Refrescándome para la cena.(Yveline)

Hacía un calor horrible en el castillo. No podía ni respirar, era en verdad sofocante. Tampoco podía concentrarme en estudiar para la clase de Criaturas Mágicas. Teníamos que ganar y ¿que otra manera de estudiar todo lo que podía sobre el tema? Pero el calor que hacía en la biblioteca no me dejaba concentrarme. Me había puesto cerca de una ventana para recibir la brisa que llegaba. Lo único que recibí fue una oleada de calor; al quitarme de ahí fue lo mismo. Ningún cambio.

Ahora desesperada, me dirigía al baño. Al llegar ahí, me sentí aliviada. Me aflojé un poco la corbata y me encaminé hacía uno de los lavabos para poder refrescar mi cara. Iba a dar un paso, cuando un pequeño cilindro me detuvo. Alzé una ceja y mi vista bajo hacía mis pies. Me agaché para agarrarlo, pero este por arte de magia se movió.

—¿Que rayos...? —musité y sacudí mi cabeza. ¿Que era eso?

Alzé nuevamente mi cabeza y una chica me hizo sobresaltar. Me saludó entusiasta y yo solo la observaba sin expresión, tratando de recordarla de algun lugar. Entonces fue cuando menciono la clase de Criaturas Mágicas y mi mente se prendió.

—Oh, si... te vi ahí —sonreí un poco—. Un gusto, Victoria. Soy Yveline Rosier, Slytherin, quinto curso —le estreché mi mano.

¿De que casa sería la chica?, me preguntaba pues no la había visto en otro lugar además de las clases.

Con esto empecé a buscarlo debajo de los lavabos.

Alzé una ceja y empecé a analizarla.

—¿Cuál es tu tipo de sangre, Victoria? —pregunté, pues era demasiado extraño que una chica de Hufflepuff le hablará a un Slytherin con tanta familiaridad.

¿Que no le habían enseñado lo básico de Hogwarts?, pensé la formarme la idea de que fuera una sangre sucia. Era una lástima, me había parecido agradable. Tal vez, si le encontrará algo interesante y de valor...

—Esto es Hogwarts, querida, todo sucede. Vamos, ¿eres sangre sucia o pura?

Una vez más, mi personalidad irritante y terca salía a la luz por culpa del estatus de sangre. ¿Pero que podía hacer? Me habían educado así y no había nada que cambiar. Eran muy pocas las personas de bajo estatus de sangre que lograban llevarse conmigo y las respetaba.

Me acerqué al espejo enfrente de la llave y observé mi reflejo. Mi cabello estaba algo alborotado, mi corbata a punto de caerse y mi túnica estaba arrugada. ¿Acaso eso había causado la trayectoria de la biblioteca al baño? Solté un suspiro y empecé a arreglar mi presencia. Una Rosier nunca se veía mal enfrente de alguien.

Como no tenían ningún listón a la mano con mi propio cabello me hice una cola. Me acomodé un poco los rebeldes cabellos que salían de esta, me acomodé mi corbata sin dejarla muy apretada (el calor aún se sentía, aunque menos) y me alisé la túnica.

Mi mirada se dirigió a la Hufflepuff detrás de mí. Alzé mi ceja y mi mirada se volvió de superioridad.

Off: No es personal, Vic. Te adoro .-., pero Yveline es así D: Espero la soportes u.u

No acababa de entender todavía. ¿Quién era esa chica y cuáles eran sus origines? No parecía una sangre sucia... aunque... su nombre tampoco figuraba en la lista de amistades de mis padres; como hija de alguno, claro. Pero ¿que podía saber si ni siquiera sabía su apellido? La observé con los ojos entrecerrados y me dispuse a preguntarle.

—¿Y tu apellido...?

Pero no pude terminar. El tubo salió volando y rozó contra mi nariz. Abrí mis ojos desmesuradamente y ahogué un pequeño grito. Con mi boca abierta por la indignación me volteé hacía ella y traté de hablar y reclamarle un poco. Pero de mi boca no salía ninguna sonido; la abrí y cerré varias veces pero nada. En verdad me había asustado un poco. Fruncí el ceño y bufé un poco molesta. Respiré profundamente y me dirigí hacía ella nuevamente.

—¿Y puedo saber cual es tu apellido? —volví a preguntar, ignorando sus disculpas. Tenía razón, pero no iba a admitirlo.

Invocó al tubo y observé su mano con los ojos fruncidos y algo recelosa. Hasta que lo metió a su bolsillo. Volví mis ojos hacía ella y la examiné. Sonriendo de lado.

—No es personal, Victoria, pero si sigues así sin saber nada... Temo que no sobrevivirás en Hogwarts. Anda, dime, ¿sangre pura, mestiza o sucia? Es solo una simple pregunta —me encogí de hombros y caminé hacía ella, apretando mis labios, con mis manos entrelazadas detrás de mi espalda. Me acerqué más a ella y la empecé a picar con mi dedo indice. Mi voz se volvió dura, aunque estuviera algo divertida—: Debes de entender, querida, que en Hogwarts no es todo color rosa y que en Slytherin el estatus de sangre importa —remarqué algunas palabras con los piquetes.

Me alejé de ella y empecé a caminar a su alrededor. La chica me daba ternura... Se veía demasiado tímida, dulce y frágil. ¡Toda una Hufflepuff! Me había caído bien... pero si seguía así... No sobreviviría, a mi parecer.