Sentados en la Sala Común [Valentine Morgenstern]

La mantengo apoyada en mi pecho mientras sus lagrimas siguen surcando su rostro, la veo convertir al raton de regreso a su forma original, mientras ne pregunta oor mi abrupto alejamiento, me separo literalmente mientras seco su rostro con mis manos.
- Fui un tonto, estaba asusado - mi tono es de disculpa.
Sus siguentes palabras son de disculpa por su pequeña demostración de magia negra. Durante ub instante mi ojos resplandecen con hambre, tengo frente a mi un conocimiento que ha escapado de mi hasta ahora, rapidamenge recupero mi semblante tranquilo y le sonrio con dulsura.
- No deberías avergonzarte de lo que sabes - sello aquellas palabras con un fugas beso en sus labios.

Me volvió a besar; ahora me siento tranquila, comienzo a dejar de llorar, respiro ondamente para comenzar a calmarme, le sonrio tontamente, vuelvo a besarlo, suavemente y tomo su mano en señal que ya estoy tranquila.

- Ambos nos asustamos - dije -

Me vuelvo apoyar en su pecho, quiero estar así, no me quiero alejar del, aunque o sé mucho de él, ni en que curso va, pero a estas alturas ya da lo mismo.

- No me quiero separar de ti - musito despacio - simplemente te quiero para mi - me sonrojo al realizar la confecion -

Dejo que los minutos pasen a nuestro alrededor tranquilamente mientras mis ded juegan con su cabello, su respiracion se esta normalizando, parece más tranquila.
- Yo estare aqui para ti - susurro en su oido.
Tras dejar trancurrir varios minutos, con nuestras respiraciones compasadas, como si fuesemos uno, dejo que una primera pregunta se deslice entre nuestro silencio.
- Hace cuanto sabes ese tipo de magia?

La observo sin dejar de sonreirle, mis ojos la recorren con cierta cautela, la chica comenzo en la magia negra desde pequeña, ahora parecia tener cerca de 16 años, si asumo que recivio su varita a los 11, significaba que tuvo al menos 5 años para aprender, eso daba una buena probabilidad de que supera lo suficiente.
Volvi a mirarla con ternura, pedia disculpas denuevo.
-te averguenzas de lo que sabes? - Beso su frente con ternura - no deberías - sonrio, dandole confianza - eres perfecta como tal cual eres.

Aun no parecía de todo confiada en si misma sobre sus propios conocimientos, por alguna razon, su acendencia parecía avergonzarle. Jamas había pisado este país antes, todo lo que se de los llamados Mortifagos, es lo que lei y en los libros, y lo que escuche en la casa de Lucius Malfoy.

- ¿Cargas tu tambien con sus ideas sobre la pureza de la sangre o solo con su hechizeria? - le pregunto, haciendo referencia a sus padres, hasta que no los acepte, no aceptar del todo sus poderes, y hasta que eso no ocurra...

La pregunta se la hago con un tono tranquilo, sin exaltarme, no quiero intimidarla si hacer tambalear su poca confianza en el tema.

Nuevamente escucho con atencin sus palabras, alparecer su familia fue siempre muy estricta respecto a las ideologias de los mortifagos, a pesar de ello, ella habia demostrado reveldia al momento de buscar contacto con los muggle, eso me dice cosas de ella nuevamente, de su empatia y grandeza de corazon, es bueno aprender a conocerla...util.
Luego me cuenta de su abuela, y sin saberlo, responde a la siguiente pregunta que pensaba hacerle, las maneja todas, las 3, no solo cruciatus, por un pequeño instante, otro brillo aparece en mi ojos, un resplandor demente, al reconocer una pieza de mi coleccion, una que me habia sido esquiva hasta la fecha, rapidamente controlo ese impulso y sonrio con dulsura a su beso.

- A mi me parece admirable - digo con franqueza - Rescataste lo util de tu familia, y desechaste aquello en lo que no creias, eres una persona magnifica - digo sonriendole.

Mantengo mi mirada en sus ojos, aun parece desconfiada de su conocimiento, aun debo avanzar un poco más en ese sentido.
- Realmente creo que eres Magnifica - digo con una sonrisa radiante.
Luego de aquello ella pregunto que hariamos, la miro, ligeramente confuso, durante algunos instantes, analizando su pregunta.
- Supongo que podríamos seguir conversando - espero su respuesta, quizás ella crea que es hora ya de regresar a su dormitorio, espero que no, pues aun debo lograr algunas cosas con ella.

Paso mi brazo por sobre sus hombros mientras le sonrio.
- Claro, me encantaria - digo mientras me acomodo en la butaca, buscando una posicion en la que pueda mantenerme comodo para lo que parece sera una larga conversacion.
- ¿Es muy dificil aprender los imperdonables? - digo en tono distraido, sin darle importancia a la pregunta, dandole un aire m{as bien curioso que cualquier otra intencion.

Sonrió con calidez sin dejar de abrazarla, encubriendo a la perfección la euforia que recorre mi interior, la conversación iba justo en la dirección que yo deseaba.
Doy un corto beso en la frente de Arline, y regreso a mirarla a los ojos.
- No lo se... - digo con un tono de despreocupación - Pero estaría dispuesto a intentarlo, estoy seguro que seras una gran maestra, y así no te avergüenzarias de ser la única que maneja ese tipo de magia.
Sujetos sus manos con firmeza, mientras la observo, paciente, esperando su respuesta.

Mantuve sus manos tomadas mientras ella me respondía, y, gracias a los años de practica, mantuve aquella pequeña frustración que sentí oculta, le sonrei y volví a besarla.
- No te preocupes, cuanto te sientas comoda contigo misma
No puedo decir que no esperara una respuesta similar, la chica sabia lo que hacia, tenia un control de la situacion, sonrei, espareria cerca, muy cerca de ella, el tiempo que fuese necesario.
Me volvi a recostar en el sillon, y la acerque a mi, abrazandonos junto al fuego.
- Me gusta estar asi contigo...

Mantengo mi abrazo sobre ella, mientras miro el techo con tranquilidad.
- ¿porque tendriamos que escondernos? - digo en tono distraido - Yo estare encantado de que todos se enteren de que estas conmigo.
Tras decir esas palabras, sujeto su barbilla y la levanto, besándola en los labios, pongo un poco más de intensidad en aquel beso, permitiendo que nuestras bocas se fundan, buscando más de ella, y no besandola superficialmente como lo habia hecho hasta ahora, al mismo tiempo mis manos juguetean con su cintura.

Sus manos están en mi cintura y su beso fue más profundo que los otros, eso me agrada aún más; a la vez me doy cuenta que realmente quiere estar conmigo, así como aquel beso, que es tan profundo, me apoyo en sus brazos para seguir besandolo y no parar.

- Sr. Morgenstern - le dije cuando pude zafarme un rato - controle sus impulsos - sonreí - Valentine me encanta estar así contigo.

Tomé su barbilla, sonreí y lo besé lentamente, quería que el tomara la situación, pero nada indebido, teníamos que ser cautos.

- No se lo he dicho a nadie - dije sonrojada - pero... Ich liebe dich - eso es lo que siento por ti


OFF: si no lo entiendes te lo explico mañana xD

Sonrio ante su comentario, sin parecer perturbado o curioso.
- Mi padre es Aleman, ¿recuerdas? - Digo con las manos aun aferradas a su cintura, dejo que el silencio nos invada, tranquilo, pacifico, tras algunos instantes de silencio, comienzo a perderme, como es costumbre, en mis pensamientos, en mis fantacias, en mis deseos, permito a mi mente volar hacia mi mayor tesoro, me despego de aquella pequeña sala comun, lejos de aquel imponente castillo, hacia el rincon más profundo de mi mente,a mi propio castillo, un ejercicio memotecnico que llevo usando cas toda mi vida.
Frente a mi, un imponente castillo, una representacion ficticia de mis ideas, y conocimientos, en un comienzo, era solo una pequeña construccion, solo un par de habitaciones, cada una de ellas rica en detalles, en recuerdos, en ideas, en partes del conocimiento adquirido. Conforme fui leyendo, aprendiendo, adquiriendo, la construccion fue creciendo, añadiendo habitaciones, organizandose, volviendose más y más esplendido, hasta convertirse en mi tesoro que es hoy en día, este es mi sueño, mi mayor anelo, terminar mi magnifica construccion, añadir todo el conocimiento que puede adquirise, aprender todo lo que pued ser aprendido, construir la más grande e imponente conjuncion de ideas.
Perdido en mis pensamientos, con los ojos semi cerrados, olvido por algunos instantes junto a quien me encuentro, y haciendo que....

Me sobresalto ligeramente al oír su voz, estaba tan sumido en mis pensamientos, en el extacis de mi creación, por un instante había olvidado donde estaba y con quien. Miro mi alrededor un instante, y mi mente vuelve a conectarse a la realidad, recordando donde estaba, sonrió con ternura a Arlina, mientras la preciono más contra mi.
- Creo que me estaba quedando dormido.... - beso su frente - Me encanta la idea de dormir aqui, abrazado a ti

Mantengo mis brazos firme sobre ella, permitiendo que nuestros cuerpos se mantengan pegados, compartiendo el calor. Dejo que una de mías manos suba por su espalda hasta su cabello, acariciandolo, mientras, comienzo a tararear un ritmo, una pacifica melodía, una canción de cuna que escuche en alguna parte, no recuerdo donde, quzias de mi madre, antes que mi padre se fuese, cuando aun era feliz.
Dejo que nos envuelva la tranquilidad de la cancion, permitiendome escapar, lentamente, hacia los reinos de morfeo.