Me llevaría a todos, por desgracia solo tengo sitio para un animal.

Off : Alexander Olover Sumerian me presta 150 galeones.

Por fin me había decidido a hacerlo.Iba a comprar mi primera mascota.Mis padres, lógicamente no sabían nada.Lo sabrían cuando apareciera en casa con mi mascota.
Ya era hora de tener algo de compañía en casa.
Cartera en mano, esa mañana me dirigí con mas ganas que nunca al Callejón Diagón, seguramente quisiera a todas y cada una de las mascotas y criaturas de la tienda, así era yo.

Caminé apresurada por el Callejón, esquivando a las cientos de personas que hacían sus compras, el ambiente era estresante, y mi impaciencia no ayudaba.Hasta que de la muchedumbre puede apreciar el cartel que rezaba el nombre de "Bestie Fedeli".Sonreí, estaba cerca de mi nuevo compañero.
Frené en la puerta, admirando las lechuzas que se encontraban a la entrada en jaulas, moteadas, de colores pardos..me enamoré de todas y cada una de ellas.
Puse mi mano en el picaporte y entré, haciendo sonar una campanilla.En la tienda había dos brujas solamente, mientras esperaba me acerqué hasta dónde se alojaban los animales.
En una vitrina, adaptada, encontre a unos pequeños gatos anaranjados, que juegaban a morderse entre ellos, en otra otros gatos de distinta raza, estos con más pelo y la cara achatada.
Caminé por la tienda mirando las criaturas, todas y cada una de ellas, no sabía por cuál decidirme, de modo que esperé a que el dueño de la tienda viniera y pudiera aconsejarme.

Seguí mirando embobada a los gatos, entonces de repente noté una presencia detrás de mi, diciendo que estaba harto de gatos ese día.Reí, debía de ser cansado.
Me giré y dió la bienvenida a la tienda, preguntándome si quería algo.
Miré de una pasada rápida a la tienda y asentí.
-Sí, venía para buscar una mascota para mi nuevo año escolar, la verdad es que no tengo muy claro qué mascota, pero me gustan sobre todo los perros -dije siendo cordial.
Entonces me acordé de un perro que había visto no hace mucho por el callejón Diagón, era rudo de orejas altas, pero no recordaba que raza era.
Esperé a que el dependiente me dijera algo.

Me explicó algo sobre los perros pero dijo que no sabría decir cual sería para mi, ciertamente yo tampoco lo sabía.
Hizo una seña para que le siguiera y eso hice, fui tras de él hasta una especie de almacén.Observé todo con ojos pasmados, había multitud de accesorios para mascotas.
Entonces abrió una pequeña reja y me invito a entrar, sonreí y entre algo tímida.El chico salió de la reja y me quedé allí dando vueltas, esperando.
Regresó con ocho perritos, no puedo evitar sonreír, todos venían haciendo ruido y jugando unos con otros.
Los metió en la reja y corrieron hacía donde estaba, dando saltitos y lamiéndome, querían jugar.Reí divertida.
Me explico las razas y las edades de cada uno.Intentaba seguirlos a todos con la mirada, pero se cruzaban unos con otros intentando llamar mi atención, reí.
-Vaya, son todos preciosos, ojalá pudiera llevármelos todos...-sonreía acariciándolos-
Volví a mirarlos , intentando decidirme, cuando mis ojos se posaron en un cachorrillo, apartado de los demás, que peleaba con la reja y gruñía, cuándo se giró vi que era blanco, con manchas color café, una de ellas en el ojo, parecía un parche de pirata.Sonreí, él se vendría conmigo a casa.
-Pero...sin duda creo que me llevaré a ese, al American Stanford-dije señalando al cachorrillo rebelde.

Cogió al cachorro y pasó por encima de la valla, esperando que le siguiera, me agache un segundo para despedirme de los demás cachorros, deseando que pronto encontraran hogar.
Pasé también por encima de la valla y le seguí hasta el mostrador, allí me pasó a mi nuevo compañero, lo cogí con manos temblorosas y el cachorro comenzó a lamer mi cara, no pude evitar reír.
Lo coloqué sobre el mostrador mientras el vendedor sacaba los accesorios del animal.Sonreía, ya casi podía decirse que tenía mascota.
Alzó la vista y me dijo que si estudiaba en Hogwarts, que el impartía clase allí.
-Pues sí, estudio allí, bueno entré a mediados de curso, la verdad es que tampoco te había visto ¿das clase de criaturas mágicas?bueno que pregunta mas tonta hice, perdón por tutearle profesor...no sé su nombre -dije sonriendo.
Me dijo el precio y como funcionaban los collares, asentí sonriendo, no podía dejar de hacerlo.Saqué mi cartera y los galeones necesarios y se los di al vendedor.
-Aquí están, entonces ¿ya puedo llevarme al pequeño Dominó a casa?-pregunté mientras lo veía quieto en el mostrador.
Me había decidido por ese nombre, gracias a su parche color café en el ojo, el cual le hacia parecer una ficha del juego.

Dominó: