no le convenía ir a Beauxbatons? - Simplemente tienes las habitaciones de hombres por un lado y las de mujeres por otro, aunque obvio que hay como grupitos que se distinguen por algo; es como aqui sólo que más informal - le respondí pensativamente.

Observé sus gestos. Mi apellido por parte de mi padre, en realidad, era de origen Irlandés; pero hacía siglos que mis ancestros habían ido a habitar Francia. El apellido por parte de mi madre en cambio, sí era originario de mi país.
Claro que ubicaba la palabra Rosier, sabía algo de su familia. Me quedé observando a la chica por unos instantes.
- Igualmente - le respondí, no con mucho entusiasmo. Esto se sentía ¿extraño? Sí, creo que esa era la palabra. Me habían dicho que no me convenía entablar conversación con la casa de la serpiente. Aquí estaba yo, haciendo exactamente lo contrario. Que raro de mi parte no hacer lo que las personas me dicen ¿eh? - ¿Y por qué Hogwarts? - ¿habría sido simplemente porque le quedaba más cerca?

En realidad, como ravenclaw mejorarias mucho... con tal que no actues como hufflepuff, me gustaria estar contigo- Le sonrei ampliamente. Y pense en lo que habia dicho.

No, obviamente nunca me veria, la verdad es que yo era una chica muy tranquila, siempre escondida entre las estrellas que aqui habia, acaricie la pulsera que tenia en mi muñeca. Me daba tranquilidad hacerlo, conte 4 respiraciones mas y respondi- Estoy en 4arto curso, ¿y tu? Pareces un poco mayor que yo.- Realmente hasta las chicas de mi curso parecian mayores que yo, era muy chica y tenia un aspecto inocente que no me dejaba aun cuando hablara de el asco que me daban los sangre sucias.

Las chicas parecian estar en una interesante conversacion sobre familias sangre puras en Francia, obviamente, yo habia estudiado de todas las familias sangre pura, pero la verdad es que solo habia visitado Francia pocas veces, cuando habia ido habia quedado con una familia sangre pura, pero muy diferentes a mi. Todos eran mas relajados con la cuestion de la sangre y hasta en la fiesta dada a nuestro honor habian invitado mestizos y sangre sucia. Negue con la cabeza, saque mi varita y con un suave movimiento apareci un peino y empeze a peinarme, tranquilamente mirando a las dos chicas. Les sonrei dulcemente, ya empezando a tranquilizarme.

- Es maravilloso que se hallan conocido aqui, debe ser raro encontrar familias francesas en Hogwarts, aunque no tan raro como pense.- Ladea el rostro hacia un lado. Hace un momento parecian a punto de pelearse y ahora, las dos chicas se presentaban muy civilizadamente. Quise unirme a ellas, pero mi timidez me lo impidio. Con la mirada baja dije.- Mi familia es de Inglaterra desde que recuerdo...

Era mayor que yo, al mirarla pude adivinarlo. No, no era simplemente porque yo pareciera una niña. Ladee el rostro y asenti, no me sorprendia, aqui todos debian ser de descendencia inglesa. Le sonrei ampliamente, era realmente genial que pudiera ver siempre a mis padres y a mi hermano. Asi que asenti.

- Debe ser muy triste estar sin tu familia... siempre me ha gustado estar acompañada, yo crei practicamente en la oficina de mi padre.- los recuerdos llegaron a mi mente y fue feliz, le sonrei dulcemente.- Cuando quieras puedes venir conmigo, mis padres son muy agradables, siempre estan ansiosos de que consiga nuevos amigos... aveces soy algo timida y eso les incomoda, sobre todo a mi madre.

Nunca habia invitado a alguien a mi casa, nunca... asi que sonrei en direccion de la otra chica.- Me gustaria que nos conocieramos, me gustaria ser su amiga... - me sonroje suavemente y sonrei ampliamente.

- Ah claro - asentí comprensivamente - No, sinceramente no estoy muy atraida por el tema - agregué sonriendo de lado.
Oi hablar a Penélope diciendo su curso. ¿Asique yo era la más grande? No sé por que, era tonto pero de algún modo me hacía sentir poderosa. Ok, y después las criticaba a ellas por creerse mejores.
- Oh, te sorprenderías al saber la cantidad de chicas de Beauxbatons que hay por aqui. He hablado como con cuatro o cinco - dije. Por supuesto claro estaba que ninguna de ellas era sangrepura, que era lo que a estas dos chicas les interesaba; igual no lo sabía, no solía preguntarle eso a la gente que recién conocía.
Escuché como el tema de conversación volvía a girar en torno a las familias, pero esta vez era sobre cuán seguido las veian. Decidí no participar, no me gustaba mucho hablar sobre mi familia; nuestra relación no era muy ¿afectiva? - sí, esa era la expresión - que digamos. Salvo por mi padre, obviamente; con el resto no me llevaba para nada bien.
Sonreí al atender a las siguientes palabras ¿amigas? La verdad es que podían ser Slytherins, pero no me caian tan mal. Quizás al principio sí me dieron una mala impresión pero tampoco eran una calamidad; aun así no confiaba en las primeras impresiones, debería conocerlas más.
Solté una carcajada al ver como Yveline comenzaba a dar brinquitos, se la veia entusiasmada de verdad. Pobrecita, debería ser feo eso de estar tan alejada de tu familia.
- Gracias, ustedes igual pueden venir a la mia - les dije con una sonrisa. Esto era extraño, no debería ser - o intentar ser - amiga de ellas; pero había algo que me decía que después de todo no era tan incorrecto.

Me rei, Yveline fingia ser muy fria y slytherin, pero la verdad es que era muy tierna. Mientras daba saltitos me di cuenta que yo no era la unica que me sentia sola en slytherin. - Me encantaria ir a sus casas, algun dia deberiamos hacer una pijamada.- dije pensando en lo divertido que seria estar con ellas toda la noche levantadas y hablando de las cosas que pasaban aqui.

Mire realmente sorprendida a Sophie. La verdad es que no podria saber cuantas familias francesas habia, pues no era muy social- ¿Realmente, Sophie? - dije y despues no pude evitar reir.- Es extraño que yo este aqui desde mi primer curso en Hogwarts y no sepa nisiquiera si hay familias francesas. Siempre crei que todos eramos ingleses.

Las mire sorprendidas, parecian realmente conectadas, Sophie no habia dicho nada, pero Yveline le decia que no y decia que no lo volvia a hacer. Me rei. Yveline realmente era divertida, animada... quise ser un poco como ella y tambien fingi llorar cuando dijo que los slytherins tenian mala fama

- Pero no te guies por las apariencias, nosotras somos iguales a ti, la unica diferencia es que el bordado de nuestra capa es diferente.- Alce los hombros, despreocupada.- Aunque debo admitir que soy realmente insoportable cuando recien conosco a alguien, es mi manera de alejar a las personas... - me mordi el labio y les hise una confesion que nunca me gustaba admitir- Temo a los lugares donde hay muchas personas... realmente... muero de miedo cuando hay mucha gente a mi alrededor.

Fulminé con la mirada a Yveline al darme cuenta de que había entrado en mi mente. Al ver la cara que puso, me reí; era broma.
- Más te vale que no - le dije aún con una sonrisa. Morí al ver el gesto que hacía, crei que era la única que fingía que me caia una lágrima con el dedo; no era algo del otro mundo, pero eran las primeras con las que conversaba que lo hacían - ¿Después de su derrota? Yo creo que antes también, sin ofender - agregué mirándolas a las dos.
Escuché las palabras que Penélope decia con mirada sorprendida.
- Sip, o por lo menos es lo que me han dicho un par de personas con las que he conversado. Es extraño que esté aqui desde hace unas semanas y ya sepa que hay familias francesas - comenté alzando la comisura de mis labios. Y no sólo había hablado con mis compatriotas, sino también con alumnos asiáticos y americanos; Hogwarts era una mezcla de todas las nacionalidades.
¿El bordado de nuestra capa? Sí, supongo; y no, jamás me guiaba por las apariencias ni por lo que la gente decía, sólo que no sé.. era raro estar con ellas cuando se supone que deberíamos ser enemigas por toda la vida. Vuelvo a repetir, no parecían malas chicas.
- A mí también me criaron así, sólo que simplemente no obedecía. No me parecía correcta su forma de pensar, les dije que yo era diferente y punto. - les dije, no contando en realidad toda mi historia. Pero recién las conocía, no creia que era el momento para eso; además que por ahora a nadie en Hogwarts se lo había dicho, no me gustaba contar mis problemas y cosas por el estilo. Me hacían sentir débil.
Y en ese momento empezaron a hablar sobre lo que era muy buena escuchando, aunque no confesándolo.
- Oh, vamos chicas. Ánimos, ahora que están conmigo no más temores ni soledades - les dije en modo de broma. En parte era cierto, no me costaba para nada socializar con la gente, aun así todos teníamos nuestras cosas ¿Verdad?
- Por supuesto que yo tampoco mostraría mi Sala Común a dos ambiciosas Slytherins - hablé siguiendo la broma y luego riendo - Me gustaría mucho - agregué ahora con una sonrisa, eliminando todo prejuicio o duda que podría tener contra ellas - y la Sala de los Menesteres es perfecta.