Caldero... ¡Salvación! [Luna Weasley y libre]

Después de pensar en rato adónde ir en mi tiempo libre de las vacaciones, noté que ya había tenido suficiente de Hogsmeade por el momento. Estaba infestado de alumnos de primer año y las actividades se enfocaban en niños de entre 11 y 13 años. Nada que ver con alguien de 17 como yo.

Quería estar en un sitio en donde pudiera encontrarme con gente de mi mundo, comer y dormir un poco también si lo necesitaba. Sólo conocía un lugar así que estuviera fuera de Hogsmeade y los terrenos del castillo. Ese lugar estaba en Londres, el famoso y mugriendo —pero querido— Caldero Chorreante.

Me aparecí allí sin pensarlo dos veces. Se sentía bien cambiar el aire de las montañas por el de la ciudad aunque fuera por unos momentos. A veces sentía que la presión de estar en el castillo también se podía inhalar por la nariz, por lo que respirar el aroma de mi comunidad era un alivio casi inmediato.

Abrí la puerta de la posada. Tom, el tabernero me miró con cara de saludo y yo sólo asentí mientras cerraba la puerta tras de mí. Aprovecharía de comer algo, tal vez una tarta de melaza o quizás una cerveza de mantequilla me sentaría mejor. No estaba seguro. Lo que más quería en ese momento era encontrarme con alguien. Hallar a un compañero o compañera del colegio sería interesante. A veces me encontraba con la sorpresa de que muchos actuaban diferente fuera de Hogwarts. Casi siempre se mostraban con una personalidad mucho más entretenida y agradable.

Estaba ya disfrutando de mi cerveza de mantequilla en la solitaria mesa cuando dejé de estar falto de compañía. Una chica depositó una tonelada de libros sobre la mesa. Y yo que pensaba que en Ravenclaw leíamos mucho.

—Por favor, siéntate —la invité— Si continúo viendo que cargas eso no me dejarás otra opción más que acompañarte hasta donde los lleves.

Todavía debía estar en el colegio como para no poder hacer magia aunque fuera dentro de la posada. Lo que fuera para que no tuviera que cansarme caminando con ese peso. Al menos hacía una pausa y me hacía compañía sentándose a mi lado. Parecía más joven que yo, por lo que deduje que todavía debía estar aprendiendo magia.

—Por cierto, veo que eres estudiante. ¿Perteneces a Hogwarts?

Esbocé una sonrisa al comprobar que se trataba de una chica alegre y espontánea. Esas características me tranquilizaban, ya que me avisaba que podía ser tal como era sin preocuparme de incomodarla. Claro que no olvidaría comportarme como un caballero con ella y más cuando ella me había contado que también era de Hogwarts.

—Sí, también pertenezco a Hogwarts y por eso te preguntaba. Pertenezco a Ravenclaw.

Me avergoncé un poco cuando ella se presentó, ya que yo tampoco había atinado a darle mi nombre.

—Es un placer, Luna. Yo soy Hydrus Pegasus. No te preocupes por no haberte presentado, ya que yo tampoco lo hice.

Parpadeé un par de veces cuando me di cuenta de que ese nombre me sonaba. Abrí los ojos de par en par y la volví a mirar.

—E-Eres la novia de Erick, ¿cierto?