Hoy la suerte no te pide perdón [Penny]

Entraba de los jardines, con una gran sonrisa en los labios, saludando a un par de compañeros que me crucé. Día soleado, tarde hermosa, paisajes bellos, gente feliz... ah, los placeres de la vida. Sí que podían ser hermosos, eh. Avancé por el vestíbulo, cruzando decenas de alumnos sonrientes y decenas de cuadros chismosos y parloteantes. Subí una de las escaleras, me gustaba agarrarlas cuando estaban en movimiento. Me dirigía al baño, a buscar la carta que descansaba bajo la quinta baldosa de la séptima fila. Merlín, que combinación. Sonreí más y maté los últimos tres escalones de un salto. En el camino atravesé un corredor lleno de alumnos, pasé saludando y le revolví los rubios cabellos a un Hufflepuff de cuarto que me parecía lindo, riendo divertido. Linda tarde para estar despreocupadamente feliz.

Que horrible día, pensé con el ceño fruncido, el día había sido soleada y yo que habia tenido clases de Criaturas habia tenido que estar horas bajo el sol, con lo poco que me gustaba el sol. Me habia cambiado a un simple vestido cuando habían terminado mis clase, odiaba el sol, odiaba estar bajo el sol.

Pensé lo agradable que sería tomar una ducha de agua fría, el lago… me gustaría mucho ir al lago a bañarme, pensé. Caminando con paso distraído vi a Teo venir hacia mi, tenia una sonrisa amplia y parecía muy feliz.

Suspire, no entendía como podía estar feliz en un día como este, no lo conocía bien, pero si lo conocía, asi que agradablemente sonreí, aun cuando mi mente vagabundeará con la idea de ir al lago.

- Buenas tardes, Teo.- salude cordialmente.- Te ves muy feliz.

Sonreí al ver a Penélope acercarse por el otro lado del corredor. Cuando estuvo junto a mí y me saludó hice una gran reverencia, sin borrar mi sonrisa del rostro.

-Buen día, pequeña -la saludé, ante las risitas de un par de Gryffindor de segundo que nos miraban -. ¿Cómo no estarlo? Mira lo que es este día... -dije, pero vi la cara que puso -, ¿no te gustan los hermosos días? -le pregunté, fingiendo tristeza y sonriendo a los pocos segundos.

Me reí suavemente por su gran reverencia, hace un tiempo sabia que Teo no era un gran caballero, pero nadie podía negar que era divertido. Le ofrecí mi mano para que la besara.

-¿Qué costumbre tienes de decirme pequeña?- pregunte con un pequeño mohín, mire fríamente a los Gryffidor que rieron, las otras casas no podían meterse en sus asuntos.

Lo mire, era tan cambiante, algo en él me recordaba a Yve, siempre tan emocionantes y siempre atrayendo a la gente hacia ellos, yo no era asi, yo los alejaba.

-No me gusta el sol, prefiero lo días lluviosos.- comente mirando por la ventana.- Pensaba en lo refrescante que seria salir al lago, pero me imagino que afuera todo debe estar lleno de personas…

Besé su mano y reí ante su respuesta.

-En el fondo te agrada, lo sé -sonreí y miré divertido a los niños pequeños, para indicarles que estaba jugando -. Yo también prefiero el agua... pero los jardines están hermosos, aunque es verdad, revientan de gente -admití, aunque no fuera algo que a mí me molestara, me gustaba la gente -. Si lo prefieres, podemos sentarnos a platicar en algún rincón apartado -le propuse, con una sonrisa.

Deslise mi mano alejandola de él con una agradable sonrisa, entrelace mis manos en la espalda y lo mire con curiosidad, Teo me parecía un persona extraña, nunca sabias como era èl realmente, me pregunte quien era a quien escondia adentro.

-En el fondo, también me agradan las mordidas de las serpientes.- dije con una sonrisa, algo sarcástica. Me acerque a él y coloque mis manos en sus hombros, con un gran salto, apoyándome encima de él pude verlo como seria si fuera más alta.- Algun dia, creceré mas y tendre la confianza, la belleza y un poco de salvajismo de las demás chicas y al verme de lejos, pensaras… ¿Cómo pude decirle pequeña alguna vez a esa mujer?

Me aleje de él y me apoye en la pared de piedra mirándolo, no, no veía en el un hermano mayor, esa era la razón por la que me molestaba que me dijera pequeña. Me sonroje suavemente pensando en como todos siempre me veian como su hermanita, pero algún dia… algún dia me veria como todas las demás.

-No me gusta mucho la gente, me ponen nerviosa…- dije en voz baja, no me gustaba admitir mi debilidad, pero las cantidades de gente, me estremecían. Le sonreí y asentí, entrelace mi brazo con el de el naturalmente.- Yo me dejo llevar, ire a donde tu quieras.

Sonreí expectante cuando se me acercó y saltó. Escuché con atención lo que decía, no coincidía con ella de ninguna manera, ni la confianza, el salvajismo y mucho menos la belleza veían de la mano con ser grande o no. Y si algún día pasaba lo que decía ella, seguramente seguiría diciéndole pequeña. Era una costumbre que rara vez se me iba, y menos sabiendo que le molestaba, aunque no lo aceptara... a veces.

-No creo que necesites crecer para ser así... ¿y para qué quieres ser así? -le pregunté, sonriendo y mirando sus ojos, buscando conocer su mente y razonamientos antes de continuar. La vi alejarse, mientras me miraba con expresión pensativa. Si y fuera otra persona, me podría haber puesto nervioso ante esa mirada, casi de estudio, pero me gustaba que me mirara, no lo negaré.

-Entonces... ¿algún pasillo desierto? -sonreí ante su confianza para contármelo, aunque me había quedado claro en la subasta -. Luego de allí podremos ir a otro lugar, si te apetece -propuse, sin dejar de sonreír y empezando a caminar con ella del brazo, buscando un rincón que no estuviese invadido de alumnos.

¿Para que quería ser asi? A veces hasta yo me hacia esa pregunta, siempre diciendo que quería ser como las demás, que quería tener ese toque salvaje, tan natural en otras chicas… quería ser impulsiva y que me pasaran las cosas que a otras le pasaban… tal vez quería vivir como las otras.

-No lo se exactamente…- dije pensativa, sin saber que decir en realidad.- Supongo que me gustaría que me admiraran, como a las otras, que me pasaran cosas divertidas y que todos pensaran que es divertido estar conmigo.- frunci el ceño y levante mi mirada hacia el.- No es que no sea divertida.- adverti con una sonrisa.- Es solo que… me es difícil serlo cuando no conozco a la persona…

Me rei suavemente, un pasillo desierto… sonaba tentador. Me alegraba que no le molestara mi desinteres en otras personas y que no pensara que solo buscaba una excusa para estar con él. No me gustaba la gente, simplemente, me molestaba estar cerca de ellos.

-Como ya dije antes, me tienes en tus manos.- comente con una sonrisa.- A donde tu quieras, ire, al fin y al cabo, al menos yo… no tengo nada mejor que hacer.- me apoye en el suavemente, dejándome llevar por él.- No quiero decir con eso que me pareces aburrido.- agregue inmediatamente.- Me pareciste interesante y quiero conocerte.- agregue.

Me obligue a callar, hablaba y hablaba… eso de ser impulsiva no iba conmigo, definitivamente. Suspire, un poco mas de seguridad… un poco mas de esa forma salvaje que tenían las demás. Levante la mirada hacia él, también poseía esa forma salvaje de moverse.

-Entonces deberás conocerme -le dije, sonriendo y meditando ante su falta de seguridad -. Si estoy contigo, es porque quiero Penny... y puedes hacer cosas divertidas por tu cuenta, no esperes a que lleguen las aventuras, búscalas... puedo ayudarte en eso -le sonreí, llegando a una parte donde no habían chicos, y sólo se escuchaba el murmullo que llegaba del exterior y de una pequeña reunión en uno de los cuadros -. ¿Te parece aquí?

-Me gusta el cambio de actitud respecto a la subasta -le comenté, sonriendo y sentándome en el marco de la ventana, apoyándome contra el cristal y dejando un lugar para que ocupe ella -. Y no aclares esas cosas... ¿estas un poco nerviosa? -pregunté, mirando por la ventana divertido -. A mí también me pareces interesante Penny -era la segunda vez que la llamaba así.

Sonreí entretenida, estar con Teo ya era una aventura, no solía andar con chicos a los que no considerara hermanos y con los que me encontraba siempre era un poco cortante, un poco mas slytherin, pues aunque no los quería alejar… algo en mi si lo quería. Con Teo era tan fácil hablar, que temí que pensara que hablaba demasiado.

- Lo pienso hacer.- le respondi, mis ojos brillaron divertidos.- A menos que te de tanto miedo que huyas gritando: “Alejenla de mi”- me reí suavemente imaginándome la situación.- Si sucede eso, no creo poder correr tras de ti.- Le saque la lengua como una niña.- Una dama no se ve bien que corra tras un hombre.

Mire alrededor, nos encontrabamos en un lugar muy silencioso, asenti de inmediato, me gustaba el lugar, ahí podriamos hablar sin interrupciones y sin tener que parar de conversar por tener que movernos para darle paso a alguien.

- Sospecho que puedes ayudarme a buscarlo, tu mismo pareces toda una aventura.- le dije simplemente, el debia estar todos los dias con una nueva aventura, el debia ser del tipo de chicos al que los problemas le seguían.

Lo mire con una ceja levantada y frunci el ceño un poco, no, ni esa persona de la otra vez ni yo misma era una actuación.

- Yo soy así.- le respondi un poco seriamente.- No estaba fingiendo ese dia, como tampoco estoy fingiendo hoy.- sonreí y me senté a su lado.- Que ahora sonria y este un poco mas relajada no significa que mis ideas hallan cambiado, ni que dejare que me humille ni que humillen a alguien mas.- mordi mi labio, recordando ese dia.- Ese profesor de vuelo… era un estupido.

Me sonroje suavemente ¿Era tan obvio lo nerviosa que estaba? Trate de relajarme un poco, pero sentía mi corazón acelerado y estaba sonriendo mas de lo común. Lo mire por el rabillo del ojo. Decidi no responder su pregunta. Me di cuenta de mi nuevo apodo y sonrei.

- Asi que… ¿Cómo te dire yo? ¿Cuál sera tu apodo?- dije pensativa…- Algo que se escuche tierno… y raro.

-¿Y por qué quieres ser una dama? -pregunté, riendo levemente ante la situación de estar huyendo de ella. Era agradable y graciosa -. Parezco una aventura... nunca me lo habían dicho, sinceramente. Y no se si tomarlo como un alago -sonreí de nuevo, golpeando suavemente el marco de la ventana con cuatro de mis dedos de la mano izquierda.

-No decía que fingías... pero hoy estas distinta... más distendida... más tranquila también. No pienses en él -le dije, con una sonrisa -. Mi imagen tuya sí que cambió -le comenté, mirando penetrantemente sus ojos.

-No hay diversión en que yo te lo diga... piensa algo tú. ¿Te parezco tierno? -le pregunté, divertido.

Lo pensé seriamente, no era cuestión de serlo o no, una mujer de mi sociedad y de mi estilo de vida debía serlo. No era una opción, era una forma de ser. Me pregunte si eso se escucharía mal… ya había habido veces que al decirlo me habían visto con mala cara, separaba a la gente por caballeros, damas y otras personas. Las otras personas no valían la pena hablar demasiado.

- Lo soy.- le respondí con una sonrisa divertida.- No es querer, es simplemente que lo soy.- entrelace mis dedos y lo mire curiosa.- Y si algún dia, decidiera que cambiaria mi forma de ser, lo primero que haría no seria perseguirte.- dije divertida.- Tal vez…- levante la mirada y mire la pared de al frente distraídamente.- Lo primero que haría… seria… abrazar a alguien simplemente porque quisiera hacerlo.

Negue la cabeza, no era exactamente un alago lo de ser una aventura, pero tampoco era exactamente un insulto, simplemente era una forma de ser.

- No te imagino siendo realmente serio en algo, creo que siempre debes estar jugando… averiguando sobre nuevas cosas que hacer…- pensé en lo que decía mientras hablaba.- te imagino siempre tratando de tener algo nuevo que hacer.- lo mire con una sonrisa un poco avergonzada.- No te imagino siendo serio en algo.

Me miro a los ojos y yo sonreí agradablemente, estaba acostumbrada a mirar a los ojos, me parecía que asi se reflejaba la sinceridad de un alma, no había mejor espejo de ella que los ojos.

- Pues tu también estas distinto.- dije.- Ese día de la subasta parecías dispuesto a molestarnos, altanero… - lo mire – ahora pareces mas dispuesto a agradar que a ganar en una supuesta competencia entre nosotros, aunque…- sonreí divertida.- la competencia no era exactamente conmigo.- alce los hombros algo indiferente.- Yve y tú parecían dispuesto a todo por ganar… a mi no me importa hacerlo.

Lo pensé por unos momentos, un apodo tierno… y algo raro… su nombre no ayudaba, pensé con el ceño fruncido, pero mi nombre tampoco lo hacia, asi que pensé en algo nuevo.

- ¿Te gusta Oti?- pregunte con una sonrisa.- Me suena muy tierno… y a la vez muy raro- sonreí.- justo como tu… eres tierno, divertido, un poco salvaje, también extraño… ¿Te gusta?- pregunte de nuevo con los ojos brillosos de la emoción.

-Abrazar a alguien sólo por querer hacerlo... ¿nunca lo hiciste? Es genial, una vez me dijeron que los mejores abrazos son los que se dan sin motivo, sin compromiso... abrazos sinceros, ni de apoyo, ni de reencuentro. Abrazos espontáneos, que sólo se dan porque sí -comenté, ese era el tipo de cosas que me gustaba ponerme a pensar cuando estaba aburrido o estudiando. Nunca olvidaré cuando estaba escribía un trabajo para Historia de la Magia y reflexionaba sobre la amistad, terminé escribiendo lo que pensaba en vez del trabajo en sí... Walden casi me mata.

-No veo la necesidad de ser serio... no veo la necesidad de atenerme a un esquema o a una costumbre. Alegría. La gente no tiene una idea de lo bella que es la vida con ella. Alegría por sobre todo. Hay cosas que requieren seriedad, pero se puede ser serio con una sonrisa -le sonreí, mirando su cabello un momento antes de volver a sus ojos -. Y es verdad que siempre busco algo que hacer... no me gusta la monotonía ni el aburrimiento, siempre tengo que tener planes para el día siguiente y siempre estoy buscando la oportunidad de probar cosas nuevas también. Se le teme a lo desconocido... y a mí no me gusta tener temores -le guiñé un ojo y reí divertido.

-Me divierto molestando con tonterías... como decirte pequeña y esas cosas. Y no intento agradarte, me muestro tal y como soy, como podrás ver, también me gusta reflexionar, no creo en eso de que hay que mantener el discurso... me gusta ir pensando las cosas mientras lo voy diciendo y sacar nuevas conclusiones, aunque tenga que contradecirme -le sonreí, sintiendo que podría pasar horas hablando así con ella. Eso también era una aventura.

-Me encanta -dije, riendo divertido -. Oti... no está mal, nada mal -comenté con una sonrisa -. ¿Por qué soy extraño y salvaje? -le pregunté, con curiosidad y diversión, mientras apoyaba mi cabeza sobre mis manos, acercándome un poco y mirando sus ojos.

Me reí suavemente, realmente se debía escuchar raro eso, pero hasta hace poco no había sido capaz de comportarme impulsivamente, todo debía seguir un orden, yo debía ser como era lo indicado y no como quería.

- Abrazar a alguien solo por hacerlo no era una de mis prioridades.- admití encogiendo un poco los hombros.- Aunque creo que mis prioridades eran erróneas…- comente con una sonrisa simple.- A veces ser lo que los otros esperan que tu seas es complicado, una dama no podría abrazar a alguien solo porque si, pues podría causar malas interpretaciones.- me levante y camine de un lado para otro, con la mirada perdida.- Hay tantos limites… hacer las cosas porque si, porque quería hacerlas…- sonreí tristemente.- no es algo adecuado.

Escuche atentamente como explicaba su forma de ser con una sonrisa agradable, me sorprendí cuando me guiño el ojo, negué la cabeza divertida, el parecía jugar en cada uno de sus actos.

- Yo siempre he creido que todos los que pasan en nuestra vida es porque tienen que enseñarnos algo.- comente.- cada persona tiene una lección que debemos aprender para la perfección de nuestra alma… creo que si yo debería enseñarte un poco de seriedad.- le dije con una pequeña reverencia.- tu me deberías enseñar lo que es reír y disfrutar de la vida…- me acerque a el y tome sus manos suavemente.- Te podria enseñar las lecciones que yo se…, pero claro con una condición.- dije, mis ojos brillaron divertidos.

Pense en lo que habia dicho por unos segundos, yo tampoco buscaba agradarlo, en realidad me comportaba asi cuando llegaba a tener confianza hacia una persona. Lo mire fijamente, tratando de ver en el algo que me hiciera huir o desconfiar, no lo encontre,

- Pues entonces yo tambien te molestare.- dije con una sonrisa.- Dos pueden jugar a este juego y yo soy buena con las palabras mucho más que con otros ataques.- sonrei inocentemente.- aprendí desde muy temprana edad que las palabras eran la peor espada. Canturree.- Otiiiiiiiiiiiii.- lo llame con una sonrisa divertida sentandome a su lado. Acerco su rostro al mio y me sonroje suavemente, no entendia porque estaba tan cerca, pero lo deje pasar. Sus ojos en los mios me hipnotizaron por unos segundos.- Bueno… tienes una extraña forma de ser… como si todo lo que vieran tus ojos te perteneciera… y hay algo en ti… que parece salvaje… difícil de dominar.- me sonroje suavemente y mire hacia otro lado.- No creo que nadie fuese capas de dominar esa parte de ti…

-Ser lo que los otros esperan... por favor, ¿para quién vives? ¿para ellos o para ti? -pregunté, con una sonrisa -. Penny, en mi vida he decepcionado a muchas personas por no ser como querían ellos, pero soy como quiero yo, y soy feliz así. Y creo que es así como se debería vivir, preocupándose por agradarse a uno mismo, no a los demás -expliqué, retomando otro de mis debates filosóficos. ¿Para qué vivíamos? ¿Para ser nosotros mismos? ¿O para ser lo que se espera que seamos?

-Claro, me vendría bien, un poco... aunque no serás la primera que lo intente -le dije, asintiendo antes sus primeras palabras. Miré divertido y expectante su reverencia, para luego sonreír ante el secuestro de mis manos -. Te enseñaré lo que quieras, pequeña... pero, ¿cuál sería tu condición? -le dije, liberando suavemente mis manos y volviendo a recostarme contra la ventana, sosteniendo su mirada.

-Molestar no es atacar, pequeña... por lo menos no desde mi punto de vista. O será que mis ataques son muy terribles y no se rebajan a eso -sonreí, desviando mi mirada hacia el exterior unos momentos, meditando sus palabras. Me alejé hasta la distancia que manteníamos antes de hablarle de nuevo -.Estoy pensando si eso bueno o malo... ¿tú como lo ves?

Lo mire por unos segundos, tal vez no me había explicado demasiado bien, tenía una teoría de la vida y creía que siguiéndola paso a paso llegaría a alcanzar las metas que desde el principio me había trazado.

- Si no se vive correctamente, creo que no vale la pena vivir.- le corregí con una sonrisa.- Las personas dicen: “Vive el día como si no hubiera un mañana” “Vive la vida que es solo una”, pero yo no creo que no es así, diciendo esas cosas las gente comete excesos… que nos llevan inevitablemente a empeorar…- fruncí suavemente el ceño.- No es suficiente con ser feliz, hay que compartir esa felicidad, hay que mejorar… quedarse como estamos o empeorar… ¿Para qué vivir una vida así?- No solía hablar de esta manera con otras personas, pero había algo en Teo que me hacia querer hablar de los que yo me decía en soledad.- Creo… si yo tuviera que responder esa pregunta, que vivimos para ser de la mejor manera.

Me aleje lentamente de él y mire hacia la pared distraída por un momento, bien sabia que muchas lo habrían intentado antes, sonreí divertida preguntándome para que intentar en lo que otros habían fallado.

- No sé si intentarlo ahora.- admití.- no creo ser tan buena maestra para volver al buen camino a un rebelde como tu.- sostuve su mirada, mis ojos brillaron divertidos.- Debí decir dos condiciones, pequeño Oti.- me queje suavemente con una sonrisa.- pero la condición es sencilla, no debes enamorarte de mi.- me detuve a pensar en mis palabras y me sonroje por lo vanidosa que había sonado, me reí realmente divertida.- No es por vanidad.- le advertí.- Todo Hogwarts sabe de tu relación con esa Ravenclaw de hermosa voz…- pensé un momento en ella, cuando había ido a su fiesta.- Quisiera pasar muchas horas contigo…, pero no deseo que ella ni los demás piensen que me estoy metiendo en su relación.- fruncí suavemente el ceño.- parece que las personas creen que me meto en cualquier relación que veo.

Bien recordaba lo que había pasado con mi hermano Ted, todos habían creído que estaba tratando de meterme en su relación con Emmeline cuando yo nunca había visto a Ted de esa manera. Mire a Oti con curiosidad, me sonreí, no sería completamente sincera si no admitiera que a Oti no lo veía como un hermano, pero meterme en una relación era una actitud demasiado impropia por lo que me había negado a hacerlo desde que preguntando por el me habían hablado de su relación con Alyss.

- ¿Me estas amenazando?- pregunte divertida, cuando el miro hacia el exterior apoye mi rostro en mi mano y lo observe, curiosa, había algo en sus ojos… se sentía tan desprotegido… él era una contradicción, pues aunque sentía que bien se podría cuidar solo, algo en mi pedía protegerlo. Lo observe fijamente ya que el no me miraba, sentí su lejanía, quise extender mi mano y apoyarla en la de él, quise volverlo a atraer, pero no me atreví.- Dañar a alguien… de cualquier manera… es malo.- respondí insegura.- Ya sean palabras o actos físicos, creo que la personas que lastima daña algo en su alma que no podrá curar rápidamente.

-Ahí caemos en el gran problema de lo relativo, ¿qué es vivir correctamente? Podemos acordar en muchos puntos, pero no en todos. Para ti puede ser algo, para mí puede ser eso y otra cosa más. Es complicado, pero si te tengo que dar mi opinión, los excesos tampoco son tan malos. Y caemos en lo mismo, ¿dónde empieza el exceso? Conozco gente que si toma dos copas de alcohol ya se están excediendo, cuando eso no es nada para mí. ¿Me explico? Es como preguntar... ¿quién marca dónde empieza un exceso? ¿Que referencia se toma? Es bueno tener un objetivo... ambiciones sanas. Pero vivir estrictamente para algo, no lo creo. Creo que ser pierde lo fundamental de la vida, que es vivirla, con sus problemas e imprevistos, pero vivirla.

Me fascinaban ese tipo de charlas, era el lugar oportuno para que pudiera decir lo que pensaba. Porque diciéndolo es cuando me convencía o no. La razón no existe, nadie la tiene en su totalidad. Yo no tengo razón en lo que acabo de decir, yo creo en lo que acabo de decir. Es una gran diferencia. Punto aparte, me gustan este tipo de charlas porque puedo aprender de ellas. Puedo ver cosas que antes no veía. Puedo entender puntos de vista que antes no entendía. Y eso es fundamental para la convivencia, entender al otro.

-No soy un rebelde, soy un incomprendido -bromee, volviendo mi atención a ella y sorprendiéndome por lo que me había pedido. Era lo último que me esperaba, realmente. No le encontré un sentido -. Penny... al margen de lo que pase entre Alyss y yo, ¿por qué me pides eso? Ella no pensará eso, y los demás, no deberías preocuparte por ellos, pueden decir lo que quieras, los que te conocemos y los involucrados sabemos que no es verdad. Eso es lo que cuenta. A mí también me agradas y quiero pasar tiempo contigo, pero quiere decir que me enamore -dije, con una sonrisa divertida que se formó en mi rostro al verla reír -. Además, cuesta mucho que me enamore. Sólo me enamoré dos veces en mi vida, y si comparas eso con el número de personas con las que estuve... es una cifra ridículamente baja. No soy nada enamoradizo.

-¿En qué otra relación has estado interfiriendo? -le pregunté, bromando y sonriendo, antes de voltear mi vista nuevamente hacia el exterior. No me había enterado de nada, y no era de extrañarse, estaba muy distraído esos días. Casi mejor, un poco de distanciamiento de los problemas venía bien de vez en cuando. Mi sonrisa menguó un poco, y sentí mis ojos más fríos, en una imagen que no gustaba mostrar. No me gustaba mostrarme débil, tal vez porque me veía en la necesidad de ser yo el protector. ¿Cómo podría proteger siendo débil? Stop, ¿mostrar eso era signo de debilidad? Tendría que pensarlo... porque, además, mostrarlo significaría aceptarlo. Mi gran problema, la aceptación. Era tan fácil fingir que todo estaba bien.

-Por supuesto que no -le contesté, volviendo a mirar sus ojos y recobrando mi ánimo -. Es verdad lo que dices, dañar es malo. Lastimar a alguien es malo. No tenemos derecho alguno a lastimar a otra persona. Es como la venganza, a veces es tentadora, pero... ojo por ojo el mundo se queda ciego.

Pensé muy bien lo que decía, cierto era que nadie podía dar limites al otro, mire fijamente a Oti pensando en lo que decía. Asentí suavemente, los límites de cada persona eran diferentes y no se podía esperar que todos se comportaran de la misma manera.

- Entiendo tu punto de vista y creo que tienes razón respecto a que los excesos no pueden tener un mismo limite en todas las personas.- dije suavemente, diciendo las cosas como venían.- pero también creo que en ese caso, cada uno debería conocerse lo suficientemente bien para conocer sus propias limitaciones.- entrelace mis dedos, bien sabia que yo no podría tomar ni una copa de alcohol y otros podrían tomar muchas .- Aunque en cierta forma, es improbable pensar que todos se conocerán a si mismos.- sonríe sarcástica.- Habiendo tantos entretenimientos, pocas personas se concentran en conocerse a si mismo… volvemos al principio ¿Cómo debería ser llevada una vida? La felicidad de uno no es suficiente, si a alguien le produce felicidad lastimar a los demás ¿Se debería dejar porque produce felicidad? Yo creo que la vida es para aprender y no, irónicamente, para vivirla simplemente sin pensar en consecuencias.

Había algo en esta conversación que aceleraba mi corazón, sabia por que lo sentía que mis mejillas se encontraban encendidas por la emoción que expresaba al hablar de estos temas que pocas veces, por decir ninguna, compartía con alguien más. Me reí realmente divertida cuando dijo que era un incomprendido.

- Eres un rebelde, lo sabes y los disfrutas.- dije con una sonrisa divertida tratando de molestarlo suavemente. Asentí con una sonrisa radiante- Entonces, querido Oti, no tendrás problema con mi petición.- le respondí con una agradable sonrisa.- lo que la gente piense también es importante, Oti, no es lo mas importante, pero lo es… así que – sonreí ampliamente y entrelace mis dedos con una amplia sonrisa.- seremos muy buenos amigos, estoy segura, ya que no eres nada enamoradizo y yo tampoco, no habrá nada que malogre nuestra relación.

No respondí su pregunta, pues sabia que era amigo de Ted y no quería recordar de nuevo ese problema, pues ahora Ted ha cambiado mucho contigo, me dije, no hay nada más que recordar…

Suspire al verlo tan alejado de mi aun cuando estuviese a unos pocos centímetros, me hablo de nuevo con la misma emoción de siempre y yo sonreí un poco fingidamente, ¿Qué era lo que se ocultaba en su sonrisa? ¿Cuánto tiempo duraría? Mire hacia otro lado, pues no quise ver más su rostro. Algo en mi pedía extender mis brazos y envolverlo suavemente en mi para darle a entender que no había nada malo ya… clave mis uñas en mis palmas para controlarme, un impulso… nada que debiera hacer.

- Un mundo ciego realmente seria malo.- dije riendo divertida.- Aunque no lo creas, siendo slytherin nunca he sido vengativa con nadie, no me interesa en realidad ganar o perder como a todos los de mi casa.- pensé un momento en lo que decía y me reí.- tengo metas, tengo ambiciones y las conseguiré, pero la venganza me suena muy cursi y de telenovela.

-Obvio que cada uno debería conocer sus límites, y es obvio que no todos los conocen. Yo sí, o eso pienso al menos, y hay veces que los pasé, sabiendo que lo estaba haciendo, y bueno... acá estoy. Soy producto de mis acciones, buenas o malas. No hay forma de huir por completo de los problemas de la vida. ¿Es sano preguntarse como de sebe vivir? Yo no planifico nada, tengo vagas metas, a muy corta distancia. No tengo ni remota idea de dónde estaré dentro de cuatro años, y no me importa, la verdad. ¿Aprender para cuándo? Si te pasa tu vida preocupado por aprender, ¿te morís y de qué te sirve? Yo prefiero morir habiendo vivido una vida plena, habiendo hecho lo que quería hacer, sacándome los caprichos y cumpliéndome los gustos. No creo que esté tan mal, obvio que es importante el aprender, pero no hay que malgastar la vida buscando aprendizajes que nunca podré implementar porque llegué a los 120 años sin haber hecho nada de lo que quise. Eso es algo que no quiero, llegar a viejo y no haber hecho lo que realmente quería. Hay que hacer cosas productivas, obvio, pero sin llegar a ser infelices. La vida es complicada, pero a la hora de vivirla, las teorías quedan de lado. En la práctica es donde queda demostrado qué es lo que queremos para nosotros.

Esto lo dije entre sonrisas y miradas hacia sus ojos y rostro. Se veía cómoda, sin tensiones y sin tratar de probar nada. Eso me gustaba, que sea natural. En un par de veces me mordí el labio inferior mientras pensaba lo que acaba de decir o lo que estaba por decir.

-¿Qué es lo más importante? -le pregunté, recostándome contra la pared, quedando frente a ella pero un poco más alejado -. Y obvio que seremos buenos amigos, no tengo duda de eso. ¿Crees que la amistad se pierde si hay algún interés amoroso de alguna de las partes? -le pregunté, interesado en conocer un poco más sus pensamientos y dejando pasar que ignoró mi pregunta.

-La venganza es algo que puede llenarte de satisfacción en el momento, pero luego queda fría y vacía, obvio. Es algo sin sentido... un vago intento por sentirse mejor, ya que si te quieres vengar es porque te han hecho algo. Pero te terminas sintiendo peor... yo soy competitivo, no lo negaré, y siempre prefiero ganar, aunque no soy mal perdedor... supongo que soy un poco concesivo en ese sentido. Soy capaz de dejarme ganar por... evitar algún conflicto, por ejemplo. -le expliqué, y cambié de tema, acercándome más divertido a ella y sonriendo -. ¿Hay alguien que reine en los pensamientos de esta pequeña?

-Eres producto de todas tus acciones.- dije con una sonrisa.- el camino a la perfección solo se da equivocándose, por lo que el errar no esta mal, lo que creo que esta mal es errar a cada momento sin entender cuando te equivocas o cuando no. Si la gente supiera realmente que esta haciendo mal cuando lo esta haciendo, pues estaríamos mejor, lo peor de nuestra sociedad se eliminaría.

Me estire un poco, pues me habia cansado un poco estar quieta en un solo lugar, me pregunte si ya se habría retirado ese desagradable sol que habia antes, por las ventanas ya no se veía tan brillante como cuando habíamos entrado.

-Lo mas importante es lo que sientes, obviamente.- dije y frunci el ceño por esa frase tan impulsiva, pero lo continue.- El amor es precioso porque se basa en la fe, no puedes ver el amor…, pero lo sientes y eso es suficiente para confiar en el.- lo pensé un momento, su pregunta era muy interesante, lentamente, asentí.- Cuando amas ya no tienes la misma libertad que cuando se es amigo… a la pareja se le trata de agradar por todos los medios… a un amigo no, solo basta decir lo que piensas ¿Tu que crees de ello?

-Entonces, eres del tipo de chico que le dirá a su novia: si, mi amor, aunque sepa que no tiene la razón solo para complacerla.- dije algo decepcionada, me hubiera gustado saber que lucharía por sus ideales, pues creo que eso era lo que yo haría, no me gustaban las peleas, pero me podía meter en una si tenía algo importante que defender.- cambio de tema fácilmente y se acerco a mi con una sonrisa que me pareció muy traviesa. Negué la cabeza, divertida, el era muy extraño.- No.- respondi riendo.- lo único que reina en mis pensamientos es lo que debo hacer a cada momento.- suspire y lo mire curiosa.- dime como es estar enamorado, Oti, ¿Sientes en tu estomago mariposas?

-O no, hay muchas veces que sé que estoy haciendo las cosas mal y las hago igual. Y de nuevo, dependiera de si esa persona las ve como mal o no. Estoy seguro que tú ves muchas de mis acciones como incorrectas, y para mí no tienen nada de malo. Eso depende de cada persona -le contesté con otra sonrisa, acomodándome al igual que ella. Era común en mí copiar ese tipo de gestos.

-¿Y si lo que quieres es besarme en este momento, lo harías? -le pregunté, sabiendo que así desecharía esa idea de primera mano. Con una sonrisa divertido juguetee con el cordón de mi zapatilla izquierda, ya que había subido mis pies al marco del ventanal -. Con la pareja es igual, se supone que ya le agradas como eres. Te acepto que intentes agradarle a algún amigo echo recientemente, pero a una pareja creo que no. Simplemente ser como eres le debe bastar, por eso le gustas.

-Si no es nada importante, sí, ¿por qué generar peleas de gusto? No me gustan los conflictos. Y no es dejarse pisotear, como piensan algunas personas, simplemente se basa en saber ceder en algunas cuestiones sin mucha relevancia. Pero hablo de situaciones como... eh... salimos a cenar, y ella quiere tal lugar, y yo quiero tal otro, bueno, vamos al que ella quiere. O la bebida a tomar, o el lugar para viajar en vacaciones. Si es algo donde sé que está equivocada, no -expliqué bien, era fácil prestarse a confusión con ese tema -. Es extraño... pero sí, se siente en algunos momentos algo como un cosquilleo en el estómago.