La luna, tú y yo ( Cara )

por Matthew Ricks Lun Feb 11, 2013 10:14 am

Era de noche, me había retrasado bastante, pero al fin llegué. Debía reconocer que pese a llevar varios años aquí todavía me perdía. Bajé las escaleras y giré, todo esbaba tan vacío como de costumbre, sin embargo la sala común estaba como siempre. Era tan acogedora. Después de decir la contraseña entré. saque mi varita y dejé una nota en mi recordadora. Luego pensaba ir al gran comedor a comer algo, pero no me apetecía moverme del sillón cuando ya estaba tendido en él. Puse mi mano recta y agitando mi varita salió un dulde relleno de chocolate. Escuché unos pasos que venían de fuera así que alcé un poco la vista y era, como no, Snape, vigilando. La noche segíua y tras hacer mis deberes de pociones, que me trían loco, decidí salir a tomar el aire, sí eran las 2 de la noche, pero ¿Y qué?. Dejé la poción en un recipiente de crista en mi chaqueta estaba todo preparado así tranquilamente susurré.- Lumus y salí del cuarto a pasa ligero, tampoco quería arriesgarme a que me pillaran. Mi idea era dirigirme a la lechucería o...quizás al campo de Quiddicht a estrenar mi escoba de mi cumpleaños regalada por mi padres, pero eso haría gran ruido, mejor a la lechucería, más silencioso...

por Cara M. Jagger Lun Feb 11, 2013 2:40 pm

La clase había terminado. Por fin. No podía más, estaba cansada y comenzaba a dolerme la cabeza. Necesitaba descansar. Desconectar. Hacer cualquier cosa que no tuviera nada que ver con las clases. Tiempo para mí. Sí, eso es lo que quería. Lo que necesitaba. Parpadeé un par de veces y me levanté de mi pupitre, recogiendo mis cosas. Primero pasaría por mi habitación, lo dejaría todo y después me iría a dar una vuelta. O algo. Ya vería lo que haría. Parpadeé un par de veces. Suspiré y salí del aula, caminando por los pasillos. Los alumnos iban y venían. Las clases habían terminado y todos estaban deseando hacer cualquier otra cosa, como yo. Todo el mundo estábamos igual. Puede que incluso hasta los profesores deseaban desconectar un poco. Al fin de cuentas...debía ser igual de agotador para unos como para otros.

Era complicado avanzar por los pasillos y me eché en cara no haber salido antes, ya que estarían más despejados, en lugar de haberme quedado un rato charlando con las chicas de clase. Un error de primer curso, sí, lo reconocía, pero no volvería a pasar. Por supuesto que no. Suspiré y parpadeé un par de veces mientras aferraba la mochila a mi hombro y colocaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Esto parecía una selva. O puede que peor. Los gritos, las risas...todo se mezclaba en el aire. Y todo llegaba a mis oídos. Puse los ojos en blanco y avancé todo lo deprisa que pude. Tenía ganas de llegar a mi habitación y de quedarme tumbada unos segundos.

Por fin llegué. Me lancé, literalmente, sobre uno de los sillones y abracé uno de los cojines, cerrando los ojos durante unos cuantos minutos. Me relajé. Me vino bien, la verdad. Después me incorporé lentamente y miré por la ventana. No tardaría en anochecer. No es que fuera tarde, simplemente que, entre que siempre estaba nublado, y que anochecía pronto, todo se volvía oscuro. Me encogí de hombros. Me bajé de la cama y miré a mi alrededor. ¿Qué podría hacer? Mmm no lo sabía. Entonces mis ojos se clavaron en la estantería. Sonreí ligeramente y me acerqué hasta ella.

Allí vi un libro que estudié cuando cursaba estudios muggles. No es que me gustaran especialmente, pero la verdad es que este sí que me había gustado. Era tan... romántico. No sé. ¿Se podría decir que yo era romántica? No, en absoluto. Por supuesto que no, pero en ese libro... se mezclaba el deber con los sentimientos. Y algo así me había pasado a mí, aunque...claro yo no pensaba enamorarme. Parpadeé un par de veces y ladeé la cabeza. Agarré el libro y me dispuse a buscar un buen lugar para despejarme. Donde estuviera segura de que podría estar tranquila, sin que nadie me molestase. Acaricié la portada del libro, la solapa, con la yema de mis dedos y respiré lentamente. Camine lentamente, casi arrastrando los pies como si me pesaran hasta que una luz proveniente golpeó mis ojos. Me acerqué poco a poco a la silueta y no pude evitar que una sonrisa se dibujara en mis labios. –Creo que me han robado la idea...-le susurré entre risas y me senté a su lado. Estaba claro que era la primera vez que le veía, para ser sincera, solo había tenido oportunidad de conocer a pocos compañeros pero ninguno de mi misma casa, excepto Ira. Así que me alegré de que coincidiéramos. Fruncí levemente los labios y coloqué el libre a un lado mientras veía de reojo. –¿No crees que es un poco tarde para estar afuera de la cama? -vacilé con los labios curvados en una sonrisa amigable mientras me echaba un mechón de cabello hacia atrás.

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