Verdes Vapores (Libre)

Olía que esa tarde era para sacarle provecho. Las condiciones del tiempo me decían que el invernadero debía estar en su mejor momento y quise aprovecharlo. Quería mejorar la calidad de mis pociones y no pensé que hubiera nada mejor que cuidar de las belladonas del invernadero. Muchos estudiantes evitaban el contacto con ellas por ser venenosas, lo cual encontraba ridículo. No tiene por qué pasarte no haces lo indebido.

Con ese pensamiento me dirigí al lugar y empecé a cuidar de las plantas. No pasó mucho tiempo hasta que escuché una canción. Que no era una canción propiamente tal, sino un tarareo.

"No se me ocurre nadie más que pudiera estar haciendo esto en una tarde soleada más que yo" pensé.

Levanté la viste y encontré que otra muchacha estaba atendiendo las necesidades de las plantas. Sacaba semillas de su mochila y sonreía sin motivo aparente.

Al principio no entendí lo que le había pasado a esa chica, pero al segundo comprendí lo que le había ocurrido. Solía intimidar a la gente con mi fría mirada y al parecer ella no había sido la excepción. Tenía la apariencia de ser una persona dulce, y por lo tanto, sensible. Concluí que la mejor forma de enfrentar esto era de manera diplomática.

"No es muy cortés espiar a la gente" dije volviendo a poner atención en las plantas, quería que estuvieran lo suficientemente bien cuidadas para hacer una perfecta poción "En vez de ver tu espalda me hubiese gustado una presentación de tu parte. Yo soy Donatella Serantoni"

No sabía si la estaba asustando más de lo que ya estaba, pero si iba a compartir el invernadero con alguien como lo estaba haciendo me gustaría saber al menos su apellido. Tratar de "oye tú" no me apetecía en lo absoluto. La miré para que me viese sin temor y la analicé. Parecía ser una persona de bien. Sus ropas estaban bien cuidadas a pesar de estar viendo plantas y su cara estaba limpia y reluciente como su pelo. Todo bien. Sólo esperaba que no tuviera relación con muggles. Si la tenía, entonces tendríamos muchas diferencias.

Pude ver con alivio que Victoria se había compuesto nuevamente y podía hablarme con claridad. No solía relacionarme con personas de otras casas, pero si se encontraba intacta la pureza de su sangre y no se interponía en mi camino, no tenía por qué tener un trato hostil con ella, aunque eso no quería decir que fuera una amiga cercana.

Al escuchar su explicación no pude comprenderla. Nunca desarrollé lo que se sentía ser un manojo de nervios. Siempre estaba calmada y muy pocas veces enfurecida. Miré a la Hufflepuff de nuevo y me dije a mí misma que éramos muy diferentes, casi contrarias. Lo único que teníamos en común parecía ser una buena familia tras nosotras.

"Me satisface entonces que ahora hables con fluidez. Por ahora deja los nervios a un lado. Estamos en un invernadero, rodeadas de plantas. Mientras hagas bien tu labor, no tienes de qué preocuparte. Lo mismo para mí"

¿Algo seria?, ¿demasiado formal? Así era. Ella podía ser dulce y extrovertida a tal punto de hiperventilarse, pero yo no sería así si podía evitarlo.

(Off: Disculpa la tardanza Donatella u////u)

Parpadeé un par de veces mientras la escuchaba hablar, me parecía que su tono de voz era tan formal que podría creer que ella no era humana del todo, su serenidad me confundía un poco, no podría definir si ella estaba verdaderamente molesta por mi actitud hace unos instantes o si le daba igual. Me quedé en mi sitio, mirandola amablemente mientras la observaba enfocarse de nuevo en sus tareas.

No podría juzgarla jamás, de cualquier manera yo había llegado al colegio para conocer gente nueva y mejorar mis habilidades, y ella parecía interesada en el invernadero, quizás le gustara la herbología, como a mi me agradaban las plantas del jardín.

- Bien, pues entonces de lado los nervios. - Dije con una cálida sonrisa que mantuve a pesar de que ella no hubiese estrechado mi mano, la cual tomé junto a la otra.- Sólo estaba plantando semillas para tener flores frescas en mi habitación.-

Le comentaba, al tiempo que recogia las semillas que se habían dispersado en la mesa y las devolvía a la bolsita.

- ¿Vienes seguido a este lugar? -

Pregunté, aunque a decir verdad no estaba segura de que la chica estuviese interesada en que le hiciera conversación, quizás le agradara trabajar en silencio.

Una vez más pensé en lo sencilla que era Victoria. De todas las personas que me había encontrado en el invernadero, ella era la única que venía a preocuparse por simples flores. Me preguntaba si es que acaso sabía lo que pasaba afuera, que un par de margaritas aromáticas no la ayudarían a defenderse de los peligros del exterior, pero eso ya era cosa suya.

Estaba concentrada en las belladonas, pero eso no quería decir que no pudiera mantener una conversación. Ella no había mostrado tener simpatía por los impuros, por lo que no tenía razón para ser distante.

"Antes no venía tan a menudo" comencé diciendo mientras rociaba las plantas "Pero ahora que el mundo de la magia posee una paz frágil, prefiero perfeccionarme en las pociones y para fabricar una que sea efectiva, requiero que plantas en perfecto estado. Es por eso que me esmero en esto"

Así era. Me esmeraba mucho en todo lo que hacía para superarme a mí misma y no quedarme atrás. Si bien todos teníamos nuestra hora para partir al otro mundo y nadie se libraba de ello, no quería que mi momento llegara por no saber hacer las cosas en el momento preciso, o por falta de cultura. Fallecer así me parecía patétitco, condición que yo nunca aceptaría en mí.

"No sé si se le pueda llamar cariño, Heureux" murmuré mientras verificaba que el estado de las plantas fuera óptimo "Pero sí es una ambición que tengo. Es mucho más fuerte que un encaprichamiento"

Estaba segura de que ella no entendía lo que yo decía. Parecía tan soñadora y despreocupada que no sabía si tenía ambiciones con la misma sed que yo. Lo dudaba.

"Podría decirse que me manejo en las pociones, pero la oclumancia es mi fuerte" contesté su pregunta "¿Tú te especializas en algo?

Yo también quería saber cuáles eran los puntos fuertes de la Hufflepuff que se hallaba frente a mí con esa cara inocente.

"Dices bien, Victoria" dije refiriéndome a lo que había dicho con respecto a las ambiciones "Así que espero que tú también tengas alguna ambición si esperas ser más que alguien del montón"

Para mí no había nada peor que ser común. Pasar desapercibido, tanto que nadie notaría tu falta. Lo que tenía bueno Victoria era su alta capacidad para escuchar. Si utilizaba bien esa herramienta podría ser más que sólo una estudiante más dentro de los cientos que había, pero a ella no parecía interesarle eso, porque si de verdad pensara como yo estaría en Slytherin y no en Hufflepuff. Una casa que carecía de grandes triunfos por ser demasiado blandos y seguidores de otros en vez de convertirse en líderes.

"Podrán mentirme si quieren, pero los descubriría. A menos que descubriera a alguien con la misma habilidad para mentir como yo la tengo para la oclumancia. Quizás tú para descubrir qué ambicionas deberías detectar tus virtudes. Sólo así podrás saber qué obtienes si explotas esas habilidades" aconsejé.

Dejé por un momento las belladonas y comencé a regar el resto de las plantas del invernadero con aquamenti. Pensaba en que Victoria podría ser una excepcional bruja si lo quisiera con esa dedicación que le ponía a las plantas, pero lamentablemente nunca sería grandiosa, porque para personas de su naturaleza estaban primero los demás.