Conociendo a la Prefecta, Anna Kocran

Una brisa fresca golpeaba el castillo, mientras yo, Stefano Zylka, me encontraba caminando por los pasillos del castillo. Súbitamente y desde que entré en Ravenclaw, no había tenido la oportunidad de conocer a la jefe de casa. Según había escuchado, su nombre era Anna Kocran, debía de presentarme ante ella lo más pronto posible, era mi deber como miembro de Ravenclaw. Con un paso lento, me dirigiría hasta su despacho. Pasé unos minutos caminando hasta llegar a la puerta de su despacho. Tomé aire para, lo necesitaría para conocer a una persona como la jefe de casa. Con mis nudillos, golpee suavemente la puerta esperando a que ella amablemente me diera la orden de entrar en su despacho. Al pasar los segundos sin una respuesta de su parte, decidí abrir la puerta lentamente, esperaba que no estuviera interrumpiendo algo importante.

- Disculpe, ¿puedo pasar?

Dije en un tono seguro, aunque un poco temeroso. Al abrir la puerta en su totalidad me quedé esperando en la entrada de este, ya era suficiente con abrir la puerta sin su permiso, sería una completa osadía de mi parte entrar sin que ella lo dijera. Suspiré sutilmente para que ella no se diera cuenta mientras esperada su respuesta. Examinaba la zona con mi vista, eso mientras esperaba su respuesta.

El momento de conocer a la jefe de casa había llegado. La fama de ella sería un misterio hasta ahora, era mejor que la conociese en caso de ganarme algunos problemas, nunca se ha de estar excelso de estos y, tener de mi lado a una persona reconocida dentro del castillo era más que beneficioso. La prefecta, quién después de observar como abría la puerta de su despacho lentamente me respondió a mi petición, a su vez, agregando algo más, abrí la puerta un poco más para entrar dentro del despacho, caminé un poco y me paré frente a una silla que se encontraba en aquel lugar lleno de libros, la prefecta por su parte, se encontraba en su escritorio tomando una taza de café. Hice una pequeña reverencia para contarle a la prefecta las razones por la cual la estaba molestando en su despacho a esas horas de la mañana, me levanté para contarle.

- Buenos días Srta. Kocran, mi nombre es Stefano Zylka, vengo ante usted, la jefe de casa para presentarme. Solamente vengo a eso pues, no había tenido la oportunidad de conocerla personalmente hasta ahora, disculpe mi osadía al abrir la puerta de su despacho asi como así, no hay palabras que pueda decir para cubrir lo que hice.

Dicho eso respiré hondo un poco. Esperaba la respuesta de la prefecta, mientras eso, veía detenidamente la sala, aquella sala bellamente adornada de libros que parecía no tener fin, un miembro de la casa Ravenclaw al final de todo, su apetito por el conocimiento debe ser mas que inexpugnable, hasta ella debía tener mas ansías de conocimientos, cosa que es bastante pues, acostumbraba a leer mucho en mi tiempo libre. Seguía esperando la respuesta de aquella persona mientras mantenía mi postura erguida en todo momento, no quería demostrar en ningún momento una señal de debilidad de mi parte, mucho menos frente a la jefe de casa por lo que simplemente me limité a esperar a que ella respondiera a mi comentario hechos anteriormente, no quería tomar asiento todavía aún cuando ella me había que podía hacerlo si quisiese, planeaba a hacer una vez ella respondiera. Me quedé frente a ella mirándola con una mirada un tanto impactado, era muy bien parecida y su sonrisa tampoco se quedaba atrás.

Mi intervención frente a la prefecta había llegado a un punto en el que era puramente trato de modales. Estaba frente a ella, la separación entre nosotros era su escritorio. Después de haber terminado su intervención que, había sucedido a la mía. Dejó su taza de café a un lado para, con sus dos manos hacerse un moño en el cabello, una vez terminó de hacer su moño, tomó nuevamente la taza de café con su mano para dar un sorbo de este nuevamente. Parecía como si le gustase el sabor amargo de este. Ella, decía que no me preocupase por lo sucedido en la puerta, además, su puerta siempre estará abierta para los miembros de Ravenclaw. Dicho eso, agitó un poco su varita para que empezara a ordenarse el despacho. Tersus Tidy, era el hechizo que había usado, que aunque no había pronunciado las palabras era el único hechizo capaz de hacerlo. Agregó algo después de haber terminado, me preguntaba si necesitaba algo mas, amablemente le respondería a la prefecta.

- Me gustaría aplicar para el equipo de Quidditch, pero por ahora no poseo mi escoba, una la tenga estaré pasando nuevamente por aquí para tratar de entrar al equipo. Por ahora, no necesitaré de usted por un tiempo. Un placer haberla conocido, con su permiso me retiraré.

Después de haber dicho eso, me quedé ahí esperando la respuesta de la prefecta, hasta hora no había mostrado gran muestra de molestia, siempre con una sonrisa en su cara, he de admitir que su sonrisa en cierto modo me parece linda. Por primera vez desde que entré en el despacho, mostré una sonrisa, su actitud era cálido y eso me agradaba, suspiré un poco al notar que no fue nada difícil presentarme ante la prefecta, mis nervios eran algo raro en ese momento. Me calmé y esperaría la respuesta de la prefecta para retirarme de la sala para ella continuase con sus labores.