Un hermoso día en la playa ( Seth L )

Me encontraba tan deprimida que le había preguntado a Katt si no podía llevarme a Sam conmigo unos días, después de todo yo era la tía del can. Me desperté temprano y vi que Sam aún estaba medio dormido así que lo deje solo en la cama y entre a ducharme. Al salir me puse mi traje de baño y un vestido simple, pues tenía pensado ir un rato a la playa. Le coloque la correa a Sam que ya estaba despierto y marchamos a la playa más cercana.

Al llegar me senté en la arena para disfrutar del sol, Sam se sentó a mi lado mientras observaba la gente pasar. Yo suspiré mientras comenzaba a tener calor.

-Muy bien pulgoso. -miré al can. -¿Quieres refrescarte un poco? -al ver que Sam miraba el agua le solté la correa y salio a darse un chapuzon.

Mientras observaba que no se fuera muy lejos, me quite el vestido que llevaba para dejarlo dentro del bolso que había llevado y recostarme sobre la arena caliente. Me quedé así unos minutos pensando en todo lo que había sucedido en mi vida los últimos días y aunque las lagrimas luchaban por salir yo no permití que lo hicieran.

Sam llegó corriendo a mi lado un poco mojado por el agua y con una rama en su boca, yo intenté sacárselo pero salió corriendo. Al ver que no tenía intención de regresar, salí tras el.

-¡Sam, vuelve aquí! -le gritaba mientras corría tras el perro. -Katt me matará. -me dije para mi misma, mientras intentaba alcanzarlo.

A lo lejos noté que un chico se agachaba para acariciarlo y aminoré mi carrera, al ver que lo estaba reteniendo. Al llegar noté que se trataba de mi compañero de casa, era el último lugar donde pensaba cruzarme lo. A penas lo conocía de vista y habíamos cruzado una que otra palabra, pero no eramos amigos. Aunque no me caía mal, ni nada por el estilo. Me incline apoyando mis manos sobre mis rodillas recuperando el aliento,l mientras el chico, Seth, me preguntaba si el can era mio.

-Gracias a Dios que lo detuviste.. -respiré profundamente. -No, es de Katt. Doble responsabilidad. -sonreí y me acerqué para darle un beso en la mejilla. -No esperaba cruzarte por aquí.-le dije mientras Sam seguía jugando con él. -Es extraño, no todo el mundo le cae bien. Parece que le agradas. -reí, mientras le acariciaba el lomo al can.

Me acomodé el cabello para que no me bloqueara la vista, al estar más cerca de las olas había más viento, fue ahí cuando recordé que había dejado mi bolso solo con mi vestido al lado. El viento me había dado frío, y noté que estaba en maya. No pude evitar ruborizarme pues no esperaba que un compañero de casa me viera en esos lugares y mucho menos en traje de baño.

Intenté mirar hacia un par de personas que pasaban por mi lado y observaban a Sam, para que Seth no notara que me sentía avergonzada. No era que me molestará que el estuviera ahí, al contrario un poco de compañía no me venía nada mal. Pero no estaba acostumbrada a que mis amigos me vieran así.