Sentados en la Sala Común [Valentine Morgenstern]

Caminas de regreso a la sala común, sólo había estado allí una vez, está mañana, asi que aún no la conocia bien, deje que ella me guiará a donde nos sentariamos, terminamos en una butacas mullidas, algo alejadas del resto.
- Mejor asi - pensé para mi.

Me senté frente a ella, mirandola de frente, sonrio al ver que se sonroja al debolverme la bufanda.
No respondo a su agradecimiento, simples quedó mirandola algunos instantes, nadie prodria negar que es hermosa.
- porque decidiste terminar tus estudios aquí y ahora? - Le digo mientras me pregunto que edad tendrá, es innegable sí atractivo de mujer, no de chica.

Eso no respondía a todas mis preguntas, si sus padres querian que viniera a Hogwarts, ¿porque no antes?, ¿porque no desde los 11?, decidi no insistir en esas dudas y simplemente dejar el tema para responder a sus preguntas.

- Mi madre murio, como aun no era mayor de edad, tuve que venir donde mi pariente vivo más cercano, un tio, aqui en Inglaterra, asi fue como termine en Hogwarts...

Mi tono de voz ante el tema es totalmente neutral, no demuestra dolor o tristeza por la muerte de su madre, ni gratitud u odio por su tio.

Por un segundo me descoloco, ella tomo mis manos y dice sentir la muerte de mi madre, la miro extrañada, aquello es raro para mi, ¿deberia sentir ella la muerte de mi madre?, no la conocio, no creo que haya mucho que sentir al respecto.
Rapidamente recupero mi rostro habitual, y me dispongo a responder como las reglas sociales lo dictan.
- No te preocupes - le digo, con una sonrisa triste en el resto, habitualmente olvido que debo fingir lastima al hablar de la muerte de mi madre, es facil de olvidar cuando no sientes absolutamente al respecto, despues de todo, apenas si tuvimos contacto mientras ella vivia, lo libros fueron mis unicos compañeros.

Por segunda vez en la conversacion, la chica lograba aturdirme con algun comentario, pestañee un par de veces para recomponerme, y volver a formar mi sonrisa en mi rostro.
Aquello comenzaba a preocuparme, yo, quien siempre tenia todo controlado, quien jamas reacciona sin calcular cuidadosamente mi tono de voz, sin estudiar mi propia exprecion facial, sin dejar al azar ninguna reaccion corporal, estaba atonito por segunda vez, esta chica comienza a procuparme.
Analizo velosmente su pregunta, "conexion", intento buscar en mi memoria un significado para esa palabra, encuentro inumerables definiciones, miles de contextos para la palabra, pero ninguno capas de responder a la pregunta de la chica, ¿a que tipo de coneccion se refiere?, mis emociones, siempre bajo perfecto control, comienzar a descomponerse lentamente ante la frustracion de, por primera vez en mi vida, no tener una respuesta a una pregunta que me han formulado.
Pasan varios instantes en que la miro de forma inexpresiva, calculando cual deberia ser la mejor respuesta que debo darle, pero la falta de sentido que tiene la pregunta para mi, hace dificil encontrar una respuesta apropiada, al final, decido fabricar una respuesta ficticia en base a sus anteriores reacciones en la conversacion.

- Pues mi madre y yo... - me apresuro a fingir una profunda lastima, esperando que aquello pueda alejarnos de aquel espinoso tema.

Puede leer sus respuestas corporales sin dificultad, la chicha estaba molesta, o, cuanto menos, frustrada, mi respuesta no fue la correcta, erre el calculo, ademas, no dejo el tema como yo esperaba, aquello me ponia e un predicamente, esta chicha estaba causando estragos en mi razonamiento que nunca antes, en mi vida, habia tenido, y por primera vez sentia que mi logica comun podia presentar algun defecto.

- ¡NO!, eso no puede ser -me dije a mi mismo rapidamente, la logica era todo lo que conocia, lo unico que me habia mantenido cuerdo en mis años de soledad en la biblioteca, no podia dudar de ella ahora, solo habia errado el calculo, debia volver a intentarlo.

Enfoque nuevamente mi mirada en Arlina, algo estoy haciendo mal, y debo arreglarlo, debo encontrar el error, en algún momento lei algo mal. La observo con detencion, sus brazos estan cruzados sobre su pecho, signo de que esta ahora a la defensiva, sus pupilas dilatas, ella esta sintiendo algun malestar. No me quedo otra opcion, solo pude ver una solucion a aquel problema.

- Legeremens - El conjuro resono con fuerza en mi mente, y pude dar un rápido vistazo a sus emociones e ideas, entendi entonces a que tipo de conexion se referia ella, que es lo que estaba buscando, cual es la respuesta que esperaba.
La mejor opción era darle la respuesta que ella queria, decirle que sentía un vinculo especial con ella, que era única, que jamas me había pasado algo similar con nadie. Pero, por alguna razon que no provino de mi logica, no lo hice asi.

- Siento no saber que decir en estos casos - digo bajando la mirada - No soy bueno con las emociones, creo que jamas aprendí a expresarlas claramente, pues crecí completamente solo - hablo sincerandome por primera vez en años, quizas, en mi vida, sobre estos temas.

Me detuve y la observe un poco más, me ofrecia escucharme, pero, ¿para que?, ¿que conseguia yo contando problemas que jamas me habian dolido?, eh visto este comportamiento antes, se que es tipico, "apoyarse" en otros con los problemas, pero para mi, que jamas habia sentido pena o dolor, escapaba totalmente de mi comprencion. La observe algunos instantes más, ¿como funcionaba ella?, su naturaleza me intrigaba, era un misterio para mi logica, y jamas, en toda mi vida, eh podido dejar un misterio sin desentrañar.

- Gracias - digo mientras le sonrió, ya tenia un nuevo objetivo ante mi, y yo siempre cumplo mis objetivos.

Sonrió ante su sonrojo, la hace vez atractiva, casi adorable. Las respuestas que en otros serian lógicas, en ella parecen diferentes, la chica resulta ser casi adictiva. Saco mi varita de la túnica y hago un floritura en el aire, una rosa roja aparece, decidido a llegar al fondo de la mente y el corazón de aquella chica, de comprender los secretos que escapan a su lógica.
- Me haz regalado hermosas sonrisas y sonrojos hoy, debo intentar devolverte algo al menos - digo mientras le ofrezco la flor.

Sonrío ante el nuevo sonrojo de ella, por alguna razon me gusta verla sonrojar, la observo mientras acaricia la flor, mi determinacion por descubrirla no a cambiado, pero un impulso me lleva a hacer algo nuevo. Sin previo aviso, pongo mi mano en la suya, mientras acerco un poco mi butaca a la suya, la dejo estar con naturalidad, como si aquel gesto fuese común en mi.
- ¿que clases piensas tomar? - pregunto, intentando que mi gesto pase desapercibido, como si fuese algo común entre nosotros.

Una vez tomados de la mano, con ella apoyando su cabeza en mi hombro, me tomo algunos momentos para razonar lo que esta pasando, esta sin duda es una aptitud de pareja, pero, ¿quiero una pareja?, dejo que esa pregunte me ronde algunos instantes, buscando los pro y los contras de la situacion, la conclucion llega a mi, llevada totalmente por la logica, sin intervencion alguna de esos extraños impulsos a los que he dado cabida hoy.
- Las parejas son para apoyarse, para escucharse, para estar al lado del otro - me digo - Yo no necesito ningun apoyo, me basto solo, y apoyar a alguien requiere invertir tiempo que podria utilizar en aprender nuevos conocimientos. No necesito que nadie me escuche, pues no tengo problemas que contar, y nuevamente, escuchar tomara de mi tiempo. No necesito a nadie a mi lado, y alguien a mi lado podria ser un estorbo para mis metas.... yo no necesito a nadie
Escucho respuesta, al igual que su pregunta, pero mi cabeza esta en otra idea, me levanto de la butaca, rompienso el contacto fisico, y me acerco al fuego de la sala, fingiendo tener frio.
- Yo deseo tomar todas las asignaturas que mi horario me permita, como te dije, no discrimino en cuanto al conocimiento

Me giro a mirarla cuando la escucho levantarse, veo como balancea la rosa peligrosamente cerca del fuego, observo como los fragiles petalos de la rosa comienzan a cerrarse ante la proximidad del calor, como si sintieran la muerte venir, no hago nada.
El tono de su respuesta cambio, debe haber percibido el cambio en mi aptitud, mi error, no hice nada por esconderlo.
Me levando, y camino por la sala comun, en direccion a los dormitorios, me detengo en la entrada un instante, reteniendo un ultimo impulso por agregar algo más, pero mi logica, nuevamente, mi logica me dice que no es la mejor idea, termino por cerrar la boca y entrar a los dormitorios de chicos, donde me enfrasco en un libro que estaba en mi velador.

Me detengo al instante en la escalera, congelado por lo que oigo. El raton chilla de dolor, antes de poder girarme, escucho a la chica llamandome. Me giro lentamente sobre mis talones, esperando que lo que oigo signifique lo que quiero que signifique, y lo veo alli, flotando frente a ella, chillando de dolor con el simple hecho de que sea apuntado por una varita, es inconfundible, imposible que exista un error, eso es cruciatus, una de las maldiciones imperdonables...
Demoro solo unos instantes en salir de la imprecion, camino hacia la chica, su voz sono quebrada, y una lagrima parece caer por su rostro, me arodillo frente a donde esta sentada, y paso el dorso de mi mano por su rostro, consolandola.
- Lo siento, no quise....yo solo....- cierro mis ojos, en señal d estarme esforzando por decir algo dificil, pero no llego a decir nada, sin previo aviso, dejo que mi mano se deslice por su rostro hasta su cuello, y de alli, a su nuca, y sin ejercer demaciada precion, la acerco a mi con firmeza mientras yo tambien me acerco a ella, juntando mis labios con los suyos con suavidad.

Ella respondio al beso, despues de todo, no todo estaba estropeado.
- perdon por irme - digo co respuesta a su agradecimiento, tras esto ella comienza a llorar nuevamente, la abrazo y pongo su cabeza en mi hombro, acariciando su cabello.
- nunca - le susurro mientras beso su frente. En mi cabeza aun ronda una idea distinta a aquella romantica escena, ¿conocera ella los otros maleficios imperdonables?, debo mantenerla cerca de mi.