Murmullo...[Libre]

Sin dejar de pensar en un montón de cosas que no tenían mucho sentido en aquel momento, caminaba por la sala común de Gryffindor cerca del fuego. En aquel momento no tenía ganas de hacer nada en absoluto, solo deseaba que los horribles recuerdos que pasaban por su cabeza en ese momento se desvanecieran.
Se sentó justo enfrente del fuego, mirándolo, casi hipnotizada. Suspiró viendo como caía alguna que otra ceniza en la alfombra que cubría el suelo de la sala. Estiró los brazos, acercándolos un poco al fuego para calentarse las manos con el calor que desprendía la chimenea.
Podría parecer que resultaba bastante aburrido estar allí sentada sin nada que hacer, pero para Sky era algo bastante relajante. Algo con lo que despejar la mente. Hay ocasiones en las que todos necesitamos un breve lapsus de tiempo para poner en orden los pensamientos.
- ¿Por qué esta ridícula rivalidad con los de Slytherin? -murmuraba- No lo entiendo, es bastante ridículo eso de que te traten de una forma o otra según de la casa que seas.
Era casi como racismo, pero en vez de fijarse en el color de piel o de la nacionalidad se fijaban el la casa a la que pertenecías...¡Qué ridículo!.

Se giró y vio a una de las chicas de su curso, sonrío al ver que no estaba sola y que por fin podría distraer su mente. Se acercó a ella alzando la mano para presentarse.
- Sí, esa soy yo. Sky.
Sin dejar de sonreír se sentó a su lado en el sofá, no había hablado con aquella chica antes, pero parecía simpática. Le bastó solo una mirada para darse cuenta que estaba preocupada, probablemente habría tenido un día igual de duro que ella. Ladeó un poco la cabeza, observándola. La curiosidad le pudo y no tardó en preguntar:
-¿Estás bien? Pareces algo preocupada...
Puede que estuviera haciendo lo de siempre, meterse en la vida de los demás, pero no podía remediar su curiosidad.

- La verdad es que te comprendo, yo misma no puedo ni ver a alguno. Pero no te creas que todos son así. Hay algunos muy majos.

Intentaba animar a la chica, pues lo del trabajo no debió ser muy agradable. Cogió su bolsa de golosina que había comprado aquel mismo día y se la acercó.

- ¿Te apetece una?.

No quería hablar más de problemas. Así que decidió conversar sobre cualquier otra cosa para no recordar cosas que no quería.

- ¿Te gusta el deporte?.

- Mmm...yo no conozco mucho a ninguno. Particularmente porque tienen la tendencia de mirarnos de forma superior porque somos de Gryffindor. Tal vez sea solo conmigo.

Añadió lo último con una sonrisa, realmente le daba igual. No haría caso de lo que pensaba alguien que ni siquiera la conocía como para juzgarla sin más.

Cogió, al igual que su compañera, un puñado de golosinas y comenzó a comérselas mientras la escuchaba contestar a la pregunta que acababa de hacerle.

- A mí también me gustan bastante. Y tampoco juego al quidditch, pero es entretenido verlo. Admito que no puedo evitar ponerme a gritar cual loca cuando se trata de animar a nuestra casa. -se rió recordando algún que otro partido- Pero sin duda lo que más me gusta en pasear con la bicicleta. Es tan relajante sentir la velocidad, el viento acariciándote el pelo...no sé, me da la sensación de ser libre. ¿Me estoy empezando a liar otra vez, verdad? Parezco una de estas abuelitas que cuentan batallitas de sus tiempos mozos.

No pudo contener la risa al decir aquello. Le encantaba autocriticaste, al menos así sabía que era capaz de admitir sus propios errores. Estaba contenta, gracias a Lucy, la chica que acababa de conocer, había olvidado por completo los problemas que rondaban en su cabeza y no la dejaban tranquila. En este instante lo único que le apetecía era sonreír y ser feliz. Ya habría tiempo para malos royos cuando acabara Hogwarts.