Cuidado con las espinas...[libre]

Estaba aburrido, muy aburrido, no tenía aparentemente nada que hacer, la sala común me agobiaba, demasiada gente para mi gusto, ya que si dos son compañía y tres son multitud... Más de treinta ¿Qué era?.

Bajé las escaleras corriendo, encontré bastante gente por el camino pero ninguna con la que me apeteciese hablar. La verdad, tampoco había demasiada gente por los pasillos, era una mañana un poco fría, y casi todos estaban en la sala común o desayunando en el Gran Comedor.

Por fin llegué fuera, una suave brisa azotó mi cara como si me saludase, no parecía haber nadie por los alrededores, me estiré como si me librase de estar atado al colegio y, sin saber muy bien por qué, invoqué a mi patronus, el elefante plateado caminaba junto a mi sin rumbo, hasta que por fin vi algo que me llamaba la atención, el invernadero, la verdad me interesaba baste la herbología, aun que aun no había acudido a ninguna clase, lo haría a la siguiente, no importaba mucho.

Entré, estaba vacío, o eso parecía, mi patronus se disolvió al entrar, pronto fui a donde quería, rosas blancas, mis rosas favoritas, me senté justo bajo estás, pero me clavé una de las espinas.

-Siempre me las clavo.... Que torpe soy- Dije hablando solo.

Decidí echar un vistazo al invernadero antes de salir de los terrenos. Quizá encontrara modelos bonitos que me inspiraran y ya sin darme cuenta llevaba mi cuaderno de campo en mano y el lápiz en la otra.
Me pareció ver algo muy grande entrar antes que yo así que me escondí un momento.
- vaya...parece que ultimamente está de moda invocar patronus por aqui...- susurré saliendo de mi escondite y esperando a ver el dueño del gigantesco elefante que se había desvanecido. Reconocí al chico del pelo blanco, era el que había visto antes... como era?... Me di golpes en la cabeza con la mano hasta recordarlo.
-Ah, Dave...creo que era..- dije en voz baja. Esperé a que pasaran unos minutos más con tal de que no pensara que le seguía.
Empujé las puertas de cristal en silencio y miré el interior de la estancia. Había tantas flores y especies de las que había leído en libros...era alucinante. Sonrei encantada y comencé a recorrer el espacio y meterme por entre las plantas sin importarme que me vieran; tenía que encontrar una vista perfecta para dibujar. Aun las heridas de las rodillas me molestaban pero no me importaba demasiado, unido al pelo despeinado, algunas heridas más en las manos y mi aspecto poco presentable podría preocuparme más pero estaba acostumbrada a ello.
Aparté una de las grandes hojas que tapaba mi visión y encontré a Dave bajo las rosas.

Había oído entrar a alguien, aun que hice caso omiso de ello, estaba un poco ocupado intentando quitarme espinas de las rosas, me molestaba mucho que se clavasen en mi piel, pero adoraba esas flores, sí, podía sonar un poco...¿Femenino?, pero las rosas blancas me encantaban, y si alguna vez vivía solo cubriría el jardín entero de éstas... Pero algo entorpeció mis pensamientos, de nuevo ese olor llegaba a mis fosas nasales, ¿Era de verdad la joven que estaba frente al bosque?. Entonces su suave voz, que ella creía que no podría oír, llegó a mis finos oídos, sí, sin duda era ella.

-En efecto, soy Dave-Dije quitándome otra espina del brazo.- No me gustaría ser un maleducado.. Pero decidme, ¿Qué trae por aquí a la belleza de Ravenclaw?

Cómo solía decir, 'Los alagos son gratis, y todos nos los merecemos de vez en cuando, claro, salvo yo', pero realmente, algo me atraía más en ella que en las demás alumnas, quizás por que era de mi casa, o quizás por que no había explicación, y era así de raro, al fin y al cabo, ni siquiera era un humano, o por lo menos no del todo.

Quedé algo extraña con su "respuesta". ¿Acaso había oído lo que yo había dicho?
Reí un poco con la posibilidad de que no lo hubiera hecho y aun más con la terminación de su frase.
- No creo que sea eso cierto, pero contestando a tu pregunta- dije alzando un dedo mientras me sentaba despreocupada sobre el suelo- me daba pena volver sin antes visitar el invernadero...además, me apetecía dibujar un rato, este clima es agradable.- alcé la vista hacia el techo acristalado y cerré los ojos bañándome en la luz que entraba momentáneamente de entre las nubes.
- Y vuestra presencia tampoco parece ser nada serio,¿ no? espero no molestaros, caballero- sonreí sin querer abrir los ojos.

Me froté el brazo tras haberme quitado la última espina y la miré.

-Pues debo anunciarte, que esas creencias tuyas son falsas, puesto que lo eres- dije acomodándome, gran fallo, me había clavado otro montón de espinas, pero esta vez en el otro brazo- Auch, voy a ser torpe para toda la vida... ¿Dibujas?, debes de ser toda una artista... ¿Tienes alguna de tus obras a mano?

Comencé de nuevo a quitarme las espinas de rosa, ¿Cómo podía clavarlas con tanta facilidad en mi piel?... Es más.. ¿Cómo habían tantas, que siempre se me clavaban a mi, y al parecer solo a mi?... Por que no creía que mucha gente se sentase junto a rosas, y rosas blancas para ser exacto.

-Bueno, nada en especial, estaba aburrido, y me gusta venir aquí a pensar, siempre que no apetece ir al bosque, tengo el invernadero...Con sus magníficas rosas blancas- Dije intensificando ese magníficas.

-En tu favor diré que apruebo a las personas de criterios firmes, pero me mantengo en mi posición de que seguramente haya estudiantes mucho mas bellas. Lo que importa de verdad es su mente- abrí los ojos- despues de todo, la belleza desaparece con el tiempo.
Observé a Dave, enredado entre las rosas y no pude evitar reir un poco.
- Parece que les gustas - me arrimé a ayudarle a liberarse- puedo enseñarte algunos que tengo aqui, pero no son gran cosa, solo son apuntes.- dije al quitar una de las rosas que rodeaban su hombro.

-Dado que estás en la casa de los intelectuales, debo suponer que no solo tu físico es sorprendente, sino que poses una mente brillante.- Le dije pasando mano por mi brazo para quitarme todas las espinas de una vez.

Noté como se acercaba para liberarme del abrazo de otra rosa, realmente era un fastidio que unas flores tan hermosas fuesen tan peligrosas, pero, suponía que todo tenía sus pros y sus contras. Ahora que tenía a Alyss cerca, pude fijarme bien en sus rasgos faciales, como ya había visto sus ojos eran como la luna, brillantes e hipnotizadores, sus labios tenían como algo especial que nunca había visto, no sabía bien lo que era, pero estaba claro que eran únicos...'Estúpido' pensé, todos los labios son únicos.

-Si tienes algo, siempre será digno de ver- Le dije apartándome un poco de las rosas, adoraba su aroma, pero no tanto sus pinchazos.

- Me esfuerzo en tenerla y ejercitarla cada día, es lo más valioso que tengo - dije sonriendo hasta percatarme de su mirada. No me molesté en apartar la vista que había encontrado con la de él asi que me fijé mejor en sus rasgos; no eran comunes, eran extraños y afilados con unos ojos azules oscuros que parecían bastante profundos. Volví a mi posición, alejándome de él.
- Sería interesante dibujarte, si me dejaras, claro - sugerí al tiempo que le acercaba un cuaderno adornado de pequeños fragmentos de espejo roto y limado que formaban la cubierta. De un costado colgaba un señalador formado de tiras de colores trenzadas con una piedra cristalina al final.

Ejercitar la mente, era algo que yo hacía cada día como si fuese lo más normal del mundo, al fin y al cabo, no sería nada sin ella.

-¿Quieres dibujarme?- Pregunté extrañado- ¿Por qué quieres dibujarme?... La verdad, sea cual cual sea tu respuesta, accederé sin poner ninguna excusa.

Observé que me pasaba un cuaderno, adornado con lo que parecía un espejo dividido en varias partes, un cordel trenzado de tres colores hacía de separador, lo abrí cuidadosamente, habían varias páginas con trazados a lápiz, pero aun quedaban hojas en blanco, observé con detalle cada dibujo.

-Se te da muy bien dibujar- Comenté devolviendole el cuaderno, una vez visto todo.- ¿Necesitas que pose de alguna manera en especial?

Me mantuve quieta mientras revisaba el cuaderno.
- Gracias...Me parecen curiosas tus facciones, no tienes unos rasgos comunes - recogí la libreta y contemplé una de las acuarelas que formaban mi casa en el campo y la de mi padre que completaba el último dibujo. Últimamente me interesaba más por los retratos. - aun asi me alegro que aceptes -sonrei de medio lado y recogí el lápiz para empezar a trazar varias veces por la hoja a la vez que mis ojos miraban el modelo.
- no hace falta que poses, prefiero que la persona se vea natural aunque...-dije sin detener mi mano- no te sientas obligado a estar quieto, las personas piensan que deben imitar a estatuas pero sientete libre de hacer y decir lo que quieras.- sonreí, recogiendome el flequillo tras la oreja para ver mejor.
- Cuéntame algo más de ti, Dave...um... por ejemplo, ¿Has soñado algo anoche?

Era normal que no fuesen comunes, lo habrían sido hacía un año, pero ahora... Era raro si todavía seguía pareciéndome a mi yo anterior, lo que sí que tenía muy claro, era que psicológicamente, era muy distinto.

-Intentaré estar lo más quieto posible, pero no prometo nada- Dije riendo un poco.

Lo cierto, era que no podía contarle lo que había soñado anoche, o por lo menos no todo, ¿O ya confiaba en ella como para que supiese mi secreto?.

-Lo cierto, es que anoche tuve un sueño muy extraño, soñé que era Luna Llena, y que me encontraba en mi cama, durmiendo, cuando de repente me despertó alguien, lo que no era normal, puesto que tengo una habitación propia... Y bueno, bajé corriendo a la sala común, pero ya era muy tarde...- Contaba mientras intentaba no moverme demasiado- No sé si deberías oír lo siguiente, no sé si tengo la confianza suficiente en ti, y tú en mi, para que lo sepas, por eso creo que deberías elegir tú, si prefieres saber uno de mis secretos o no.

Seguí formando con líneas afiladas su mandíbula para luego pasar a sus ojos mientras escuchaba tranquilamente su voz.
- Puedes confiar en mi, se me da bien guardar secretos y escuchar a los demás pero aun asi no te sientas obligado a decirme nada si no quieres. Estaré dispuesta a oirte cuando sea el momento - clavé mis ojos verdes en los de él para tranquilizarlo, dejando de dibujar. Aquello de reconfortar era uno de mis fuertes y por alguna razón, siempre me decían que funcionaba. -después de todo, comprendo que no debe de ser muy inspirador contarle algo íntimo a una extraña que acabas de conocer.

Bueno, estaba en mi casa, por lo que la vería a diario en la sala común, o casi a diario, y parecía de confiar, aun que, no era yo quien debía confiar en ella, sino ella en mi.

-Bien, si te cuento lo que sucedió, es por que espero que lo vayas diciendo por ahí como cualquier cuento, en caso de que quieras hablarlo con alguien, dado que varias personas lo saben, no me importará, pero si lo haces, preferiría que hablases en palabras clave, como "ese problema" o "lo que pasa cada mes".

Clavé mi mirada en sus ojos verdes, eran realmente preciosos, quizás los más bonitos que jamás había visto, tenía una mirada tranquilizadora, como si me estuviese dando apoyo para contar aquello.

-Bien, seguiré con lo que ocurría, como ya te he dicho, había bajado a la sala común, estaba vacía, bueno, no habían alumnos, solo profesores, en ese momento, miré por la ventana, vi la luna, brillante fuertemente, y... Comencé a cambiar... "físicamente"- No me atrevía a decir esto en voz alta, y me acerqué para susurrárselo- En hombre lobo... Todo lo demás que muy extraño, lo profesores me inmovilizaron y me enviaron en una jaula a un barco... Pero me desperté ahí...No era solo un sueño, lo soy de verdad.

Dejé el lápiz y la libreta a un lado y me senté frente a él. Me parecía importante lo que Dave me estaba confiando y ya tenía suficientes líneas boceteadas para definirlo.
- De acuerdo... - dije antes de escuchar el resto del relato. Seguí contemplándolo mientras se explicaba y por alguna razón, un escalofrío recorrió mi cuerpo al oír " Hombre lobo". ¿Dave era un licántropo? Aquella sensación de inquietud y el instinto de vigilarlo...ahora encajaba.
Me quedé en silencio unos segundos antes de hablar.
- No puedo imaginar lo duro que fue aquello... -miré hacia el suelo, juntando las cejas al ponerme en su lugar. Según lo que había leído, la transformación de un licántropo no era muy agradable, pero para un chico debía de ser mucho peor...rodeado por profesores sin poder controlar su cuerpo... Pude sentir su desesperación, la inútil batalla de recuperarse a sí mismo.

La reacción de cada uno de los que sabían mi secreto era diferente, la mayoría se asustaban, pero Alyss, era diferente a todas las personas que había conocido, parecía estar meditándolo, noté que miraba al suelo, busqué su mirada, lo que menos deseaba en ese momento, era que pensase cosas tristes por mi culpa.
-Por suerte solo fue un sueño -Dije sonriendo- Además, nadie corre peligro bajo mi mano en noches de luna llena, mi hermano me envía pociones matalobos de vez en cuando, pero parece ser que se ha cansado de hacerla o ha tenido algún imprevisto, pero ha decidido que a partir de ahora la haga yo mismo, por lo que, como creo que soy el único licantropo de Hogwarts, no temas por tu vida si alguna vez haces una escapada al bosque, en uno de estos días, pero eso sí, no te alejes demasiado si lo hicieras, o encontrarías un extraño, esa es la razón por la que yo soy... Esto.

Alcé los ojos al oír lo de su hermano. Me parecía bien que le hiciera responsable de si mismo y de sus necesidades, pero lo de no dar explicación concreta de por qué lo hace me molestó. No tenía hermanos, pero desde luego no me parecía bien el hecho de desentenderse de esa forma. Fruncí el ceño. Aunque puede que su hermano se encontrase en problemas..
- Yo te puedo ayudar con las pociones, soy buena en esa materia y así no tendrás que preocuparte tanto...sólo será como una medicación que tendrás que tomarte cuando lo necesites - ofrecí, aun pensando en las razones de su familiar. No me atrevería a preguntar, ya lo haría cuando tuviera más confianza y no era cualquier cosa que tratar.
Volvi en mi y lo miré intentando relajar los tensos ojos que tenía.
- No te preocupes por el bosque, no creo que entre nunca...

-Bueno, la verdad, mi hermano también fue de Ravenclaw, al igual que toda mi familia, y creo que sé el por qué, si no fallo en mi deducción, lo que quiere es que aprenda a valerme por mi mismo, pero no sé si sabe, que las pociones no son lo mío.

Sonreí con esperanza al oír sus palabras, si de verdad me ayudaba estaba salvado, bueno, más bien estaban salvados los demás.

-¿De verdad podrías ayudarme a hacer la poción?- Pregunté mirándola fijamente. ¿Por qué se ofrecía a ayudarme? -Si lo haces, te estaré eternamente agradecido.

¿Por qué me sentía así?, si la miraba sentía algo extraño en mi interior, y no era mi ser lobuno precisamente, era algo que no reconocía, pero que me traía curiosidad. Sonreí mirándola, definitivamente, era alguien especial, no era como las demás.

Reí al oirlo, me gustaba cuando alguien admitía sus límites, me parecía admirable.
- En tal caso supongo que no queda remedio, Dave.- dije dando un golpecito en su hombro mientras correspondía su sonrisa.- No creo que sea conveniente que la poción termine siendo cualquier cosa menos lo que te ayude, no? Y no hace falta que te pongas tan formal, - hice una mueca- después de todo, aprecio que hayas confiado en mí, lo menos que puedo hacer es ayudarte.
Su sonrisa era contagiosa, no podía dejar de sonreír. Me alegré de conocer a un.. ¿amigo? tan rápidamente, no estaba acostumbrada a tenerlos... si, por como reaccionaba con él, era mi amigo por muy extraño que pareciera por el poco tiempo que había compartido con él, pero me sentía a gusto en su compañía. Por el momento, lo consideraría como amigo, aun me faltaba mucho por conocerlo, pero no tenía prisa.

Mis finos oídos captaron sus risas a la perfección,era una bonita risa, muy dulce.

-Puedo asegurarte, que si hiciese esa poción acabaría por convertirme en sapo cada vez que lloviese, y te aconsejo no preguntar el por qué, ya que sería capaz de darte una respuesta,

No pude evitarlo, cuando sonrió quedé como hipnotizado por la curvatura de sus labios, en serio, ¿Qué había en ellos?, nunca lograría deducir por que me atraían tanto, al igual que sus ojos, que apaciguarían a la más fiera bestia, con un solo parpadeo, estaba seguro de que no era normal.
-De verdad, te agradezco mucho que me vayas a ayudar con la poción, lo paso fatal cuando no la tomo- Dije sonriendo, mientras la miraba detenidamente.

-¿Sabes?, aun que no soporte mucho estar en la Sala Común, eres una de esas personas, que no me importaría encontrarme para charlar un rato- Le dije sonriendo de nuevo- Es cómo si pudieses entender a la perfección lo que se me pasa por la cabeza, soy una "persona" muy rara, y a veces los demás no me entienden.

Alcé una ceja ante la visión de Dave convirtiéndose en sapo y no pude evitar sonreir de lado.
- Eso sería cómico de ver, pero creo que no, mejor no añadir animales a la lista. - mantuve los ojos en los de él cuando me agradeció. Siempre estuve dispuesta a ayudar en todo lo que pudiera a mis amigos, asi que el sentimiento de bienestar por ayudarlo hizo que me sintiera un poco estúpida por emocionarme.
Mi mano empujó su cabeza suavemente hacia abajo en un impulso, impidiendo que me mirara.
- Vamos, no seas tan cortés... oh- dije sorprendida al ver que una de las rosas se habia vuelto a enganchar en él- parece que a ellas también no les importaría encontrarte en la sala común para retenerte entre sus espinas - insinué liberando la tela de su camiseta con aire divertido.

Sonreí al notar como agachaba mi cabeza, pero ese movimiento también consiguió que otra rosa pinchara mi ropa, dejé que ella la quitase mientras la escuchaba.

-Acabas de darme una idea... Y que no te sorprenda si alguna vez te encuentras ramos de rosas blancas y varias flores de éstas esparcidas por la Sala Común.- Comenté divertido.

De pronto, se me vino a la cabeza algo totalmente diferente al tema actual, solía pasarme, y era eso por lo que a veces era el despiste andante. Pero no sabía muy bien por qué, me hacía feliz preguntarle aquello.

-Alyss... ¿Cual es tu animal mágico o común favorito?- Pregunté acomodándome aun a sabiendas de que volvería a clavarme las espinas de las rosas con cualquier movimiento.

Medité su decisión y miré las rosas. No sería bueno para ellas ser arrancadas ni tampoco agradable. No seguirían queriendo a alguien que las mutila.
- Sería mejor que las llevaras en una maceta, ¿no crees? así no las dañarías y siempre estarían allí. Supongo que no habría problema si pides permiso para instalarlas, despues de todo, solo son peligrosas para tí- rei un poco y pensé en la pregunta- pues...si con mágico te refieres a mi patronus es un Dragón, es también mi animal favorito, si a lo que te referías era a mi mascota, tengo un gato y es el animal común que más me gusta, aun es muy pequeño pero Argot es bastante listo- sonreí- ¿cual es el tuyo?

Sonreí ante su forma de pensar, parecía amar la naturaleza tanto como a cualquier otro semejante, eso era algo que me gustaba en la gente, que no tomasen como algo "vivo" solo aquello que se movía y comía.

-Bueno, en ningún momento dije que el suelo de la Sala Común no estuviese cubierto de tierra, y... ¡Por qué no? un estanque también le vendría bien-Sugerí divertido, reí tras oír lo que dijo sobre las flores y mi persona- Bueno, pero has de saber, que si me hacen algún daño, seré capaz de usar una de las armaduras que abundan en la escuela, todo sea por tener rosas blancas en la Sala Común.

Reí divertido, era genial hablar con aquella chica, me sentía como... ¿Nunca?... Quizás no como nunca, o quizás sí, habían sensaciones que nunca había experimentado, otras, deseaba no experimentarlas, y otras eran comunes.

-Bueno, animales mágicos... El dragón y el grifo supongo que son mis favoritos, a pesar de que mi patronus es un elefante, aun no sé exactamente por qué me simboliza este animal, dado que mi animal común favorito, es el caballo.

Parecía que el chico se lo pasaba bien, al principio sentí que había invadido su espacio, pero ahora él no debaja de sonreir.
-Te meterás en un gran embrollo Dave Wishe, si haces eso serás hombre muerto..-dije horrorizada- aunque apoyo la posibilidad de tener un trozo de tierra que pisar todas las mañanas- coincidí.- lo del estanque... empiezo a comprender el caso de la rana..-reí antes de escuchar sus preferencias.
-Según tengo entendido, el elefante es símbolo de fuerza y de potencia, no sólo física sino también mental y espiritual, es realmente admirable tener un patronus así, ten en cuenta su significado la próxima vez que lo invoques, estoy segura de que tendrá más fuerza- curvé los labios y me levanté, portando mis pertenencias en las manos. - Creo que es hora de volver

Era inevitable reír... Qué raro, Dave Wishe metiéndose en un lío... Sería algo que solo ocurría cada... ¿Dos días?

- Vale, entonces descarto la opción de vaciar todo un barco de arena en la Sala Común, pero aun sigo pensando que a ese lugar le falta algo de vegetación- O quizás fuese yo el que debía estar junto a la vegetación más tiempo... Cosa que me parecía imposible... ¡Oh de nuevo mis pensamientos se liaban y no sabía si estaba loco o cuerdo!

"Fuerza y potencia" se repitieron en mi menta, un y otra vez, las palabras de Alyss me dejaban mucho que pensar, de verdad, algo en ella no era común, sino, ¿Por qué se me trastornaba la mente y quedaba como estúpido antes de contestar a sus preguntas? Volví a la realidad cuando dijo que era mejor que volviese, debería acompañarla, sino, ¿Qué clase de caballerosidad sería esta mía?

-Por favor, deja que te acompañe- Dije levantándome al tiempo que ella- Claro está, a no ser que los asuntos que tienes presentes no me incumban.