Entre pociones y sofás de cuero [Libre]

Mi recorrido en la plaza de Hogsmeade había conseguido dejar fluir los pensamientos que a menudo se acumulaban en mi cabeza. Pensaba en los años que me faltaban para graduarme, en mi hogar en Florencia y por último... en la suavidad de uno de los cómodos y grandes sofás de cuero en el que me acababa de sentar.

Habían unos cuantos compañeros rondando en la sala en silencio.

"Perfecto" pensé

La tranquilidad que rondaba en la sala común ameritaba que sacara un libro minúsculo de mi túnica. Era de pociones. Quería planificar cuál sería la siguiente poción cuya preparación practicaría en el baño de la fantasma sangre sucia Myrtle.

"Podría hacer Varitaserum" pensé "Sería fácil saber si la hice correctamente. La podría poner en el jugo de calabaza de alguien. Como es incolora e inolora, jamás notará que está en su bebida"

Teniendo ya planeado lo que iba a hacer, cerré mi libro y lo guardé dentro de mis ropas nuevamente antes de volver mi vista alrededor de mi sala común, a mis compañeros.

Bajaba de la habitacion de los chicos a paso rapido. La Sala Comun estaba transitada, y seguramente no podria encontrar la tranaquilidad necesaria para leer mi libro de pociones.
Fui hacia esos sofás que no le tenían nada que envidiar a los de la Mansión Possesseur, en Francia, y me senté en uno de ellos. Sacando mi libro me di cuenta de que había alguien más sentado allí.

- Hola - saludé, sin ni siquiera mirar a mi interlocutora.

Dicho eso, centré toda mi atención al libro que tenía entre manos.

Mientras observaba con atención lo que hacían mis compañeros en la sala común, sentí un peso a mi lado en el sofá seguido de un "hola". Me giré a contemplar al dueño de la masculina voz y pude ver que se trataba de Karl Possesseur, el más reciente integrante de nuestra casa. Leía con atención un libro que no lograba identificar. Aprobaba el hecho de que a pesar de lo concentrado que estaba se hubiera dignado a saludarme. Eso hablaba de su buena educación y buenos modales. Además que leía en vacaciones como yo. Era una persona culta. Tal vez no sería tan malo charlar un poco, pues él era nuevo y de mi casa. Tenía que conocer a las personas con las que compartía el techo y compartiría muchas cosas más durante el año.

"Hola" devolví el saludo "Es bueno ver que lees estando en vacaciones en vez de estar revoloteando en cualquier parte. ¿Puedo saber qué estás leyendo?"

Levanté la vista del libro, y dije:

- ¡Claro, Donatella! - le alargué el libro -. Es de pociones, me lo prestó mi hermana el otro dia...

La miré, sonriendo, mientras ella cogía el libro.

- Es increible lo pasota que llega a ser la gente en verano... - comenté de forma distraída, mirando a los atareados alumnos que recorrían la Sala Comun.

Me alegré de que también se interesara en las pociones, por lo que cuando tomé el libro que estaba leyendo no pude evitar ojearlo casi por completo con mis ojos hambrientos de conocimiento. Las pociones eran algo que enorgullecía a nuestra casa y yo no podía desentonar, por lo que había estado practicando su fabricación.

"Tu hermana debe ser muy buena en pociones" dije sin apartar la vista del texto "Las medidas que tiene anotadas están muy bien calculadas"

Ya veía por qué Karl era mi mejor amigo. Siempre estaba haciendo algo productivo y me daba una sonrisa cuando compartíamos nuestro entusiasmo por lograr metas.

"Por suerte no somos de ese grupo. Somos más ambiciosos que ellos" dije devolviendo la sonrisa "Yo también he estado estudiando pociones y planeo ir al baño de la muerta sangre sucia a practicar. Sé que no es muy agradable pasar por allá, considerando su voz chillona, pero es el único lugar en donde puedo hacer un desastre y nadie me dirá nada."

Sonreí viéndola hojear el libro con tal interés, y tras dejarle un rato para que lo asimilara, dije:

- Sí, realmente Gisèlle es muy buena en pociones. El orgullo de la familia... - dije, medio bromeando con eso ultimo y dedicándole una sonrisa a Donatella.

Me comentó eso de ir al baño de la sangre sucia llorona, y levanté los ojos al cielo. Odiaba ese fantasma... Era estresante. Pero un amigo es un amigo, y me apetecia ver lo que quería hacer en el baño.

- ¿Te apetece que te acompañe? Así no tendrás que aguantar a la fantasma estresante tu sola... - le propuse de forma sincera.

Aún no conocía en persona a la hermana de Karl, pero él hablaba muy bien de ella y además se había preocupado de que él aprendiera lo más posible de pociones, por lo que ya la consideraba dentro de las chicas Slytherin de mi agrado.

"Se nota que es su habilidad" murmuré devolviendo el libro a su actual dueño.

Cuando dijo que estaba dispuesto a acompañarme al baño de Myrtle, por poco sonreí al pensar que no por nada era mi mejor amigo. Sería divertido torturar a la sangre sucia antes de dedicarnos a los calderos y pociones, pero dudaba que ella se atreviera a molestarnos, no desde la última vez.

"No creo que salga" le sonreí a Karl mientras recordaba una escena "La última vez que fui, Alexander y yo la fastidiamos con la serpiente que él tenía, Kadavra se llama. Se llevó un buen susto. Creo que ahora, además de temer a las serpientes, le teme a los Slytherin. No va a siquiera pensar en estresarte con sus llantos"

Con eso no quería decir que prefería que no me acompañara, sino que al contrario, pues aprenderíamos a cómo manufacturar una compleja poción sin hacer estallar el caldero y además nos entretendríamos más sabiendo que no tendríamos que soportar los chillidos de una difunta indeseable.

Le sonreí, y dije, sin poder evitar una sonrisa pícara:

- ¿No crees que salga? Creo que olvidas algo... He oído hablar de la fantasma, pero jamás la he visto. No he entrado nunca en ese baño horrible. Así que la tia esa todavia no conoce al tío Karl... - acabé, bromeando.

Miré a nuestro alrededor, y añadí:

- Si sale, será divertido. Si no sale, estaremos más tranquilos. ¿Cuando pensabas ir?

Hice una imagen mental de cómo sería que Myrtle conociera a Karl. De seguro al principio le encantaría, porque Karl era bien parecido y había escuchado que Myrtle era una fantasma a la cual le gustaba coquetear grotescamente con cada estudiante apuesto que se cruzara en su camino, pero al descubrir que él era un Slytherin como yo, apostaba a que guardaría distancia.

"Definitivamente no te conoce todavía. Quizás si te conociera le caerías bien hasta que supiera que eres de Slytherin" le dije sonriendo hacia el suelo, ocultando un poco mis ojos de él antes de volver a mirarlo "Hicimos que nos temiera y se ha calmado un poco, pero la verdad es que no es muy diferente a como has escuchado. Quiero decir que es chillona como mandrágora y llora con cada palabra que salga de su boca"

Pude ver que a Karl le entusiasmaba la idea de ir, pues pensaba que sería divertido fastidiar a la sangre sucia y efectivamente lo era. Yo había tenido ese placer de ver su cuerpo transparente rebolotear por doquier y perderse en su retrete. No sería mala idea asustarla otor poco y con una persona de tan buenas ideas como Karl.

"Pensaba ir apenas reuniera los ingredientes para hacer Varitaserum. Podríamos llevar todo y esperar a que salga. Si no sale, pues buena suerte para ella"

Bajé algo aturdido de los dormitorios a la sala común, ya vestido con el uniforme de Slytherin. Hacía tiempo que no pisaba de nuevo esa gloriosa casa, y sus camas eran tremendamente adictivas.

- Buenos días.- Dije a los allí presentes, que me recibieron con una sonrisa. Había estado ausente 2 años, por culpa de mi padre, que seguía insistiendo en que no debía ir a aquel lugar: Hogwarts. Decía que no era digno de mi y me llenaba la cabeza de semejantes barbaridades. Lo que no digan los padres...

Por tanto había caras nuevas, ya que yo debería de estar en el último curso, el hecho de que estuviera ausente 2 años hacía que repitiera dos veces en quinto. Y ahora la mayoría de los que conocía habían acabado en Hogwarts y debía de hacer nuevos compañeros.

Vi el periódico que leí la noche pasada, sobre el especial de quidditch y cuando fui a agarrarlo, me di cuenta que estaba en medio de dos compañeros que hablaban sobre pociones...

- ¡Hey!.- Dije sonriendo.- ¿Me pasáis el periódico que tenéis entre vosotros? ¿El que está en el suelo? ¡Me he dejado arriba la varita!

Como ya sabían los de mi antigua clase, yo era una persona totalmente amigable con los de slytherin, pero también demasiado radical con los gryffindor.

OFF ROL: Soy nuevo en la comunidad también

Al ver que los dos especímenes de mi casa me ignoraban me hice un hueco y de un manotazo agarré el periódico, pero cuando iba a empezar a leer entró una chica bastante llamativa de Slytherin. Yo levanté la mirada del periódico para mirarla a ella y saludé algo molesto por lo que había pasado con esos dos fantoches.

- Hey... ¿Cómo va eso?.- Dije cabreado a la chica que acababa de entrar que permanecía de pie en la habitación.

Acto seguido mi mirada volvió al periódico, no sin antes decir.- Deja a estos dos imbéciles tranquilos, no se inmutan, algo estarán tramando...

-Ufff, parece que alguien tiene un comportamiento Gryffindor. Dime ¿te has colado en la sala comun?-Pregunte, y luego, me eche a reir divertida. Me quede mirando la puerta "¿Donde cuernos estas?" Me pregunte y segui mirando la puerta, tenia que llegar, y si no lo hacia...Bueno, que se le iba a hacer.

Suspire y voltee a ver al chico Gryffi, tenia cara de querer matar a alguien, pero bueno, si habia colmado su vaso, lastima por el.

Me levante y camine hacia mi habitacion, tenia que bañarme, cambiarme de ropa, vestirme y peirnarme, no me molestaba bañarme en la lluvia, pero si no lo hacia a voluntad, me molestaba un poco.

Me levanté amenazante y reí con rabia contenida. Acto seguido miré de arriba a abajo a esa despreciable niñita de mamá:

- Vaya, creo que la niñita de mamá se cree superior con tan solo 15 años. ¿Te has tirado de un puente sin querer o eres así de imbécil?- Me pregunté mientras sacaba mi varita.- ¿Quieres probar suerte? ¡Quizás tan solo acabes conservando tu asquerosa cabeza maquillada!

Sonreí para mis adentros y esperé a que la niñita de papá hiciera algo, le dejaría algo de ventaja, era antiguo miembro slytherin y valía más que una mocosa. Con asustarla bastaría...

- ¿Defenderme? ¡Eso lo haría si fueras una amenaza!.- Dije sacando del todo mi varita.- Pero conozco una forma de que te conciencies de quién es el que manda aquí.- Dije sacando mi boggart de la anterior clase, que todavía conservaba. Hice un conjuro y le puse el boggart justamente en frente de su cara. Éste adquirió la forma de una Rana gigantesca.

Yo miré extrañado la rana... ¿Una rana? ¿Eso te da miedo? pensé y comencé a reir sin poder parar.

- ¡Qué absurdo!- Contesté. Hice desaparecer el boggart y volví a mi lectura

Algo divertido hice desaparecer a la rana y cuando se marchó le dije en tono más divertido aún.- ¡Ten cuidado! ¡Quizás te tropieces con alguna rana entre tus sábanas esta noche!- Acto seguido volví a tomar el periódico y a seguir leyendo, mientras pensaba: "El espíritu de Slytherin se ha perdido, no es lo que era antes"