Nostalgia tras el Cristal (Clarisse A.)

me encontraba en la sala común, a lado mío mis amigos jugaban ajedrez mágico, cuando les ganas 3 veces seguidas en una misma tarde (como yo lo hice hoy), deciden ya no dejarte jugar con ellos ni apoyar a ninguno por lo cual me ponía aburrido el solo mirarlos. Me puse en pie y les dije que iría a dar una vuelta.
Salí del Castillo y mire contento el cielo nublado, amenazaba con dejar caer una tormenta primaveral.
Camine rumbo a los jardínes y comence a alejarme más y más. Por mi cabeza iban demasiadas cosas, una chica, los examenes, problemas de mi familia de los cuales no me tenían tan enterado y extrañar a mi hermana mayor... Sentí las gotas frías de la lluvia caer sobre mi cuerpo, eran ligeras y caían lentamente, no les tome demasiada importancia sino cuando comenzarón a caer en mayor magnitud, la lluvia aumento su intensidad y ya estaba lejos del Colegio. Mire a ambos lados y recorde los invernaderos, podría esperar allí hasta que la lluvia se calmase.
Entre en uno de los que no se imparten clases y me quite la capa, estaba completamente mojada, y comenzaba a darme frío. Seque mis anteojos con una parte que no estaba mojada y me senté a ver através de las paredes de cristal. No había demasiado que ver así que me puse de pie y decidi secar mi capa a la manera mágica.
Con un movimiento de mi varita la hice secar un poco, al fin y al cabo solo era agua. Abrí la puerta para volver a salir...

Me encontraba recostada en el cesped incapaz de moverme por gusto, estaba demasiado agotada y como el cielo era nublado me sentía de lo mejor. Cerre mis ojos recordando a mis amigos muggles, las tardes que me escapaba de la autoridad de mi abuela y salía a vagar por las calles y parques de sitios no muy lujosos como en donde vivía... andar en bicicleta, patinar, ir a mis clases de gimnasia, todo, absolutamente todo me causaba una tremenda nostalgia; sentí a primera impresión una lagrima... fría que recorrio mi rostro de manera inusual, seguida otra y otra más... no eran lagrimas, sino gotas de lluvia. Me puse en pie y sacudi mis ropas, acomode mi cabello y eche a andar a los invernaderos, según yo no tardaría mucho en cesar así que pasaría el rato rodeada de lo qué más me gusta, las plantas.
Conforme me acercaba al lugar, la depresión caía con mayor fuerza y como iba toda empapada tenía mucho frío, deseaba entrar ya y comenzar a entrar en calor. Justo cuando pretendía abrir la puerta esta por poco me da un golpe, alguien estaba saliendo –Con más cuidado! – Recrimine antes de ver quien era... Eliott. Sentí un golpe en el pecho, no le veía desde hacía días y esa última vez que lo vi fue en clases. Lo empuje un poco hacía atrás, si el no tenía frío ya saldría después, pero por ahora necesitaba entrar –Eliott, disculpame por empujarte, me urgía de verdad entrar aquí – Le dije sonriente a la vez que juntaba todo mi cabello por un lado para comenzar a secarlo con mis manos. Un leve sonrojo se hizo presente en mis mejillas y depronto recorde a alguien quien también se adueño de mis pensamientos en poco tiempo... Le di la espalda y continue secandome.

Abrí la puerta con fuerza, se había quedado un poco trabada. No me dí cuenta que alguien estaba por entrar hasta que
estuve a punto de darle en las narices Discúlpeme por favor, no me di cuenta... Comencé a decir sin prestar demasiada atención en la persona hasta que hablo, pude reconocerla al instante Clarisse? Pregunte un poco consternado,
sentí que me volvía a empujar ahora dentro del invernadero, la pobrecilla estaba toda mojada y comenzó a secarse el cabello.
Tranquila, yo también tenía prisas de entrar aquí. Pero la lluvia parece que va para largo. Dije mientras la miraba atentamente, tenía tantas ganas de estrecharla en mis brazos, así lucía aún más frágil de lo que era, pero tenía que contenerme. Me da gusto verte Clarisse ¿Cómo has estado? La dije para comenzar a sacarle la platica, me senté nuevamente en donde estuve minutos atrás sin apartar mi mirada de ella; de sus rubios cabellos escurrían gotitas de agua, sonreí un poco mientra esperaba su respuesta.

Continuaba con mi cabello, sin duda mi parte preferida y la única que no soportaba estuviera estropeada —Eso mismo pienso yo — Dije muy seria —Adoro la lluvia, pero un resfrió en esta temporada seria fatal —. Saque mi lengua de modo risueño para hacerle ver que eso de muerte iba en broma.

—E... eh, pues bien. Tu sabes, tareas, estudios, amigas, cosas sin novedad — Conteste a su pregunta, me gire para quedar viéndole de nuevo. Sin darme cuenta mi atención estaba fija en sus ojos azules, tan encantadores como lo recordaba, tras esas gruesas gafas de pasta oscura... su piel... su cabello, el aroma de este al tenerlo en mis brazos —STOP! — Me grite internamente y cerré los ojos, negando muchas veces con mi linda cabecita. Tenía un montón de cosas que pensar como para andar dejandome llevar por las alborotadas hormonas de mi temprana edad —Que promiscua resulte, mi abuela se enfadaría — Pensé y me quite la túnica del uniforme, dejándola sobre una silla para que secara.
Arrastre pensativa una silla y la coloque a lado de Eliott, me recargue en su hombro y cerré los ojos un momento, no quería apartarme de el... Pero tampoco podía dejar de sentirme culpable, había alguien más, alguien muy especial... Forme su nombre con un movimiento de mis labios, sin dejarlo oír, él es mi secreto...
Me aparte de Eliott con el rostro muy rojo y trate de fingir que nada pasaba —Y tu Eliott? Qué hay de nuevo en tu vida? — Pregunté sonriente, palpe con la punta de los dedos mi túnica, tardaría bastante en secar. Suspire resignada

sentí su mirada en mi, por lo que agache el rostro. no tenía la menor idea de porque pero estar a solas con ella en un sitio tan apartadome ponía nervioso, como si fuera una situación prohibida.
Inclusive en su apellido llevaba la fruta prohibida, movi mis pies rapidamente a un ritmo desconocido tan rapido como mis pensamientos mismos. Ya veo Conteste seriamente, escuche una silla arrastrarse y después vi el rostro de Clarisse en mi hombro.
Suspire tratando de moverme lo menos posible, lo último que deseara era que pensara que tenerla cerca me desagradaba, eso jamás. Por el contrario mi mano opuesta al lado en que se encontraba comenzo a moverse, en un intento por acariciarla, cuando estuve lo suficientemente cerca de ella me detuve para contestar a una pregunta Nuevo? No hay nada Conteste Bueno... sí, hay algo. Hay una chica, que me tiene loco agregue y deje caer mi mano sobre mis piernas, se aparto de mí... no supe en ese momento si mi respuesta era idonea, tal vez parecio demasiado obvia o todo lo contrario, si alguna vez tuve oportunidad con ella, y no le generaba curiosidad, significaba que la perdi.
Puedo ayudar a secarla más rapido le dije cuando comprobaba el estado de humedad en su ropa, saque mi varita y con un movimiento hice que secara, dentro de mí simplemente quería que el conjuro saliera bien. Ultimamente todo me salia pésimo a causa de mi mala concentración. Creo que ya esta, si quieres puedo secarte completa Comente sin pensarlo, analice mis palabras detenidamente, sonaba bastante doble sentido y me puse rojo esperando que mi dulce Clarisse no notase eso.

—Una chica? — Me pregunte a mi misma, sonreí irónica la curiosidad de saber quien era me comía por dentro, me contuve y simplemente le mire sonriente.
Tome un mechón de mi cabello y comencé a rizarlo entre mis dedos, vi como secaba mi túnica, si supiera hacer eso lo habría hecho por mi misma. —Va, gracias Eliott — Dije cuando comprobé que efectivamente estaba seca y no quemada o rota. Escuche que proponía a ayudarme a secar, negué con un movimiento de mi cabeza, lentamente y me puse de pie —No, gracias — Camine por entre las macetas, observando y fingiendo asombro por cada una de las plantas que veía.
—Sabes que Eliott? — Pregunte mientras tomaba una de las flores no mágicas que había ahí plantadas, una rosa roja... Bastante extraño que estuviera entre toda esa maleza —Toma esta rosa y dile a la chica que te gusta! — La olí un poco, no estaba nada mal — Caerá rendida — Añadí guiñándole un ojo, camine hasta el y le tendí la rosa, no puse demasiada atención y me pinche el dedo con una de las espinas, cual niña me lleve el dedo a la boca y comencé a chuparlo con las mejillas completamente rojas y el sabor a hierro de mi sangre inundando mi paladar.