Reencontrandome con Lizzie

Recuerdo del primer mensaje :

Después de clases llegue a la sala común me deje caer en un sofá con un latente dolor de cabeza escuche que alguien se acerco y por extraño que pareciera reconocí los pasos y una casi inexistente sonrisa apareció en mis labios-hola Lizzie

Seguí exactamente como me encontraba sin mover ni un músculo- Lo sabes – comenté con un murmuro a penas audible.

-no, no lo sé-mi rostro reflejaba confusión-sería preferible que me explicaras de que hablas y solo a si podre responder a tu primer pregunta

- Pensé que eras más inteligente Donovan – comenté mientras con un movimiento suave volvía a observarlo – Sin embargo, mi primera pregunta ya no tiene importancia – me encogí de hombros mientras comenzaba a jugar con un mechón de mi cabello. – Em… por cierto… - pensé en algo para cambiar el tema para nada se me venía a la mente- … g.r.a.c.i.a.s por quedarte aquí conmigo y no ir a cenar – le dije sinceramente.

-definitivamente has vuelto ha ser tu-dije riendo al escucharla insultarme-y no tienes nada que agradecer, fue agradable cenar contigo hay que repetirlo algunas veces

- Hey tampoco soy tan despectiva – Comenté frunciendo el ceño - ¿o si? – lo último lo pregunté como si me lo dijese a mí misma. Me acurruqué en el sofá de costado para poder observarlo, había estado bastante tiempo en aquel lugar. Era un hecho que permanecer ahí había sido una buena decisión aunque me costase aceptarlo incluso en mis pensamientos. Una idea rondaba mi mente como una abeja y su incesable zumbido, era tan molesta las ganas de golpearme la cabeza contra la pared no era una mala idea.

-por supuesto que no-dije sonriendo, mire a Lizzie y note su mirada un poco perdida parecía estar muy atenta a sus pensamientos-¿puedo saber en qué piensas?-parecía no muy de acuerdo con sus pensamientos

- Si, puedes solo porque te has ganado solo un poco de mi confianza – Dije observándolo aunque mi rostro permanecía quieto e inexpresivo como siempre, al igual que una fría estatua de mármol – Pero no te lo diré, no quiero aun – Negué con la cabeza ya que aquello era algo escalofriante, totalmente desagradable incluso para alguien con la sangre fría como yo.

Me cruce de brazos ante la contradicción que había en sus palabras-si puedo saberlo pero no me lo quieres decir-repetí sus palabras mirándola con atención-y al menos puedo saber el ¿Por qué no me lo quieres decir?-mi rostro permaneció serio pero nunca llegaría a estarlo como el de Lizzie por mas que lo intentara-me dejaras con la curiosidad por saber en qué pensabas pero quiero saber tu razón del porque no me quieres decir

Puse atención en cada uno de sus gestos, me pareció una mala imitación de mi misma, quise reír pero me lo impedí mordiéndome el labio inferior. Di un pequeño suspiro manteniendo el silencio no sabía si decírselo o no, ni el por qué me parecía grato porque todo se proyectaba en mi mente era desagradable. – Porque no es agradable aunque sucederá si o si – Mis palabras eran tranquilas y resignadas.

-¿Qué es lo que podría suceder y que no te agrada?-tal vez si seguía con la conversación lograría que ella soltara aunque sea una pista de lo que no quería decirme, ese misterio suyo me intrigaba demasiado

Alcé una ceja ante su nueva interrogante - Dije que no quería decírtelo, aunque es evidente no quiero asustarte – le respondí cruzándome de brazos indignada, no iba a decírselo hiciese lo que hiciese.

Reí por su postura indignada y su comentario-si no me asuste con tu mal genio el día que te conoci no creo que exista algo de ti que me haga tenerte miedo-me moví en el sofá buscando una posición mas cómoda pero sin quitar la sonrisa de mis labios

Tomé la frazada que estaba a mi costado y escondí la cabeza en ella no quería decirle aquello que carcomía mi mente de forma abrumadora – No te diré, ya te lo he dicho … punto final al tema – Murmuré mientras mi voz impactaba contra aquella tela que hacía labor de aislante, un aislante no efectiva ya que mi voz se traspasaba de forma clara y suave.

-vamos Lizzie-dije quitándole la frazada para poder mirarla-demuestra ese valor del que te enorgulleces para hacer las cosas-dije riendo-no me decepciones ahora, dime qué es eso que te pone en estas condiciones

Lo fulminé con la mirada por hacer dicho aquello, la valentía era de ilusos Gryffindors, apreté los labios sin decir ninguna palabra. Aquella mirada y esa risa me molestaban completamente, no era de mí decepcionar a las personas pero si lo hacía no me importaba en lo absoluto. – Piensa lo que quieras Donovan, no te lo diré – espeté secamente- Si quieres decepcionarte, hazlo… - me encogí de hombros restándole importancia a mis palabras y a su presencia en general- Aunque...si me dices por qué quieres saberlo y logras convencerme, tal vez te diga – le lancé una mirada rápida y miré hacia un costado.

-que rápido es hacerte enfadar-dije moviendo la cabeza negativamente pero incluso eso me agradaba hacer-y como yo no tengo miedo de decirte lo que pienso te lo voy a decir-la mire directamente a los ojos-me interesa saber que es lo que te sucede aunque no lo creas de un momento pasaste a estar tan tranquila y de pronto te pusiste un poco alterada por algo que tienes en la cabeza, me gustaría conocerte mas Lizzie es por eso que estoy interesado en saber que te sucede

Giré mi rostro para obsérvalo nuevamente y otorgándole ligera atención lo escuché hablar, la propuesta que le había mencionado no había sido saciada completamente. Su respuesta dejaba vacios que necesitaba saber antes de decir lo que con tanto esmero buscaba conocer – Y ¿Por qué quieres conocerme? No has logrado convencerme… - Dije sin desviar la mirada de sus ojos.

-eres bastante difícil-respire profundamente-me interesa conocerte porque eres una chica que aprecio mucho y creo que esta noche te lo demostré me viste preocupado por ti, cuidándote-me lleve una mano a la cabeza desordenándome el cabello, ¿qué otra cosa podía decirles?-a pesar de tu carácter, de mis defectos me parece que surgió un sentimiento especial ¿no te parece?

Me mordí el labio inferior y entrecerré los ojos analizando cada una de sus palabras y sus gestos al hablar, me mantuve en silencio sin interrumpirlo hasta que finalizase. ¿Un sentimiento especial? No era capaz de responder aquello ya que no sabía con exactitud a lo que se refería pero lo pasé por alto, ignorándolo olímpicamente. – No sé si aquello es suficiente para mí, pero premio a tu esfuerzo te lo diré… - dije después de un largo silencio. Di un pequeño suspiro antes de comenzar a hablar, mentalizándome en lo que iba a contarle era demasiado incluso para mí – Mi familia son de una ‘raza’ distinta y mi tío Fenrir se ha encargado de vociferarlo, supongo que sabes a lo que me refiero – le comenté con seriedad con la mirada perdida en el fuego flameante de la chimenea – Por alguna razón que desconozco, aquello no se transmitió con los genes en mi familia. Sin embargo ellos creen, en especial mi abuelo y mi tío, que por ser así son superiores a los demás… - me encogí de hombros ya que yo no estaba de acuerdo con ello y nunca lo estaría- Mi hermano debió venir a Hogwarts conmigo pero no pudo, porque fue su primera luna llena – di un suave suspiro y clavé mi vista en Kevan para seguir hablando- Pero yo no creo eso, no quiero ser así … lamentablemente no tengo más opciones – Hablé de forma seria con un dejo de amargura en mis últimas palabras, no era algo que tenía opción de cambiar. – Eso es todo, ¿ahora estás más satisfecho? – finalicé de responder su pregunta iniciando una nueva.

Por unos minutos no dije nada solamente la observaba-si estoy mas satisfecho, ahora te conozco mejor-le dije con una sonrisa y acomodándome a su lado en el sofá-ojala puedas seguir confiando en mi

Separé los labios para emitir algo más pero nada se escaba de mis labios, había quedado completamente impresionada, le había contado algo totalmente relevante en mi vida y que no salía de mi cabeza porque cada vez faltaba menos para transformarme en uno de esos seres y él no había dicho nada al respecto. Evidentemente su curiosidad era lo único que lo guiaba a permanecer a mi lado, cosa que obviamente no iba a soportar más. Era por ese tipo de cosas, comentarios y personas que no podía confiar en nadie. – No estoy muy segura de eso – Contesté a su último comentario con una voz fría y molesta - Ahora debo irme… - Le lancé una última mirada y me puse de pie, no era que ‘debiese’ marcharme de aquel lugar pero definitivamente no había sido de mi agrado como habían sucedido las cosas. Tal vez contaría a alguien más que Lizzie Greyback al igual que el maniático de su tío y todos los demás integrantes de aquella familia eran unos seres feroces y descontrolados. Aquel pensamiento carcomió mi orgullo y apreté mis labios, lo observé de reojo con intenciones de marcharme de aquel lugar.

-¿ahora qué te sucede?-le pregunte al volver a nota su cambio de humor, de nuevo se encontraba enfadada y no sabía el porqué-¿puedo saber por qué estas enojada?-la sujete del brazo antes de que hiciera el intento de irse-realmente me confundes Lizzie, ¿Qué hice?

Giré todo mi cuerpo con brusquedad para observarlo y lo fulminé con la mirada, ¿Cómo era posible que no entendiese lo que pasaba por mi mente? Si todo era tan evidente. - ¿Qué sucede? – Repetí su palabra sin dejar de mirarlo- ¿Qué sucede? – Volví a repetir y di un bufido indignada- Te he contado lo que querías saber y no dices nada al respecto – espeté secamente- Sabia que no podía confiar en ti… - apreté los labios molesta y empuñé las manos con presión. – …En nadie…- musité como si pensase en voz alta.

-tranquilízate-me puse de pie-me parece que te he demostrado que si puedes confiar en mi-dije seriamente mirándola a los ojos-no me importa si te conviertes en una lechuza, en lobo o lo que sea, para mi seguirás siendo una amiga aunque tu insistas en encontrar cualquier pretexto para alejarte de mi-yo también tenia un secreto que aun no le decia y que incluso podia ser e utilidad en los momentos de sus transformaciones pero no estaba segura de decirselo si ella insistia en desconfiar

Alcé la vista cuando él se puso de pie, mi mirada se mantenía en la suya al escucharlo hablar sin embargo mis manos lentamente se fueron estirando hasta quedar colgando a mis costados. – Es que no lo entiendes – Dije con tristeza bajando la mirada hasta el suelo – Yo… yo – Musité con un hilo de mi voz- no quiero que suceda, pero no me escuchan… y tu, tu… - di un suave suspiros sin observarlo y me senté en el sofá nuevamente- olvídalo – Mis palabras eran poco claras, lo sabía bien más no dije nada más al respecto- y no estoy buscando pretextos para alejarme de ti… al contrario – comenté suavemente como si no quisiese que mis palabras fueran escuchadas.