¿Como he terminado yo aquí? [Libre]

Era una pregunta que me hacia una y otra vez sin encontrar una respuesta convincente ¿Que demonios pintaba yo en el invernadero?. ¡Con lo que detesto yo la herbología!
Suspire y me encogí de hombros. Bueno, ya que estoy aquí no me iba a dar la vuelta. Me quite la gruesa capa de piel y me la colgué del brazo izquierdo, a lo que tarareaba una canción infantil que me enseño mi madre para aprender ingles y me adentraba.
El invernadero era húmedo, caluroso y con plantas raras por todos lados. Ugh, por lo menos no me encontraría a nadie, vamos, no creo que este sea uno de los lugares mas frecuentados de todo el castillo. Aunque se ven cosas tan raras...
Me senté en el suelo, con las piernas cruzadas al estilo indio y mire el techo acristalado que permitía disfrutar de la luz natural de la tarde nublada en Hogwarts, como casi todas por aquí, me recordaba a mi tierra, allí también los días eran nublados y fríos. Cerré los ojos, acompasando las respiraciones con los latidos de mi corazón, necesitaba relajarme. Últimamente no era la misma, y no podía seguir así, algo iba mal, y no tenia la mas remota idea de que era.
Escuche una voz humana y abrí los ojos de par en par, por Merlín ¿Donde tenia que esconderme para estar un rato sola? Quizás la idea de poner un cartel de "Ocupado" en la puerta no había sido tan disparatada como pensaba al principio.

Luego de pasarme toda la tarde tirado en la cama, decidí dirigirme al invernadero para hacer unas anotaciones sobre las plantas que allí había. No era que me encantara Herbología pero necesitaba hacer algo para mantenerme ocupado y además no me vendría mal. Al llegar al invernadero me saque mi capa y la deje sobre una silla que había en la entrada, para estar más cómodo. Abrí mi pergamino y saque mi pluma parándome frente a las diferentes y raras plantas.
-Veamos.. -me dije para mi mismo, mientras comenzaba a anotar el aspecto de cada planta y anotaba su nombre luego de un boceto sobre su forma para recordarlo. En esos momentos de aburrimiento, dibujar era lo que más me tranquilizaba y me hacía olvidarme del tiempo. Así fui haciendo con cada planta que debía anotar y avanzando lentamente hacía el fondo del lugar.
El día estaba nublado y húmedo, pero el invernadero hacía el calor más notable que en otros lugares. Nunca supe por que, pero me encantaba el olor a tierra húmeda y más especialmente en Hogwarts. Me rasqué la cabeza, mientras me concentraba en las últimas plantas que debía anotar. No faltaba mucho para las vacaciones y para regresar a casa, entonces me pregunte que diferencia había de pasarlo en Hogwarts o en mi casa. Comenzaba a sentir el colegio como mi casa y no me disgustaría pasar la navidad con mi hermano Will aquí. Pero de seguro que el se negaría y pensándolo mejor mis padres se enojarían si no llegábamos a casa para navidad. Recordé que debía hacer una lista de regalos para ir a comprar con mi hermano o alguno de mis primos. Siempre me había costado elegir buenos regalos, pero así lo hacía. Sonreí al recordar la última navidad en casa y seguí con mi tarea.

Me levante poco a poco con gesto fastidiado, insegura de a quien me podría encontrar, escondiendome detrás de la gran columna en la que me había recostado anteriormente. Vi una persona a lo lejos en silencio, parándose a cada planta que veía. Oh, no ¿Seria el profesor? Me volví a esconder sin saber que hacer, tarde o temprano fuera quien fuese me terminaría por descubrir, tampoco es que estuviera haciendo nada malo, en lo peor podría decir que había venido a estudiar las plantas, pero tampoco es que me apeteciera dar explicaciones de porque estaba allí ni que estaba haciendo.
Di un largo suspiro y, de puntillas, intente acercarme un poco mas si ser vista, con suerte a lo mejor conseguia escaparme sin que me llegara a ver. Por sus ropas me di cuenta de que era un alumno, y respire tranquila como si me hubiera quitado un peso de encima. Me escondí entre unas cuantas plantas en forma de enredadera que llegaban hasta el acristalado techo y desde ahí pude ver mas claro, era un chico moreno, de Gryffindor quise creer y eso ya me puso de mejor humor. Alguien de mi casa. No es que me llevara muy bien con los leones.
Me debatí conmigo misma sobre si acercarme o no. Se le veía muy concentrado, a lo mejor no queria que le molestaran, pero por otra si me quedaba como un pasmarote entre aquellas asquerosas plantas sin moverme al final terminaría por verme y a saber que se pensaba.
Y como no podía ser de otra manera, al querer salir me allí me enrede con las plantas. Genial. Torpe, mas que torpe.
- Hola, em... ¿te importaría echarme una mano? Es que.. como veras, me he quedado enredada - Mi cara, seguro estaría del mismo color que el escudo que lucia en el uniforme. Una manera muy original de empezar a hablar con aquel chico.