Consecuencias (Sophie y Libre)

Recuerdo del primer mensaje :

Ou…- maldije por octava vez, sentí a las plantas tensar mas en mi cuerpo y cerré los ojos tratando de relajarme y así dejar de moverme. ¿Qué había pasado? Pues ingenuamente yo había entrado a el salón de herbologia pensando que seria wuay ver las plantas mágicas y entretenerme un rato porque este colegio podía ser el mas famoso de todos, pero entre sangre sucias y sangre puras sin cerebro realmente me aburría. Así que al entrar, me había distraído viendo unas flores mágicas realmente lindas y de pronto cuando di un paso mas, hice caer un florero del cual había salido una planta que prácticamente me tenia atada de pies y manos.

-Genial, ahora moriré ahorcada por una estupida planta- dije con sarcasmo y la planta apretó mas mi cuerpo. Tal vez moriría ahora si alguien no venia a rescatarme, pero en realidad no pensaba gritar pidiendo ayuda, seria suficientemente humillante si alguien entraba en esta situación, para además pedirle ayuda.

Por quinta vez, trate de llegar a mi varita, pero esta parecía esconderse en el bolsillo de mi capa, el pequeño movimiento hizo que la planta apretara mas en mis muñecas. Esta estupida planta me iba a hacer sangrar, lo sentía. Así que hice lo que me habían enseñado a hacer en momentos de peligro. Controle mi rostro para que se viera típicamente aburrido y mire hacia el techo.

No haría nada.

- No lo es tanto para mi.- comente sinceramente.- mi miedo a los lugares con gente, se hace menos cuando alejo a las personas de mi… no me molesta ser sangre limpia. Estoy orgullosa de eso.

Si quería que fuéramos verdaderamente amigas, tenia que decirles la verdad. Yo no creía que era mejor no ser sangre limpia, yo no pensaba que mi educación fuera mala, al contrario, me había enseñado a superar todos mis obstáculos. Yo no era exactamente una chica dulce que se dejaba llevar por la marea, yo era fuerte. De una manera extraña, pero lo era.

Escuche lo que decía Sophie con una sonrisa. Sophie era muy Gryffindor y parecía que nos tomaba bajo su protección. Eso me gusto, secretamente buscaba un poco de protección. Me reí también por la broma.

- No necesitas decirnos donde es tu sala común, lo sabemos – dije con una sonrisa maliciosa aunque ni siquiera tenia idea de donde quedaba.- Tienes razón, Yve, pero deberemos avisarle a Soph antes de atacar, para que no este alli en ese momento y… quien sabe, después de pasar tanto tiempo con nosotros, tal vez ataque la sala común con nosotras.- comente riendo.

Yo no estoy avergonzada de mi sangre, ni de mi educación, creo que los momentos mas alegres que pase fue en las piernas de mi padre en su oficina. El mirando sus negocios mientras me explicaba lo que yo debía saber, para no ser como otras chicas, bonitas pero huecas. Mi belleza nunca había sido lo que me había resaltado, a mi padre eso no le importaba, en cambio, adoraba mis comentarios inteligentes y sagaces.

- A mi no me molestan los muggles, solo creo que los muggles no deberían tener magia, es una anormalidad que la tengan, así como compartir un corazón…- explique, no tenia problema con los muggles, porque no me interesaban.- Así como un mago que no tenga magia, son anormalidades, en vez de admitirlos a nuestra sociedad, deberían curarlos, no dejarles creer que esa anormalidad, los convierte en parte de nosotros.

Era un tema muy recurrente el tema de la sangre con mi padre, cuando tienes un bebé con un sangre sucia, la magia también se disuelve, es como cuando un mago esta con un muggle, el niño seria parte mago y parte muggle, si el niño resulta ser mágico y se mete con otro sangre sucia, la magia se disuelve mas. Llegando el punto en que desaparece completamente, como una epidemia.

- O ni siquiera tienes que decirnos que te hizo, alguien que te daño de cualquier manera se ganara nuestro rencor y…- alce los hombros con una sonrisa divertida.- Será genial atacar a cualquier Gryffindor, así que no habrá problemas.

Parpadeé muchas veces, haciéndome la sorprendida y alzando mis cejas.
- Jamás en la vida me uniría a esa funesta causa - les dije con una sonrisa mientras bromeaba. Sinceramente no me importaba si sabían a dónde se encontraba nuestra sala común, no era un secreto. Mucha gente de otras casas conocía su paradero, así como los de Gryffindor también sabíamos a donde estaban las demás salas. La ubicación era fácil, ahora lo que costaba era entrar. - Aunque... no me molestaría darles algunos nombres de ciertas personas... - agregué y me heché a reir. Bueno, eso era ciertamente en serio; ok no, pero ganas no me faltaban.
Las escuché hablar sobre lo orgullosas que estaban de ser sangres puras callada, observando sus gestos. Había partes en las que coincidía pero partes en las que no tanto.
- Yo pienso que todos somos iguales. No importa nuestro status de sangre, la magia viene de aquí - comenté, señalando mi corazón - Sé que suena cursi - agregué riendo - pero es lo que yo creo. Y sí, es cierto que nos han educado distinto; aún así cada uno es el que toma sus propias decisiones y marca su camino decidiendo quién quiere ser. Eso es lo que determina tu calidad de magia, no si tus dos padres son magos o uno sí pero el otro es muggle o lo que sea.
Medité un poco sobre lo que dijo Penny a lo último.
- Puede que sean casos raros, pero son las excepciones que confirman la regla - me aparté un mechón de la cara y continué - Sí que son parte de nosotros, tenemos la misma manera de sentir y de pensar; simplemente porque ellos no tengan nuestro don, o en caso de ser magos pero provenir de una familia no mágica, no significa que son inferiores o peores. Quieren lo mismo que nosotros: disfrutar la vida - me paré a tomar aire y tragar saliva, esto último lo había soltado rápidamente - Igual, es mi opinión. Sobre esto no hay algo que esté bien o mal, simplemente cada uno piensa lo que le parece correcto - les dije al final.

Me reí junto a Sophie, la idea de que sophie tenga enemigos y que nos ayudara en eso, era tonta, al igual que pensar que nosotros perderíamos el tiempo entrando a la casa de los leones. Teníamos cosas mucho mas interesantes que hacer, pero aun así, guarde la idea para el futuro.

- Cuidado, Sophie, que Yve parece dispuesta a todo con tal de entrar a su casa y hacer sufrir a algunos.- dije con una suave risa, seria muy divertido, en realidad. Venganza… la verdad es que no sentía rabia por nadie de esa casa, así que si lo hacia, lo haría por diversión.

Sophie en realidad creia que la magia venia del corazón, la mire con una sonrisa, pero no opine de eso, si la magia viniera del corazón, hasta los muggles harían flotar ollas o aparecerían flores cuando estuvieran enamorados. La magia venia de la sangre, así como la clase de mago.

- Creo… que en realidad los sangre sucias, son de algún pariente mágico, como si acumulara la magia, por ejemplo, mi abuelo tiene un poco de magia y mi madre también, así que consigo la suficiente magia para poder hacer hechizos…- alce los hombros indiferente.- Lo malo de eso, es que aunque tengan suficiente magia, no son realmente mágicos completamente…

- A partir de ahora mantendré un ojo en ustedes. - les dije muy seriamente - Aún así, cuando estén por hacerlo me avisan así les doy los nombres - susurré luego de unos instantes y me heché a reir. Era obvio que no iban a hacer nada.
Escuché a los comentarios de Yve y Penny respecto a los hijos de muggles. Ok, era un tema algo delicado para quienes lo estabamos conversando ya que obviamente, no teníamos las mismas ideas. Igual ¿de eso se trataba no? De aceptar a los demás por como eran, incluyendo sus pensamientos. Podían ser Slytherin y opinar eso, aún así eran buenas chicas. No me enojaría por sus criterios, y esperaba que ellas tampoco por los míos.
- Para mí es simple. No tienen la misma cantidad de magia en la sangre como los hijos de magos, pero aún así son mágicos y con eso alcanza. No le veo nada de malo, me gusta más clasificar a las personas por sus actitudes que por su status de sangre. He conversado con magos sangrepura que, sinceramente chicas, son insoportables - les conté. También por ejemplo en aquellas reuniones que mi familia celebraba de vez en cuando, eran todos hijos de magos y aún así eran tan aburridas; no duraba ni media hora que ya me daba sueño. Prefería ir con mis amigas, sin importar a que familia pertenecieran, que quedarme alli - Osea que el tipo de sangre no hace al mago.
Tenía mis ideas muy marcadas y en verdad creía en lo que decía, me parecía difícil que algo me hiciera cambiar de parecer - y vaya que lo habían intentado varias veces. Era bastante cabezadura con esa cuestión. Ahora que lo pensaba, era bastante cabezadura con respecto a todo. Pero bueno, era así y punto.