Desolación (Hydrus)

por Catherina LeBlanc Roux Jue Ago 23, 2012 10:24 pm

Estaba en mi habitación, recién había terminado de ducharme y ya estaba cambiada. El clima era templado y se podían ver los rayos del sol atravesar la ventana. Suspiré, ya había hecho mi tarea y había estudiado por un largo rato pero no tenía nada más que hacer. Decidí tomar un libro y me recosté sobre mi cama para leerlo cómodamente, pero estaba tan cansada que mis ojos ganaron y me quedé completamente dormida.

Había pasado ya un poco más de una hora cuando un ruido que venía de mi ventana me despertó y me levanté para ir a ver que sucedía. Era Gunter, la lechuza de mi primo mayor, James. Al ver que traía una carta me emocioné y le abrí rápidamente la ventana al ave para que entrara, luego le daría algo de comer. Pero cuando comencé a leer, toda la emoción y el anhelo que tenía por enterarme algo bueno de mis tíos (la única familia que me quedaba), se fue por completo. La carta decía que mi hermano mayor había muerto, pero no daba detalles. Las lagrimas comenzaron a brotar sin mi permiso y por más que intentaba retenerlas no podía, tenía tanta bronca. Tiré la carta a un lado de mi cama y salí corriendo en dirección a los baños, me sentía tan sola. Mis padres primero y ahora mi hermano, solo me quedaban mis tíos y primos maternos.

Ya en el pasillo, las lagrimas no me dejaban ver con claridad, el dolor era tanto que no pude más y mis piernas perdieron la fuerza haciéndome caer al piso. No había visto a nadie en el pasillo pero tampoco me importaba demasiado, no me esforcé en levantarme ni nada. Seguí llorando ahí tirada, no podía pensar en nada más.

-¿ Por qué, por qué ahora? ..¿Por qué a mi ? -decía en sollozos arrodillada y con mis manos tapándome los ojos.

por Hydrus Pegasus Vie Ago 24, 2012 10:43 am

La mayoría de Ravenclaw se había ido a nadar y yo no había querido ir, pues estaba algo resfriado por haber ido a nadar la noche anterior yo solo en medio del frío. ¿Arriesgado? ¿Impertinente? Así me hubiese dicho mi padre si me hubiera visto, pero no por eso dejaba de ser cierto. Estaba pagando por esa conducta.

El castillo estaba casi desierto, pues con tan afable día era tonto quedarse adentro; aunque yo hubiera tenido la brillante idea de enfermarme, por lo que me dí permiso para ir al gran comedor y tomar una taza de chocolate caliente sin precaverme de algún Slytherin que "graciosamente" quisiera verterla sobre mi túnica.

Bajé por las escaleras desde la torre de Ravenclaw hacia el pasillo, admirando la decoración que evocaba a Rowena en el camino. Como niño en Navidad, sólo quería llegar hacia mi presente, esa taza que bebería con gusto esperando que los que sí pudieron ir a bañarse no la estuvieran pasando tan bien. Sin embargo, el destino quiso otra cosa cuando presentó en mis oídos el canto de un sollozo.

—¿Pero... qué? —me pregunté a mí mismo volteando mi cabeza hacia donde me llamaba el triste sonido.

Era una visión desoladora, como algo que presentías que no debía ser y que, sin embargo, estaba ocurriendo. Una chica desconocida lloraba en el piso. Maldije al cielo por estar tan bello como para incitar a la mayoría del castillo a irse a los terrenos del exterior, ya que no había nadie para levantarla y consolarla. Por suerte la había encontrado en mi camino, pero no sabía desde hace cuánto tiempo estaba allí.

Corrí hacia ella. Ni siquiera se inmutó con mis fuertes pasos. Al parecer era un asunto más grave del que pensaba.

—Respira, vamos, toma un poco de aire —intenté reanimarla, pero no hubo caso. Lo primero sería levantarla— Ven, el piso no es bueno consolando a nadie.

La tomé suavemente de los hombros y la levanté lentamente, esperando que ella quisiera despegarse del suelo. ¿Qué podía ser tan malo que la hubiese dejado en ese estado? Miré a sus ojos enrojecidos en busca de una respuesta, aunque desde ese instante temí su respuesta.

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