Insomio (Libre)

Me escabullí de la cama a eso de las 3. Llevaba varias horas cambiando de posición, mirando el dosel de mi cama y contando ovejas. Es que hay noches en las cuales me cuesta conciliar el sueño. Y cuando finalmente me dormí unos pocos minutos, volvieron las pesadillas. Me levanté envuelta en una manta tejida, y descalza, sin importarme lo frío que estaba el suelo, baje con sumo cuidado las escaleras. Al llegar a la sala común vi como esta estaba a oscuras, vacía y silenciosa.
Ya sabiendo que no buscaba el volver a dormirme, me senté frente a la chimenea, casi hipnotizada por el juego de las llamas. Me quedé allí pensativa. Tal vez necesitaba un poco de silencio para centrarme en mis pensamientos. ¿Era esta era otra manera de descanso, quizás?
Calenté mis manos que siempre tengo heladas, vaya uno a saber porque, y miré hacia una pequeña biblioteca sobre la chimenea. Tal vez una buena novela para pasar el rato, no sé.

Tras estar a punto de despertar a mis compañeras de habitación por tercera vez buscando algún libro en mi baúl, bajé a la sala común con una novela muggle bajo el brazo. El fuego estaba encendido en la sala, pero siempre estaba encendido, ¿no? Fui a sentarme a uno de los sillones azules que estaban cerca del fuego cuando vi a alguien más en la sala. Parecía ser una chica de ultimo curso, aunque no podía estar segura ya que solo la había visto de antes de pasada en la mesa de Ravenclaw en el Gran Comedor durante las comidas.
Antes de abrir mi libro la miré, estaba mirando la biblioteca sobre la chimenea, yo ya la había mirado antes y no había cosas demasiado interesantes.
-Buenos días.- Dije alegremente, dando un par de golpes con los dedos en la tapa azul de mi libro.

Estaba completamente metida en mi cabeza, ya con la vista perdida sobre la biblioteca, dado que no había encontrado ningún libro interesante. La mitad ya los había leído, y la otra mitad parecían aburridos. Ya cuando los ojos se me entrecerraban, y empezaba a darme calor el fuego alguién habló atrás mío.
Me asusté levemente, y salté un poco ya que me creía sola en aquella sala. Giré mi cuerpo levemente, hasta ver a una chica sentada con un libro en sus manos. Parecía menor que yo, pero nos encontrábamos en la misma situcaión. Le sonreí con amabilidad.
-Querrás decir 'Buenas noches'.- corregí, tan típico mío. Luego me reí. -Disculpa.- tenía que dejar de corregir a la gente, daría una mala impresión. -¿No puedes dormirte?
Me acerqué un poco , y me senté en el suelo frente a ella.

Me reí entedientes. A veces me sorprendía a mi misma. Sin quererlo, podía llegar a ser bastante egocéntrica. Le respondí, bastante divertida.
-Creía que era la única en todo el planeta capaz de despertarse por la madrugada y no estar cansada. A veces me sucede eso, me despierto como si hubiese despertado con un despertador.- me sonreí. -Sin embargo esta vez no pude conciliar el sueño. -decidí omitir el tema de las pesadillas. No quería angustiarme. Preferí cambiar de tema, asique me fijé en el libro que cargaba en sus manos. Giré un poco la cabeza para poder leer el título, pero me resultó imposible pues estaba un tanto oscuro. -¿Qué lees?- pregunté, interesada.

La miré con sorpresa. A veces me olvidaba en que casa estaba. Tenía el recuerdo de las reuniones familiares, en las cuales yo era la freak, la rata de biblioteca que desaparecia a mitad de la velada y la encontraban encerrada en alguna habitación de atrás, enfrascada en una novela o un libro de cuentos. Por mas de haberme criado en el ambiente mágico, mi gusto por las letras me había hecho conocer autores de todo tipo, hasta muggles. Por eso supe de que libro me hablaba.
-De hecho lo conozco. Lo empecé a leer en el verano, pero lo olvidé en mi casa de Londres. Dado que no tengo demasiada relación con mis padres, preferí no pedirles que me lo trajeran. Asique no me cuentes nada! Hablamos cuando lo haya terminado.- me reí suavemente.- Esta biblioteca es bastante mala.-arrugué el ceño mientras volvía a mirar los títulos de los libros sobre la chimenea.- La mitad ya los leí, y los demas son poco interesantes..

Me sorprendí al saber que conocía el libro y al saber que no tenía demasiada relación con sus padres. Vale que no es algo raro, mucha gente no tiene relación con sus padres, pero a mi, que siempre había admirado a mis padres, me resultaba algo extraño. Decidí no hablar del tema de sus padres porque no sabía si le iba a molestar.
-No te preocupes, yo me callo.- Dije señalando el libro. A mi tampoco me gustaba que me contasen cosas de los libros que tenía pensados leer.- Yo la he mirado varias veces.- Continué, refiriéndome a la biblioteca.- Pero siempre son los mismo libros nada interesantes. Puede que parezca una loca, pero esperaba que los libros cambiasen, o algo. - Dije abriendo mucho los ojos y mirando al suelo.- Ya que estamos en el lugar más mágico de Londres... - Dije, intentando no parecer decepcionada, aunque lo estaba en lo que respectaba a esa biblioteca.

Era de noche, y dormía plácidamente, pero otra parte de mi cerebro se dedicaba constántemente a pensar a cerca del baile. Ya tenía el vestido, la pareja, habíamos solucionado todo para el aviso de los estudiantes en el comité del baile...Practicamente no tenía nada de lo que preocuparme, pero lo hacía. Quizás eran nervios.

Me desvelé un momento, entre sueño y sueño, y cambié de posición mirando hacia la puerta de los dormitorios, pero el pelo se me enganchó a la cabecera de la cama, y me pegó un tirón, despertándome definitivamente y dejé escapar un: Auch! - Exclame en susurros tocándome la raíz del pelo donde me dolía...

Abrí los ojos, perezosos de abrirse, y ví que eran tan sólo las tres. La cama de enfrente estaba vacía, y sabía que era la de Marianne, de mi mismo curso.

No era por desconfiar, pero quería asegurarme de que no andaba a deshora por el Castillo, a sabiendas de que son los puntos de la casa los que estaban en juego.

Me calcé y restregándome los ojos, tomé mi varita y fuí camino de la sala común, y enseguida ví que estaba allí, con la chimenea encendida, pero no estaba sola, otra chica de séptimo la acompañaba.

Aún desde las escaleras pregunté:

- O-Os encontrais bien? - Intentando no dejar escapar un bostezo y ya tranquila ahora que sabía que Marianne aún seguía dentro de la Torre de Ravenclaw, y que no tendría que hacer mucho más. Sonreí, esperando una respuesta de ambas, estaba desvelada, y la pregunta iba totalmente en serio, quizá no se encontraban bien.

Mientras hablaba con Gwen escuché pasos detrás de mi. El corazón me dio un vuelco y temí que fuese un prefecto. No había salido de la torre, no había hecho nada malo, pero sentí miedo de llevarme una bronca como las que me daba mi tía Ruby cuando me despertaba muy temprano estando en su casa. Me relajé cuando vi a Erica, una chica rubia de mi mismo curso, no la conocía mucho pero por su pregunta podía deducir que no iba a gritarme ni nada por el estilo. Era lo que más odiaba, que alguien me gritase, aunque tuviese razón, hacía que me doliese la cabeza, que ya de por sí me dolía siempre por motivos que nunca he sabido.
-Buenas noches, Erica. - La saludé después de volver la cabeza para verla. - Yo estoy bien, solo que no tengo sueño. - Contesté.- No sé si le pasará algo a Gwen - Añadí, mirando a la chica de séptimo curso que seguía sentada delante de mi.
Erica parecía tener sueño y empecé a preguntarme por qué se habría despertado ella.

Por la forma en que Marianne reaccionó al verme, me percaté de que llevaba ya algún tiempo despierta, no estaba adormilada como lo andaba yo. Aún me restregaba los ojos, y luchaba por no bostezar.

Me aseguró que no le ocurría nada, y quizá a la otra chica tampoco, tal vez eran de poco dormir. Que suerte, a mí, por el contrario me encantaba la cama, aunque tampoco abusara de ella.

De repente me entró sed, y caminé unos pasos bajando las escaleras por fin, y acercándome más hacia las chicas. Ví que la otra, de pelo castaño, era algo mayor que nosotras, no me equivocaba, era de séptimo, la había visto antes en el gran comedor cerca de Arlina, que también era de las mayores, y ellos suelen sentarse todos juntos, mientras que los de cursos inferiores nos mezclamos grandes con pequeños.

Tomé una copa que había en un estante, y con mi varita en mano susurré: - Aguamenti - Y apareció agua en la copa metálica que había cogido y bebí ansiosa dejando escapar un suspiro al acabarme el vaso de agua y dejando la copa en su sitio.

Me giré y les dije:

- Esto es una especie de club de lectura nocturno? haha - Pregunté entre susurros, ya con el sueño levantado, y quizá me costase volver a dormir.

Estaba tan segura en que eramos dos desvaladas nada mas, y que el resto de nuestros compañeros estarían durmiendo plácidamente, que cuando escuché una voz en el medio de nuestros cuasi-susurros, di un leve respingo. Allí en el descanso de las escaleras había alguien parado, por la voz obviamente era una chica, pero solo llegaba a ver su silueta porque contrastaba contra la ventana que tenía atrás. Me quedé en silencio y dejé que mi 'compañera de insomio' hablara. Se ve que ellas se conocían, pero yo (que siempre fui un tanto colgada en ese sentido) las conocía solo de cara.
Finalmente se acercó a nosotras. Tenía azpecto de estar bastante cansada, como si no acostumbrara a despertarse a mitad de la noche. Cosa que a mi me pasaba seguido. Sonreí al ver que se tomaba un vaso de agua y negué con la cabeza.
-Si lo que quieres es volver a la cama, lo peor que puedes hacer es beber algo fresco.- recomendé acercándome mas a la chimenea. Empezaba a tener mas frío.- Te sugiero que pruebes con un té o leche tibia.. O que leas alguno de los libros de esta biblioteca. Son tan aburridos que seguro te dan sueño.- reí suavemente.

Ví que la chica que acompañaba a Marianne, me aconsejaba no beber agua después de haberlo hecho, pero era igual me moría de sed, y ya me había desvelado. Pretendía volver a la cama, o quizás no, puesto que de nuevo las preguntas a cerca del día del baile volvían a rondar por mi cabeza. Conseguiría volverme loca si no llegaba dicho día.

La chica de Séptimo, parecia acostumbrada a permanecer despierta a estas horas, parecía una chica algo despreocupada, muy alegre y risueña, o quizá era la imagen que me proporcionaba mi cansada vista.

Las miré a ambas, y cansada me tiré en uno de los sofás de dos plazas, duros, y de los cuales me salían media pierna por fuera del sofá, apoyando mi cabeza en un cojín azul klein.

Miré a los libros de la estantería, pero no me apetecía leer, lo hacía cada tarde al estudiar, y por la noche no me apetece otra cosa distinta a dormir.

Miré a la chica mayor y le dije:

-Soy Erica, de 4º, igual que Marianne - Le aseguré. - Creo que os haré compañía un rato, no dejo de dar vueltas en la cama pensando en el baile - Resoplé.

-Ah, por eso no las conocía..!- comenté, aclarando todas mis dudas. No hablaba mucho con los de los grados menores. Solo porque nunca tenía la oportunidad. De cuarto año para arriba se me confundían bastante, y de los primeros tres cursos lo único que sabía es que eran todos demasiado pequeños. A veces no podía creer que yo haya estado en esa situación, ser tan pequeña y sentirme tan invisible. Aunque confieso que todavía hoy tengo días en los que me siento así.- Bueno, yo soy Gwen, estoy en el séptimo curso.- respondí con educación.
Con respecto al baile, había demasiada emoción a mi alrededor. Yo que siempre viví en una nube, apenas sentía interés en ir. Obviamente iría, pero todavía no tenía con quien, y no era algo que me quitara el sueño. Ese tipo de eventos estaban en cuarta o quinta posición en mi lista de prioridades.- Yo todavía no se con quien iré, ni que me pondré. Con suerte se cuando es..- lo último lo murmuré. No quería hacerme la superada, ni nada por el estilo. Es mas, temí haber quedado mal e intenté corregirme. Erica parecía estar muy en el tema, y me pareció un buen tema de conversación. Tal vez ellas podían guiarme con el tema de la vestimenta o algo así. -¿Ustedes ya tienen con quien ir?- me recosté de costado en el suelo mientras decía esto, y apoyé mi cabeza en una mano, apoyando a su vez el codo en el alfombrado piso.

Gwen parecía una chica bastante amigable. Siempre acababa llevándome mejor con gente de cursos superiores y con pocos de mi mismo curso, incluso algunos de mi misma casa como Bathory.

Prestaba atención a lo que Gwen decía a cerca del baile, mientras Marianne, seguía pisteando un par de parrafos de su libro, que me parecía muggle.

- Bueno, Gwen, seguro que alguien como tú encuentra gente pronto. - Quizá era demasiado entrometerme, pero mi unica intención era ayudar y no sacar conversaciones banales con el unico fin de cotillear por que sí - ¿No hay algún chico con el que, en fin, te sintieras a gusto yendo al baile? - Le pregunté-

- Quiero decir, sí, yo si tengo pareja ya - Mirando a Marianne, teniendo la certeza de que seguramente un par de chicos se habian preguntado si ella aceptaría sus invitaciones.

- Yo, conozco a muchos, puedo ayudarte - Le dije, por fin sintiéndome útil hablando sobre el baile. Parecía estupido todo, porque tenía mi traje mi pareja, y había cumplido mi cometido en cuanto a ayuda para la preparación del baile se refiere, pero lo 'peor' aún tenía que llegar, que era el baile, y las furtivas miradas de la gente chismorreando a cerca de ti, y tu pareja, y el saber que algún editor de El profeta andaría cerca no me calmaba en absoluto.

Me acerqué a Gwen y me senté en el suelo, ya despertada por completo a una hora que debería acercarse casi a las 4 de la mañana, esto realmente se considera insomnio en el mundo muggle...